Los candidatos y el ajuste fiscal
Salvo Artés, todos los candidatos señalaron en el debate televisivo que iban a ajustar el gasto público. Me voy a centrar en el ajuste fiscal de Kaiser, Kast y Matthei. Las propuestas de Jara, Enríquez-Ominami y Mayne-Nicholls fueron menos notorias en esta materia.
La única propuesta realista y que, con dificultades, se puede implementar es la de Matthei. En cuatro años, ajustar US$ 8.000 millones permite ser flexible respecto de cuándo hacerlo y, si se hiciera proporcionalmente, es compatible con ganancias de productividad en el sector público.
Lo más interesante es que en los anuncios de Kast y Kaiser abundan contraargumentos y excepciones. Elija usted: (a) saben cómo hacerlo, pero temen decirlo, (b) no saben cómo hacerlo o (c) saben que no lo podrán hacer.
En el caso de Kast, la propuesta es vaga: US$ 3.000 millones por parte del gobierno, 1/3 de corrección de abusos, 1/3 austeridad y 1/3 eficiencia. No hay cálculos que justifiquen esta dosis, pero su distribución homogénea suena a comunicación estratégica. Esto se ve ratificado porque los otros US$ 3.000 millones será legislando, de manera que si no se cumple será culpa del Congreso.
Lo que quedó claro es que Kast no tocará ningún beneficio social. Esto quiere decir que el ajuste sobre el resto del presupuesto es estratosférico. El gasto total del gobierno central fue un 24,6% del PIB en 2024. Si excluimos del ajuste defensa y orden público, salud, educación, edad avanzada, el componente de vivienda de protección social y el pago de intereses de la deuda, la suma de lo “intocable” es 19,6% del PIB. En estas circunstancias, los USD 6.000 millones equivalen como al 50% del gasto objetivo. ¿Cómo funcionará el resto del Estado con un 50% de menor gasto?
El ajuste de Kaiser es más agresivo y no cuadran los números. Se postula mantener la PGU para los actuales beneficiarios, pero reducirla para los nuevos. Esto requiere aprobación legislativa, solo ahí podría generar algún ahorro. Pero eso es inconsistente con duplicar la PGU para mujeres con tres hijos y con incrementos menores para otros casos. Las medidas se neutralizan y si se llegara a implementar el total, el ajuste sobre el resto del Estado es brutal.
Entre las tres, solo la de Matthei es compatible con un Estado que sigue funcionando mientras se reforma. Los ajustes de Kast y Kaiser imponen costos enormes. Difícilmente el gobierno podría funcionar adecuadamente.
Lo interesante de Kast y Kaiser es que, al excluir el gasto social de cualquier ajuste posible, reconocen que éste juega un rol crucial en las sociedades democráticas modernas. El proceso de innovación que permite el crecimiento económico requiere de un “estado asegurador” que en Chile es imperfecto.
Chile debe aprender a vivir como un Estado social de derecho que requiere más recursos públicos, la pregunta es de dónde salen. Los incrementos de impuestos del pasado no funcionaron. Hoy el desafío es elevar el crecimiento. El domingo este tema se trató con una superficialidad preocupante.
Por Guillermo Larraín, FEN U. de Chile
Lo último
Lo más leído
1.
2.
4.
5.
6.
¡Aprovecha el Cyber! Nuestros planes a un precio imbatible por más tiempo 📰
Plan Digital$990/mes SUSCRÍBETE