Columna de Luis Larraín: Los fantasmas de la cuenta



El Presidente Boric intentó en su Cuenta Pública hacer lo de siempre: mostrar un país distinto al que habitan los chilenos. Reforzado por consejeros que lo convencieron de prescindir de la realidad llamando “fantasmas” a los problemas de los chilenos, decidió hablarles a los habitantes de la comuna mental de Ñuñoa (genialidad de Rafael Gumucio).

Así, no mencionó los campamentos en que viven 114.000 familias, casi el mismo número que existía en 1998. Tampoco que el gobierno ofrece un número de viviendas 20% inferior a la década de los noventa, cuando el presupuesto era 10 veces menor. Respecto a la salud, organizaciones de enfermos de cáncer, primera causa de muerte en Chile, reprocharon la falta de mención del tema en la cuenta. En cuanto a las cirugías en listas de espera en el sistema público (300.000), el Presidente comprometió recursos para atender 30.000.

En educación ignoró la crisis de gestión en los SLEP estatales, cuyo caso más emblemático es Atacama; y los 70 mil alumnos en prebásica desatendidos. No habló de condonar el CAE prometiendo una “solución” que nadie sabe cuál es. Ignoró que faltan 200.000 empleos desde niveles prepandemia y sólo sube el empleo público (40 mil en el primer trimestre).

En materia de orden público y criminalidad se jactó de la cantidad de leyes aprobadas, sin señalar que fueron en su mayoría iniciativas de la actual oposición a las que ellos en muchos casos se opusieron. No hubo mención al cruel asesinato de tres carabineros en Cañete, que tantas declaraciones enérgicas sacaron al Presidente Boric recién ocurridos los hechos, ni menos al secuestro y ejecución de Ronald Ojeda, cuyos asesinos burlan nuestras fronteras a su antojo y gozan hoy de la protección del gobierno de Venezuela.

Así el Presidente, en un tono conciliador a ratos, habló de acuerdos, pero nunca detalló las cesiones que el gobierno está dispuesto a hacer para lograrlos. Dio por sentada la reactivación de la economía y temerariamente dijo que al finalizar su mandato Chile habrá crecido por encima del promedio de los 8 años anteriores, lo que es muy improbable y contradice las proyecciones del propio gobierno pues el 2,11% promedio entre 2014 y 2021 es superior a la estimación para 2022-2025 del Ministerio de Hacienda de 1,87%. También a la del FMI de 1,7 % y la del Banco Central de 1,69%.

Vendió otras ilusiones, como la postulación a los Juegos Olímpicos del año 2036 o expansiones de la red de Metro, que serán otros quienes tendrán que enfrentar. Pero la guinda de la torta para los habitantes de la comuna mental fue una ley de aborto libre y eutanasia, que en el primer caso es rechazada por la mayoría de los chilenos y en el segundo simplifica realidades como el buen vivir y morir, y el rol de los cuidados paliativos. Así, los supuestos fantasmas del asesor siguen gozando de perfecta salud.

Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor de Libertad y Desarrollo

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