Mapas del poder
Habrán notado esas fotos de la candidata rodeada de adherentes. El efecto es muy Cordillera de los Andes, el de un macizo impresionante. Quienes no aparecen es porque se cuidan de no aparecer. El poder en serio siempre sabe hacer las cosas.<br>

NADIE, EN SERIO, se cree la publicidad política; sin embargo, habrán notado supongo esas fotos cada vez más frecuentes del candidato, me corrijo, de la candidata, rodeada por una montonera de adherentes. El efecto es muy Cordillera de los Andes, el de un macizo impresionante. Su centro de atención es siempre el Aconcagua, pero de tanto en tanto, el levantamiento topográfico distingue algunos accidentes conspicuos, empinados, familiares de tanto haberlos visto antes. La foto, a diferencia de otras estrategias propagandísticas, es gratis, y puede que hasta pose de pintoresca e informativa. Este es el horizonte que se avecina, ésas, las grandes cumbres que tutelarán los valles y a las que habrá que escalar, mejor nos ubiquemos: ese es el mensaje. Sospecho que, entre tanto publicista, hay antropólogos y geólogos. La estrategia es incásica.
Pero no hay que dejarse engañar. Fotos así de "espontáneas" requieren mucha preparación, como las de las páginas sociales. Las distinciones protocolares, el quién es quién y dónde se les ubica, pueden llegar a ser exquisitamente proustianas; no porque ofendan (los fotografiados están ansiosos, encantados de aparecer), sino porque sirven para aleccionarlos, que les quede claro y se ubiquen (la foto es útil para equilibrar facciones en pugna). Aquí nadie está de más… no todavía. Antes al candidato se le proclamaba de una vez por todas, ahora el ritual se sucede varias veces por semana. Antes había un programa político, ¿qué programa? si ahora "lo están haciendo". Antes en tole-toles de este tipo se cantaban himnos y coreaban canciones con letras con contenido (Quilapayún, Víctor Jara, Inti-Illimani), eran de izquierda, ahora bailan cumbias, se sale en la televisión y se retransmite todo de nuevo por redes sociales. Pero la foto -conste- es siempre distinta, nunca la misma; esto es geología y movediza, muy "vía chilena a…"
Por supuesto, quienes no aparecen en la foto es porque se cuidan de no aparecer en la foto: los mejor ubicados, los tres o cuatro más íntimos, la "kitchen cabinet". Esa es la exquisitez máxima. Obviamente, las cumbias están ahí para despistar. El poder en serio siempre sabe hacer las cosas como corresponde. Leo, por estos días, el extraordinario libro de Robert A. Caro, The Power Broker: Robert Moses and the Fall of New York, premio Pulitzer 1975, sobre el hombre que manejó durante 34 años la construcción de la gran ciudad que terminó siendo buena parte de lo que es hoy: sus parques, freeways y parkways, túneles, piscinas públicas, playas, estadios, viviendas sociales, barrios enteros, el Lincoln Center, la ONU… Más de 1.250 páginas (que con seguridad, al 11 de marzo habré leído) dedicadas a probar la tesis de que el verdadero poder no se muestra, hace lo que mejor hace, que es ocultarse. El revelado de la foto no es más que photocall o photopportunity. Décadas después viene alguien y escribe las mil y tantas páginas para explicarnos el personaje y su maquinaria detrás del fotógrafo.
En el libro aparece una serie de fotos de Robert Moses con otros políticos (Roosevelt, Truman, Rockefellers), todos sonrientes. En la vida real, según el autor, muchos lo detestaban. Notable. Qué de cosas se van a llegar a saber de la campaña 2013. Paciencia.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.