SEÑOR DIRECTOR:

En su columna del domingo, Daniel Grimaldi nos anuncia una vez más los terrores que afrontarán el país si es que llega la extrema derecha, pues con ella vendrá la destrucción de la democracia, y por supuesto el progresismo es el antídoto para ello.

Esta mirada es parcial, pues la (ultra) izquierda también ha mostrado ser antidemocrática, con un PC en el gobierno que valida y defiende al régimen de Maduro, y un Frente Amplio que en el pasado intentó profusamente sacar al Presidente Piñera, quien fue democráticamente elegido.

Es importante que el progresismo entienda que la democracia hoy está amenazada por ambos extremos y que no solo vea la paja en el ojo ajeno. Para preservar la democracia es cada vez más importante que tanto centroderecha como centroizquierda se liberen de sus respectivos “ultra” y retomen el camino republicano, no populista, de los acuerdos.

Luis Eduardo Dujovne