Si alguna vez disfrutó de un videojuego, es probable que haya visto el título Space Invaders publicado por la empresa japonesa Taito o alguna de sus múltiples derivaciones. Tal vez hoy parezca prehistórico, pero el juego, que este mes cumple 35 años desde que salió al mercado, ha ejercido una gigantesca influencia en la industria del videojuego.

No fue el primer schmup, término usado para referirse a antiguos juegos de disparo 2D donde deslizarse de un lado a otro era vital. Missile Radar (1974) y Guide Missile (1977) lo precedieron. Pero este juego -donde el objetivo era deslizar una nave de izquierda a derecha y disparar un cañón al cielo para repeler hordas de alienígenas- sí aprovechó del espíritu de la época como ningún otro juego. Y ahora se prepara a volver renovado de la misma mano de Taito: un spin-off del juego original, titulado Groove Coaster Arcade Edition y que integra gráfica renovada, música y ritmo a la acción original, se lanzará en 2013 para marcar el aniversario. El juego se "ajusta a los tiempos", explica Taito.

PRUEBA Y ERROR

Este logro se debió en gran parte a que, en el año anterior de su lanzamiento, las películas Star Wars y Encuentros cercanos del tercer tipo se tomaron por asalto la taquilla, activando en el público un apetito por cualquier cosa ligada a los alienígenas. Pero en la temática extraterrestre de Space Invaders también influyeron otras circunstancias fortuitas.

Tomohiro Nishikado, quien se graduó de ingeniero de la U. de Tokio Denki en 1968 y que partió diseñando juegos mecánicos, concibió originalmente el juego con una temática bélica tradicional, con tanques y aviones. Pero cambió su idea luego que Taito prohibiera el uso de enemigos humanos.

"Space Invaders no fue el resultado de una repentina inspiración. El concepto tomó forma gradualmente", dice Nishikado a BBC. "Los juegos donde había que romper o derribar bloques tenían mucho éxito en esa época y quería crear un juego de disparos con un estilo similar. Fue el resultado, en gran parte, de un sistema de prueba y error", agrega el diseñador.

Nishikado tenía 34 años y operó como un ejército de un solo hombre cuando elaboró el sistema de juego, el arte, los diseños y los sonidos de Space Invaders. Incluso, él mismo fabricó un computador a su medida para ejecutar el juego. "Space Invaders, como todos los juegos elaborados en esa época, sufrió un gran impacto por las limitaciones de hardware y las lentas velocidades de procesamiento, por lo que su desarrollo fue toda una batalla", explica. "Ese movimiento zigzagueante de las filas de extraterrestres de Space Invaders fue lo más sofisticado que pude lograr en su momento, pero eventualmente me agradó", agrega.

FENOMENO EN DESARROLLO

La disponibilidad de Space Invaders se limitó inicialmente a Japón. El fanatismo requirió de algunos meses antes de manifestarse por completo, pero no pasó mucho tiempo para que los jugadores hicieran filas por horas para tener la oportunidad de jugar en las máquinas instaladas en los salones de videojuegos. Incluso, hubo lugares donde sólo existían máquinas de Space Invaders y hacia fines de 1978 Taito había instalado más de 100.000 unidades en Japón, generando ganancias de más de US$ 600 millones. La empresa Midway vio una oportunidad: obtuvo la licencia y en 1979 introdujo las máquinas en EE.UU. (en 1980, Taito comercializó más de 60.000 máquinas en ese país).

Impacto revolucionario

El juego también ayudó a impulsar la industria de consolas, que estaba estancada. Un puñado de clones de Pong -aquel juego publicado en 1972 por Atari y que consistía en golpear una bola con una especie de bate- había inundado el mercado. Los fabricantes habían bajado los precios para manipular el mercado accionario, hasta el punto que incluso iban a pérdida. Varios abandonaron la industria tras la debacle.S

Atari resistió y su suerte se revirtió cuando lanzó una versión de Space Invaders en 1980, la primera licencia oficial del juego para una consola hogareña. "Tuvo un impacto revolucionario. Ayudó a establecer los cimientos de los videojuegos modernos", afirmó Taito a BBC. Todavía hoy sigue siendo el título más popular de la empresa, acompañado de un próspero negocio de merchandising y nuevas ediciones del juego.

A pesar de sus actualizaciones, el juego original es el que genera la mayor estima. Los récords mundiales Guinness lo nombraron como el juego de máquinas arcade mejor evaluado, debido a su impacto cultural, técnico y creativo. En tanto, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma) anunció recientemente planes para incorporar el juego a su colección permanente.

UNA NUEVA FORMA DE ARTE

"Space Invaders cumple con los criterios que definimos para el diseño interactivo sobresaliente", dice Kate Carmody, asistente de curación del Departamento de Arquitectura y Diseño del Moma.

Incluso, el juego es parte del curriculum en las universidades donde se enseña diseño de videojuegos. "Space Invaders y otros juegos similares representan las raíces de todo lo que vemos hoy en la industria", dice Warren Spector, diseñador del juego Deus Ex y profesor de la Academia de Videojuegos de la U. de Texas en Austin (EE.UU.).

"Representa el nacimiento de una nueva forma de arte, una que literalmente cambió al mundo. Es importante tanto como artefacto histórico y está al nivel de los filmes mudos de principios del siglo XX o los primeros libros impresos", asegura.

El juego también inspiró a Invader, un ícono del arte callejero. El creador francés -cuya identidad es secreta- ha plasmado numerosos mosaicos inspirados en Space Invaders como parte de sus "ataques" en ciudades de Europa, Africa, Asia y América.

"Los personajes, que fueron creados en los albores de las tecnologías digitales, son bastante básicos y fueron elaborados con grandes pixeles, por lo que son perfectos para ser recreados con azulejos reales y mosaicos como los que yo diseño", dice a BBC. "Supongo que la infancia es una gran influencia en el trabajo futuro de muchos artistas. Para mí, Space Invaders representa un símbolo del comienzo del mundo digital en el que ahora vivimos", afirma.