Columna de Sofía Troncoso: Exclusión digital: otra forma de maltrato



La abundancia de innovaciones tecnológicas y digitales que aparecen a diario apuntan principalmente a formas de progreso que mejorarán la calidad de vida de todos los chilenos. Pero eso sí; solo para quienes tienen conocimientos y habilidades digitales. Esta hiperdigitalización esconde una forma de maltrato estructural que lleva ya 20 años tipificado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y que hoy, en el día de la toma de conciencia sobre el maltrato contra las personas mayores, vale la pena recordar.

El maltrato estructural o societario es aquel que ocurre desde y en las estructuras de la sociedad mediante normas sociales, culturales, económicas y legales y que van en perjuicio de la persona y no permite la satisfacción de sus necesidades y el desarrollo de sus potencialidades (Senama).

Por eso, la exclusión digital es una forma de maltrato. Así lo reconoció el Senado, cuando semanas atrás levantó una solicitud al Presidente de la República que busca la implementación de políticas públicas en materia de educación digital para adultos y adultas mayores. Una materia urgente de abordar dado que el 81% de las personas mayores nunca ha realizado trámites online por sí solas (MDSF, INE y PNUD 2021) y entre quienes tienen smartphone, solo el 54% lo ocupa para chatear (CEVE, UC 2021).

Es también una forma de maltrato cuando el agendamiento y confirmación de citas médicas se ha digitalizado a todo nivel, a pesar de que cerca de 2 millones de chilenos mayores no tiene una cuenta de correo electrónico porque no sabe utilizarla, provocando una dependencia de terceros para la gestión de su propia salud. Ocurre cuando la postulación a beneficios sociales como la PGU debe realizarse exclusivamente por internet, al mismo tiempo que grandes zonas del territorio nacional siguen sin recibir señal para conectarse (Subtel, 2022). Ocurre cuando la digitalización de la banca penetra con tanta fuerza que hasta para pagar un estacionamiento se debe interactuar con máquinas que solo aceptan tarjetas sin considerar que 4 de cada 5 adultos mayores no utiliza estos métodos de pago.

Existe una larga fila de ejemplos concretos que se reconocen como formas de maltrato a las personas mayores y es urgente cambiar esta realidad. Recordemos que 6 de cada 10 adultos mayores en Chile no usa internet (CASEN 2017), 4 de cada 10 ni siquiera tiene celulares inteligentes (UC, 2021) y sólo 5 de cada 100 personas mayores en el país ha tenido acceso a cursos de instrucción digital (Conecta Mayor, 2022).

Ante la magnitud y velocidad de estos fenómenos es fundamental repensar cómo nuestra sociedad integra a las personas mayores, grupo que hoy representan al 20% de la población. Desde la sociedad civil organizada hacemos un llamado a tomar conciencia de que la indiferencia es a su vez una forma de maltrato y todos quienes administran y diseñan servicios públicos y privados tienen una responsabilidad concreta.

Hoy es más urgente que nunca crear sistemas amigables y comprensibles que respondan a todos los niveles de las habilidades digitales, junto con el diseño de transiciones hacia lo digital que prepare a sus usuarios a lo largo de todo el proceso, fomentando así una real inclusión digital y el acceso a tecnologías pensadas no sólo para unos pocos, sino que para toda la sociedad.

Por Sofía Troncoso Melo, Directora Social de Conecta Mayor UC

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