Histórico

Los 30: la década dorada de los chilenos

<img height="21" alt="" width="94" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200811/193348.jpg" />  <p>Según un estudio de la Universidad del Desarrollo, en Chile los de 30 a 39 años son los más satisfechos con su vida.</p>

Ya lograron la independencia y sienten que se están consolidando. Aún se perdonan a sí mismos los errores, porque todavía ven toda la  vida por delante. Por ello, y por la alta tasa de satisfacción que tienen  en el trabajo, los hombres y mujeres de 30 a 39 años son los más felices  entre los chilenos. Un 80% de ellos se declara feliz o muy feliz.

No sólo el 92% de ellos está conforme con su trabajo. También es la década donde hay más gente satisfecha con el dinero que tienen (55%). Lideran en la satisfacción sexual y son los que tienen menos depresión, incluso inferior a la de los veinteañeros.

Los datos que reflejan cómo Chile se ha convertido en un país para treintañeros -a diferencia del resto del mundo- pertenecen a la encuesta Tendencias Sociales, Confianza y Valores, realizada en 2008 por la Universidad del Desarrollo. A ello se le suman los resultados del sondeo de Calidad de Vida, realizado por el Ministerio de Salud.

El dato más sorprendente es que los treintañeros son más felices que los jóvenes de 20 a 29 años. "En los 30 la mayoría ya ingresó al sistema y están obteniendo los beneficios de ello", explica Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD).

"La década de los 20, en cambio, es de mucha incertidumbre, por el futuro", agrega. Deben trabajar mucho para consolidarse: terminar su profesión, hacer posgrados, buscar trabajo y recibir poco sueldo. Además, enfrentan los desafíos emocionales de armar pareja, independizarse de los padres y formar un hogar.

Su mayor felicidad respecto a la década de los 40 es más conocida. "Entre los 40 y 49 años se pierde la percepción de que se tiene toda la vida por delante", dice Teresita Serrano, decana de la Escuela de Psicología de la UDD. "Se piensa que lo que no se hizo ya no se puede hacer, y es ahí cuando comienza la crisis de la mitad de la vida", agrega.

Pero así como estos adultos jóvenes están altamente satisfechos con su vida, las encuestas revelan que de los 50 en adelante se acrecientan las frustraciones: hay más  estrés, peores ingresos y mala salud. La gran excepción es la satisfacción con la vida familiar. Pese a que en todas las décadas esta cifra es altísima (89% es el porcentaje más bajo de satisfacción con la familia), en la década de los 70 años es cuando se alcanza el peak: 93% de satisfacción.

A LA INVERSA QUE EL MUNDO
Un estudio recientemente publicado por la Universidad de Warwick y el Dartmouth College en EE.UU. que analiza la curva de la felicidad en 81 países del mundo, señala que la percepción de la satisfacción de la felicidad de las personas es como una letra U, es decir, son más felices cuando tienen poca o mucha edad, y las  crisis se producen en la mitad de la vida, entre los 30 y los 50.

En Chile la curva es totalmente distinta. Desde los '30 en adelante la felicidad va descendiendo década tras década y sólo se vuelve a levantar levemente después de los 75 años. Según Eugenio Guzmán, hay varias razones para explicar estas diferencias. La primera, es que los estudios mundiales se realizan preferentemente en países desarrollados, donde los ancianos gozan de un estado de bienestar: no trabajan, viajan, tienen casa propia y un ingreso  alto. En Chile, en cambio, los adolescentes y ancianos son los más pobres. "En nuestro país las jubilaciones son bajas y  el dinero les preocupa", dice Guzmán. Por esta razón, en el último tramo de la vida, la curva de la felicidad va en picada; se sienten enfermos, tienen pocos ingresos, hay más depresión y muchos ya han perdido la pareja.

Por otra parte, los veinteañeros chilenos son menos felices que los  de 30, pese a que a nivel internacional los más jóvenes registran mayor tasa de satisfacción. Según el sociólogo de la UDD, las percepciones de satisfacción de los 20 están cruzadas porque  en esa década  aún no se ha logrado independencia ni tienen solvencia económica.

Si se  comparan los niveles de satisfacción entre los de 20 y los de 30, la mayor brecha a favor de los mayores se encuentra en la satisfacción con el trabajo y en los ingresos obtenidos.

En Europa, en cambio, la mayoría de los jóvenes de veintitantos ya están titulados y trabajando.

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