Histórico

Secuela, precuela, cautela

Si la idea no nació con las ampliaciones de Star Wars, fue con ellas que se hicieron famosas las continuaciones, hacia delante y hacia atrás, de ciertos relatos. A las astucias del cine, se unen también las del libro, como tres ejemplos recientes.

No es del todo claro que los beneficios del reciclaje en el mundo natural sean igual de provechosos en los mundos imaginarios. Que entre éstos abunden menos las buenas historias que los episodios previos o posteriores o desde una perspectiva distinta de buenas (o no tan buenas) historias, pero de probado éxito, algo dice de la frágil condición de la creatividad actual.

La expansión de una obra, ya sea en su cronología o su punto de vista, no es algo nuevo y se remonta a la fundación de la literatura occidental. Sin embargo, la proliferación de secuelas, precuelas, reinicios o "nuevas versiones" responde menos a la intención de completar un apretado tapiz tejido con hilos narrativos, que a la continuación del triunfo comercial por otros medios. Un relato se amplía o prosigue para extraer hasta la última gota de ganancia de obras exitosas. La expectación creada en torno a Harper Lee, autora de un único libro de quien se descubre uno "nuevo"; o la continuación de la saga Millenium, o una vuelta de tuerca a las "sombras" de Grey, son ejemplos recientes.

Si en las "precuelas" se sabe lo que ocurrirá después, en Grey se sabe todo. E. L. James logró ventas multimillonarias con la trilogía Cincuenta sombras sobre el amor entre la adorable Ana Steele y el buenmozo y sádico Christian Grey. El cuarto libro no es una continuación, sino la misma historia del tomo primero, pero con Christian y no Ana como narrador. La aventura había sido contada en detalle por ella y se repite cada escena, reiterando los mismos comatosos diálogos. Pero los agregados, se supone, permitirían llegar a los pensamientos de él, mayormente dedicados al sexo un tanto psicópata. Ana contó lo que sintió al entrar por primera vez en la oficina del millonario. ¿Qué sintió Christian? El se pregunta cómo se verá la piel de ella después de golpearla con una vara. Si Ana conversaba con un alter ego a quien llamaba su "diosa interior", él conversa con su entrepierna. Grey puede provocar tanto dolor con sus látigos como con sus  frases, que molestarían incluso a un machista recalcitrante: no le gusta que ella vista jeans: "Me gusta que mis mujeres lleven falda, que sean accesibles".

En el caso de Millennium, su autor, Stieg Larsson, no alcanzó a gozar de la fama ni del dinero: en 2004 murió de un ataque cardíaco antes que se publicase su trilogía protagonizada por la vengativa hacker Lisbeth Salander y el periodista de cruzadas progresistas Mikael Blomkvist. Los herederos encargaron una cuarta entrega a David Lagercrantz y el resultado fue Lo que no te mata te hace más fuerte, con la frase de Nietzsche que era divisa del malvado padre de Salander, Alexander Zalachenko, cuya historia recorría la trilogía: ex espía soviético que desertó a Suecia en busca de libertad para traficar drogas y violar mujeres; después de una paliza a la madre de Salander, ésta trató de matarlo; el padre quedó impune y la hija fue enviada a una institución mental, donde fue abusada. Las aventuras de Blomkvisty Salander los llevan a enfrentarse, durante tres libros, a una red de tráfico sexual, policías y empresarios corruptos, grupos filonazis y mafiosos.

En la nueva novela, Salander y Blomkvist no se han visto en algún tiempo. El periodista está en problemas: sus rivales lo critican porque carece de un pensamiento moderno y no tiene presencia en las redes sociales; su revista Milenium está en peligro y necesita encontrar una noticia que traiga nuevos inversores. La oportunidad se presenta cuando un renombrado científico sueco, quien trabaja en la creación de una superinteligencia artificial, se comunica con él porque teme por su vida. Pero el científico también está en contacto con Salander, quien trata de hackear la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU. El científico es asesinado y su hijo, un niño autista e idiot savant,  ha sido testigo, pero no puede comunicarlo, sino mediante dibujos perfectos. El libro resulta ser igual de bueno (o malo, según la perspectiva) que los libros de Larsson. Además de retomar la atmósfera y sus personajes principales, Lagercrantz deja las puertas abiertas para continuar la serie (Larsson había imaginado, se supone, 10 libros).

La historia de Ve y pon un centinela es algo distinta. Después de publicar la novela sobre un abogado del sur de EEUU que defiende a un negro acusado injustamente de la violación de una blanca, Matar a un ruiseñor (1960), premio Pulitzer y llevada al cine en 1962,  Harper Lee no publicó nada más. Pero la prehistoria de Matar a un ruiseñor es la de un manuscrito rechazado por varias editoriales hasta ser aceptado por una en 1957. Es esa novela inédita, o primer borrador, la que aparece como Ve y pon un centinela, "descubierta" en 2011, cuando Lee, anciana, ciega, sorda, era cuidada por su hermana mayor; al morir la hermana, en 2014 (a los 103 años), Lee decide sacar a la luz la novela "encontrada". Allí una jovencita sureña, "Scout" Finch, regresa a casa para visitar a su padre envejecido y artrítico. Se encuentra con las actitudes racistas de él y de su novio; aparecen como partidarios de la supremacía blanca; de hecho, toda la comunidad lo es. Entre recuerdos de los juegos de infancia con su hermano muerto, Jem, y con su amigo Dill (Capote), más las peleas actuales con su tía, aparecen dos menciones de un recuerdo de hace 20 años: cuando su padre ganó un juicio en que defendió a un joven negro acusado de violación. Así, este recuerdo, es la historia conocida. El editor pidió a Lee que se centrara en la infancia de Scout, abriendo paso a una nueva novela, la que llegaría a ser Matar a un ruiseñor. Las diferencias no están tanto en el padre sino en la figura de Scout que pasa de ser la voz de la niña que recuerda, a un personaje en tercera persona y que transforma a Ve y pon un centinela en una precuela-secuela imperfecta, que funciona más como documento histórico de una novela que como novela.

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