Señor director:

Cuando al mediodía de hoy en el Memorial del Detenido Desaparecido (Cementerio General) se realicen los funerales del doctor Jorge Klein Pipper, muchos chilenos sentiremos un hálito final de clarificación y conformidad, luego de casi cuatro décadas de incertidumbre sobre su destino.

El cuerpo de Jorge Klein, ciudadano chileno-francés, fue encontrado como N.N. en 2001 en el Fuerte Arteaga junto a un grupo de fallecidos, todos detenidos en el Palacio La Moneda tras el golpe militar de 1973. Para el proceso de identificación, un equipo especializado del Servicio Médico Legal realizó pericias de medicina, antropología y odontología forense, a las que se sumaron pruebas genéticas efectuadas en el laboratorio de Innsbruck, Austria.

Es hoy entonces el momento para recordar que el "chico Klein", brillante alumno institutano, luego de titularse como médico fue asesor del Presidente Allende hasta que el 11 de septiembre perdió la vida debido a heridas múltiples provocadas por proyectiles balísticos, al interior del palacio de gobierno.

Más allá de que recientemente la Corte Penal de París haya condenado por este crimen a cadena perpetua a la cúpula de la Dina, encabezada por Manuel Contreras y Pedro Espinoza, es hoy también el instante para que los amigos y compañeros de Jorge nos abracemos y recordemos al querido "chico", uno de nuestros mejores y que desde este mediodía comienza finalmente a descansar en paz. La misma paz que le fue esquiva desde el instante de su asesinato y desaparición.

Federico Gana Johnson