Histórico

"Papá" en el fútbol: Machismo o jerga sana

El desenlace del Superclásico chileno y algunos titulares reanimaron el debate alrededor de la utilización del término paternidad en el deporte para indicar la superioridad de un equipo sobre otro.

El deporte siempre ha sido una fuente inagotable de palabras para definir tal o cual fenómeno. Si esto se resume al fútbol, la cantidad de acepciones es, incluso, mayor. Algunas de ellas son de uso muy cotidiano y muy frecuentadas por los medios de comunicación. Sin embargo, no siempre reparamos en la connotación que estas pueden tener para un importante sector de la población.

Luego de la victoria de Colo Colo sobre Universidad de Chile, los hinchas, la opinión pública y los medios de prensa hablamos de "paternidad" para explicar la superioridad estadística de albos sobre azules. Pero ¿qué encierra este concepto? ¿Es una concepción machista y retrógrada? ¿Es sano seguir utilizándolo? Todas estas preguntas tienen respuestas de distintos enfoques.

Tatiana Hernández, socióloga e integrante del Observatorio de Género y Equidad, cuestiona el uso de esta palabra: "Efectivamente es algo machista. La paternidad tiene que ver con la construcción del patriarcado, de la figura que manda y que tiene el poder, y de la legimitidad social para someter y subordinar. En este sentido, su uso en el juego apunta a denostar al adversario, suponiendo que está menoscabado", sostiene.

Por otra parte, advierte que se debe fomentar el respeto y el reconocimiento. "Nosotros, como observatorio, nos hemos sumado a varias peleas en este aspecto. Por ejemplo, lo que logramos con la Universidad de Chile, que pone en su certificado de título la condición femenina. Es decir, 'médico' o 'médica', lo que significa una conquista de mujeres y feministas, porque creemos que la democracia se juega en varios temas y uno de ellos es el reconocimiento de lo que históricamente ha sido invisibilizado. Además, es falso que seamos una minoría, porque conformamos el 52 por ciento de la población mundial", apunta.

Con respecto al fútbol, Hernández plantea la opción de que los clubes realicen diversos gestos, porque, a su juicio, ciertas actitudes promueven la violencia. "Creo que los empresarios del fútbol podrían generar mensajes de igualdad. Ellos tienen el poder de transmitirles a sus empleados, los jugadores, que diciendo 'yo soy tu padre' no se construye una mejor sociedad. Por el contrario, los debilita a ellos mismos, pues este tipo de masculinidad está muy cuestionado y deriva en la violencia. Porque cuando no resulta decirle 'soy tu padre', esto deriva en violencia física y no me extraña que los barristas pudieran caer en esa situación", concluye.

Libertad del lenguaje

Una opinión totalmente distinta tiene el profesor de castellano y periodista, Jaime Campusano, quien señala: "El concepto de paternidad en el deporte en Chile comenzó a aparecer en la década del 70 con el surgimiento de los triunfos de Colo Colo, que hasta ese entonces era un equipo del montón. No obstante, pienso que nadie te puede decir lo que es bueno o lo que es malo. Las palabras son parte del diccionario porque están para usarlas. La masa parlante es la que manda. ¿Quién es uno para decirle a una masa qué palabras usar? Nadie dice 'la maternidad de Colo Colo'".

En este contexto, el académico siente que "el deporte es una excepción, donde el lenguaje se puede usar de cualquier manera. Es el único lugar donde se puede decir que 'una pelota infló la red', algo imposible. O la 'chispeza' de Gary Medel o el que dice que la 'pierna' (en alusión a su esposa) está en la casa. Tampoco podemos juzgar al Murci Rojas por lo que dice. El deporte toma el lenguaje y lo hace propio, crea un tipo de jerga o gueto".

Con respecto al machismo que el concepto de paternidad pudiera encerrar, Campuso cree que "la sociología no puede meterse en el lenguaje deportivo. No creo que el que haya aplicado el concepto de paternidad lo hiciera por ofender  a las mujeres. Yo creo que a la RAE le da lo mismo hablar del lenguaje deportivo".

Precisamente, la Real Academia Española, en la última edición de su diccionario, suprimió algunas acepciones que pudieran ser sexistas u ofensivas, pero mantuvo otras. Por ejemplo, de femenino desaparecieron los adjetivos "débil" y "endeble"; mientras que de masculino no fueron considerados "varonil" y "enérgico". O en el término gozar se eliminó la definición de "conocer carnalmente a una mujer". Sin embargo, en las definiciones de débil y fuerte se sigue señalando que existe un "sexo débil" y un "sexo fuerte".

Así, el diccionario es un notario de la realidad y no juzga el uso de las palabras, mientras que por otro lado un sector propone un cambio de base cultural. Usted decide.

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