Villa de Leyva, Colombia, un lugar fuera del tiempo
A poco más de dos horas de Bogotá y rodeado de verdes colinas, un pueblo de 1572, que conserva magistralmente su arquitectura, se abre con fuerza a un turismo aún poco masivo, pero que sorprende.

El TITULO
no es azaroso. Si a usted lo colocan en el centro de la
Plaza Mayor
de este poblado, fundado en 1572, no sabrá en que época se encuentra. Si en el lejano siglo XVI o en los tiempos de Twitter. La plaza -de 14.000 m2-, la más grande de Colombia, está completamente construida con grandes piedras, que le dan una de las características más notables al ya muy valioso poblado de
Villa de Leyva
, uno de los secretos mejor guardados por los locales del masivo turismo internacional que devora con placer Cartagena de Indias o el Eje Cafetero.
Distante a sólo 177 km al norte de Bogotá, en el departamento de Boyacá, y sobre los 2.145 msnm, la Villa de Nuestra Señora Santa María de Leyva está rodeada de pequeños montes siempre verdes. Es una joya colonial muy bien mantenida y de linda arquitectura con grandes casonas de muros blancos, puertas coloridas y tejas de adobe, en sus callejuelas empedradas se han ido instalando hoteles boutique y restaurantes gourmet.
DE LO PROFANO A LO SACRO
La villa es adorada por los bogotanos. Hay una enorme cantidad de barrios nuevos, más allá del centro histórico, que siguen manteniendo la tradición arquitectónica del entorno y que cobija a respetados capitalinos en fines de semana largos y vacaciones. El resto del año es muy-muy tranquila, con decenas de bares (ojo con el que vende absenta, conocida como la bebida maldita, porque su consumo en exceso produce alucinaciones) y lugares para comer arepas, longanizas típicas, génovas (otro tipo de embutidos) y el cocido boyacense (una especie de cazuela con costillar, carne, pollo y diversas verduras).
Villa de Leyva fue conocida por la gente más joven debido a cuentos mágicos de duendes y hongos alucinógenos que se pueden encontrar en el sector. Sin embargo, ha pasado de ser un enclave seudo-hippie a convertirse en uno de los puntos más chic en el itinerario viajero dentro de Colombia, debido a la llegada de tiendas de diseño, hoteles boutique de cuidada arquitectura y servicio y de refinados restaurantes que elaboran platos modernos de la gastronomía local. Claro, es una novedad con más de 400 años de historia que se descubren al perderse en sus estrechas calles y toparse con sendas iglesias que le otorgan un sentido monástico al paso por el poblado. En la plaza principal se ubica la Iglesia Parroquial, fundada en 1608. En la Plaza Ricaurte está el ex convento de San Agustín (1594) y hoy hogar de una institución conservacionista. A un costado de la zona del hospital está la iglesia de San Francisco (1614), cerca se ubica el convento de las Carmelitas Descalzas (1645) y una de las más importantes: la iglesia de Nuestra Señora del Carmen (1850), de estilo andaluz con una doble capilla, siendo la mayor llamada de la "Mamá Linda". Cuenta con un museo de obras religiosas con piezas del siglo XVII.
Hay tres festividades características que cada año engalanan las calles de la villa. Las fiestas patronales dedicadas a la Virgen del Carmen, a mediados de julio, con romerías y misas. El festival nacional del Viento y las Cometas, que se realiza a mediados de agosto, con cientos de volantines surcando los aires, y el muy fotográfico Festival de Luces, que se hace a inicios de diciembre y que coincide con el Día de la Inmaculada Concepción, en que la ciudad se cubre de velas, faroles y fuegos artificiales.
DE LO HISTORICO A LO NATURAL
El pueblo es de esos lugares en que perfectamente se puede dedicar el día a no hacer nada y descansar en el silencio de sus calles. Observar la vida pueblerina a paso lento, o comer en alguno de sus muy buenos restaurantes. Sin embargo, si es de los que les interesa conocer los detalles de los sitios que visita, la recomendación es empezar con otros hitos históricos de importancia.
La Casa del Primer Congreso
, un símil de nuestra Casa Colorada, albergó en 1812 a las primeras tentativas independentistas nacionales, actualmente es la Oficina Municipal de Turismo con mucha información. Destacan las casas de José María Vargas (1885), un polémico literato; la del general Rojas, monumento nacional, y la de Juan de Castellanos. Hay varios museos de interés: el de Arte Colonial, con cuadros de Vásquez Ceballos, retablos y joyas; el de Antonio Ricaurte, donde nació uno de los próceres de la independencia y el del maestro Luis Alberto Acuña, con una gran colección de pinturas y esculturas.
Los alrededores de Villa de Leyva cuentan una historia aún más antigua. La de los dinosaurios y la de los muiscas, los habitantes originarios de la zona. A cinco kilómetros de distancia está el hogar del Kronosaurus quensladicus, uno de dos los fósiles mejor conservados en el mundo de un reptil marino, entre 120 y130 millones de años de antigüedad. A cuatro km de distancia está el centro astronómico utilizado por los muiscas, El Infiernito, y que es todo lo que quedó de la antigua ciudad indígena de Saquecipá. Son 25 columnas cilíndricas con motivos fálicos.
Ya en las afueras, individualmente o con alguno de los tours guiados que salen desde la villa, se pueden hacer expediciones espeleológicas en la cueva La Fábrica, con murciélagos y río subterráneo; la gruta del Hayal, con una cascada de 25 metros y una pequeña cueva, zona ideal para el canyoning y, finalmente, ir a La Periquera. Este recinto, ideal para acampar, cuenta con una enorme cascada del río La Cebada, un largo rappel por una honda quebrada, decenas de pericos y una paz que concuerda mucho más con la Colombia de estos últimos años que la de las historias sangrientas de la época de la guerrilla. Villa de Leyva es la prueba fehaciente de este nuevo pais.
GUIA
¿COMO LLEGAR?
En auto hay cuatro opciones para llegar a este Monumento Nacional, todas entre dos horas y cuatro a tres horas de recorrido.
En bus. Hasta Tunja en un recorrido de dos horas y media. De Tunja salen colectivos hasta las 8.00 pm con rumbo a Villa de Leyva y son sólo 45 minutos.
DORMIR:
Hotel Antonio Nariño. De estilo colonial, desde US$ 35. www.hotelantonionarino.com
Hospedería Duruelo. Complejo hotelero, con gran piscina y 93 habitaciones. www.duruelo.com.co
Hotel Boutique Villa Roma Piscina y comidas. www.hotelvillaroma.com
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