"¡Preciosa!", era el comentario cuando María José Prieto llegó anoche con look a lo Audrey Hepburn y traje de novia súper elegante para casarse con el ex "galán" de telenovelas Cristián Campos en el Club de Golf Valle Escondido. "¡Estoy fascinada! Muy bien y muy contenta", contaba la musa de las teleseries con un vestido en tono blanco, pero no blanco-blanco, sino que entre ostra y un poco mantequilla, con delgados tirantes y que resaltaba su figura de adicta al yoga. Un diseño de la modista Kattia Amar, la misma que vistió a la bailarina Kathy Barriga para su matrimonio con Joaquín Lavín Jr., pero que con Prieto realizó una apuesta con el doble de estilo.

La heroína de las teleseries llegó bien tarde, con su papá y en un antiguo auto Ford. En la entrada del country de Lo Barnechea bajó las ventanillas de la "burrita" para saludar a los reporteros faranduleros. Estaba contenta pero nerviosa. Y poco antes había ingresado su hermana Angela con minivestido negro, collar de brillantes y chaqueta de cuero color té con leche. La modelo y actriz iba con su pololo, el protagonista de la telenovela Los exitosos Pells, Ricardo Fernández que se mostró igual de chistoso que en la comedia de TVN. "Mi cuñada aún tiene tiempo de arrepentirse", comentó sobre la novia. Y agregó que él también iba aprovechar de casarse ahí mismo.

Entre los invitados estuvo un escuadrón de figuras de las áreas dramáticas. Desde Esperanza Silva, saludando ante los flashes, a Maricarmen Arrigorriaga y Carolina Varleta (la de Tres son multitud), que apareció con su pareja, Ignacio Franzani, el presentador del canal cable Vía X con look de adolescente entre mateo y rockero. Todos los convidados era chequeados en un lista por los guardias del club en los faldeos de un cerro y con paisajes verdes que conquistaron a Prieto.

La protagonista de Mala conducta estuvo semanas preparando todo. Quería una ceremonia "diferente". Y así lo hizo.

Primero se preocupó de la seguridad. Nada de paparazzi ni prensa rosa. Luego pidió ayuda a una productora e ideó un banquete estilo "lounge". Es decir, para que los invitados se sintieran en el living de su casa. En una sala de estar más que un casamiento tradicional. Por eso integrantes de la organización detallan que el ambiente estaba diseñado sin las tradicionales mesas con sillas, "sino con mucho sillón, y adornos con candelabros".

La comida tampoco fue el conocido menú de entrada, plato central y postre. El chef ejecutivo de Valle Escondido, Felipe Durán, había creado una degustación de 12 platos diferentes. De acuerdo a las mismas fuentes, se trataba de preparaciones "delicadas y pequeñas", servidas una tras otra. "En la elaboración se utilizaron ingredientes típicos chilenos, pero con mucha delicadeza. Había corvina, atún, asado de tira y otras degustaciones tradicionales". Aunque a pesar de tanta vanguardia, se esperaba que el baile fuera como siempre, con los ritmos que a todos el mundo le gustan.

Campos había llegado al menos dos horas antes que su mujer. Iba con el tradicional traje y corbata. El agregado cultural en Washington había contado que este era un viaje flash. Llegó el viernes. Se casó anoche. Y hoy regresaría a Estados Unidos, donde también se instalará Prieto. La heroína de las teleseries planea dedicarse a leer, hacer yoga y pasear en bicicleta para conocer la ciudad. Aparte de acompañar a su marido.