Cansancio anormal: cuando el agotamiento se vuelve patológico




Estos días han sido agotadores, física y emocionalmente. La incertidumbre, la montaña rusa de emociones, el insomnio y el estrés han terminado haciendo que muchas personas se sientan más cansadas de lo normal. En este contexto, el cansancio no es raro ni tendría por qué ser patológico, pero ¿qué pasa cuando dormimos lo suficiente, comemos bien y descansamos lo que tenemos que descansar, pero aún así nos sentimos cansadas? “El cansancio es la percepción del agotamiento, de la falta de fuerza y energía, ya sea física o mental”, dice la doctora Alejandra Segovia, reumatóloga de Clínica Alemana, quien añade que existe el cansancio normal y el cansancio anormal, con el cual habría que tomar ciertas precauciones.

“El cansancio normal es aquel que es proporcional al esfuerzo que lo ha desencadenado”, explica Segovia y añade: “Si hemos subido un cerro empinado, la gran mayoría sentiremos cansancio corporal, que se va a ver reflejado en debilidad muscular, palpitaciones y respiración agitada, por ejemplo, pero nos recuperamos fácilmente. Si hemos trabajado arduamente durante horas frente al computador, posiblemente sentiremos cansancio mental”. En esa línea, la especialista aclara que se podría entender el cansancio como una expresión normal del agotamiento frente a un esfuerzo, así como también se puede interpretar como una advertencia de la necesidad normal que tenemos las personas de descansar para poder recuperarnos.

“Sin embargo, es importante reconocer que el cansancio puede ser reflejo de una enfermedad, tanto física como mental”, advierte Segovia. Explica que hay dos claves para sospechar de un cansancio patológico: “La desproporción entre esfuerzo realizado, la sensación de cansancio y tiempo requerido para recuperarse, y la aparición de otros síntomas o signos como cambios de peso, palidez, palpitaciones, tos, diarrea, dolor, debilidad muscular persistente, irritabilidad, insomnio, desánimo e inapetencia, entre otros”. Según dice, si una persona que por lo general es capaz de subir tres pisos por la escalera sin cansarse, y de pronto nota que su condición ha empeorado notoriamente, tendría que ir donde un médico a evaluar si es que tiene alguna anemia, enfermedad cardiaca, pulmonar, muscular, mental o endocrinológica, entre otras alternativas que podrían explicar ese deterioro.

Segovia añade que el cansancio patológico es, por lo general, mixto: “Tanto físico como mental, predominando según el caso un componente u otro. Esta diferencia ayuda a orientarnos en la causa del agotamiento; si se trata de una enfermedad localizada primariamente en el cuerpo, o si es una enfermedad psiquiátrica”. Eso sí, dice que una excepción a esto es la fatiga crónica, que se percibe principalmente a nivel del cuerpo, lo que podría estar relacionado con un trastorno de la percepción corporal: “Las percepciones las construimos en nuestro cerebro, integrando estímulos físicos, ambientales, culturales y personales, entre otros”.

La recomendación es siempre consultar con un especialista cuando se perciban deterioros en la capacidad de soportar esfuerzos, y es especialmente importante que se haga cuando ya han aparecido algunos de los síntomas que se mencionaron anteriormente.

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