El maquinista del tren descarrilado el miércoles en Santiago de Compostela, que causó la  muerte de 79 personas, quedó hoy en libertad luego de testificar durante dos horas ante el juez que lleva el caso.  De acuerdo al diario español El País, el magistrado mantuvo el cargo de homicidio imprudente, le retiró el pasaporte y le ordenó presentarse semanalmente en el juzgado. Además, quedó inhabilitado para ejercer la conducción de ferrocarriles.

Herido levemente en el siniestro y detenido el jueves, Francisco José Garzón Amo, de 52 años y maquinista de tren desde 2003, es sospechoso de no  haber frenado a tiempo el convoy para trazar una pronunciada curva limitada a  80 km/h.

Esposado y vistiendo camisa azul y jeans, Garzón, de pelo canoso y la frente aún marcada por una cicatriz, llegó hoy al juzgado con aspecto pensativo, con los dedos  de las manos entrecruzados y la barbilla apoyado en ellos, tratando de rehuir los objetivos de los fotógrafos.

Allí debió responder las preguntas del juez instructor, Luis Alaez, quien pretende esclarecer qué sucedió en la cabina de pilotaje del tren descarrilado.

Con dos investigaciones abiertas, una judicial y la otra administrativa, las autoridades señalan de momento al maquinista- con una larga experiencia profesional- acusado de "homicidio por imprudencia" por no frenar a tiempo.

En una comunicación por radio con la estación, divulgada por el diario El País, el maquinista reconoce que antes del accidente ferroviario, el peor en  España desde 1944, circulaba a 190 km/h.

En el tramo del siniestro, el tren acababa de pasar de una vía de alta velocidad a una convencional que no disponía de sistema de frenado automático en caso de que los convoyes circulen con una velocidad excesiva.

El diario español El Mundo afirma, citando fuentes próximas a la investigación, que el conductor hablaba por celular en el momento del drama.

Según Carla Serrano, una joven superviviente del accidente, el panel de información de los vagones marcaba una velocidad de 200 km/h poco antes de  descarrilar. Opinión que fue confirmada por Evaristo Iglesias, un vecino de la zona que atendió al maquinista tras el  accidente, y quien explicó que Garzón le confió que iba "demasiado rápido" y que no  pudo frenar a tiempo.