Casi dos años después de la masacre en la Universidad de Virginia Tech, un estudiante decapitó allí a una compañera con un cuchillo de cocina.

Haiyang Zhu, de 25 años, y su víctima, Xin Yang, de 22, ambos de China, se conocían, pero no está claro qué relación tenían. Por el momento, se desconocen los motivos del ataque.

Los dos jóvenes tomaban un café en un restaurante de comida rápida del campus en Blacksburg cuando el estudiante de agronomía atacó de repente a la mujer, comunicó el jefe de la policía Wendell Flinchun a la prensa.

Siete testigos que estaban en el mismo espacio dijeron que los dos no discutieron antes del asesinato.

Cuando la policía Nicole Irvine acudió al lugar del crimen tras recibir un llamado, se topó con una escena espeluznante: el asesino, cubierto de sangre, sostenía en la mano la cabeza de su víctima.

Lo que está claro, según informes de los medios, es que los dos estudiantes se conocían desde antes de ese café. Zhu, doctorando en Ciencias Agrarias, estudia desde otoño en la universidad, mientras que Yang había llegado hace apenas dos semanas de China y quería ser contadora. Los dos formaban parte de los 477 estudiantes inscritos para este semestre en Virginia Tech.

Según el jefe de la policía, la mujer había dado los datos de Zhu por cualquier emergencia en la administración de la universidad.

Al parecer, se conocieron en el marco de un programa de supervisión para estos estudiantes. Sin embargo, según sus compañeros, no hay certeza de que se conocieran en profundidad. Zhu tampoco llamaba la atención, dijo el jefe de la policía, Flinchum. Una representante del centro universitario para estudiantes de intercambio describió a Yang como "querible".

Al ser detenido, se encontraron en la mochila de Zhu varias "armas pesadas", lo que podría indicar que planeaba el crimen. Es por eso que fue acusado de homicidio premeditado y está en prisión preventiva.

La Universidad de Virginia Tech se hizo tristemente conocida en todo el mundo en abril de 2007, cuando un estudiante con problemas psíquicos mató a 32 estudiantes y profesores y luego se suicidó. Al menos otras 30 personas sufrieron heridas de gravedad.

Después de dos llamados de emergencia emitidos desde el café, la administración de la universidad alertó a todos los estudiantes enviando alertas a sus ordenadores y teléfonos móviles. Esta medida fue introducida tras la masacre de hace dos años.

El portavoz Charles Steger dijo que este nuevo acto de violencia recuerda inevitablemente a la masacre. "Nuevamente debemos apoyarnos mutuamente como comunidad", señaló Steger. "Y estaremos a la altura del desafío", agregó. En tanto, el presidente de la universidad ofreció a los estudiantes conversaciones gratuitas con psicoterapeutas.