Feminismo punk

Paula 1245. Sábado 10 de febrero de 2018. Especial Amor.

"Estoy furiosa contra una sociedad que me ha educado sin enseñarme nunca a golpear a un hombre si me abre las piernas a la fuerza (...). Sobre todo, me da rabia que frente a tres hombres, una escopeta y atrapadas en un bosque del que no podíamos escapar corriendo, hoy todavía me siento culpable de no haber tenido el coraje de defendernos con una pequeña navaja". El tono virulento y desgarrado de Virginie Despentes (1969) marca este manifiesto que deplora la femineidad tipo Kate Moss, de mujer regia y un poco rebelde pero complacientemente pegada a su cuerpo deseable, y se identifica más bien con King Kong, un ser peludo, peligroso, sin lugar. "Hablo de mi lugar como mujer siempre excesiva, demasiado agresiva, demasiado ruidosa, demasiado gorda, demasiado brutal", dice.

Despentes fue una chica punk que se largó joven de su casa y en una de sus andanzas sufrió una violación atroz junto a dos amigas. Su sensación de culpa solo desapareció años después, cuando leyó a la feminista norteamericana Camille Paglia, quien advierte que las mujeres deben cuidarse de la violencia masculina, y que de sufrirla tienen las armas para asumir y sobreponerse. No dejarse poner en el lugar de la víctima. Y saber que la liberación real viene de una comprensión mayor: "Entender los mecanismos que nos han hecho inferiores y los modos a través de los cuales nos hemos convertido en nuestras mejores vigilantes, es comprender los mecanismos de control de toda la población". Ella no solo escribe para las mujeres, sino también para los hombres que no quieren ser triunfadores. Despentes quiere que la mujer se haga cargo de su poder en lo público y lo ejerza en cuestiones básicas como el espacio doméstico, el cuidado de los hijos y el sexo, ámbitos en los que considera seguimos en un artesanado.

Cuánto: $10.000 en librerías.