Restricción del acompañamiento en el plebiscito: Cómo nos afecta a las mujeres

Según una encuesta realizada por Ipsos y Espacio Público, un 23% reconoce que deberá acudir a votar acompañado o acompañada y un 9% que debe llevar a menores de edad o personas a su cargo. La mayoría son mujeres.




A comienzos de septiembre se publicó en el Diario Oficial la normativa que ejecutará el Servicio Electoral en el plebiscito del 25 de octubre. Y una de las medidas que se tomaron, en el contexto de pandemia, tiene relación con el acompañamiento o asistencia en las áreas de sufragio. El Servel indicó que cada ciudadano deberá ir a votar solo para evitar aglomeraciones, a excepción de algunos casos puntuales de personas que requieren ser acompañadas al momento de hacer valer su derecho. Un punto no menor si se considera que un 23% de las chilenas y chilenos reconoce que deberá acudir a votar acompañado o acompañada, o asistiendo a otras personas.

Así lo estableció la encuesta Condiciones para un plebiscito seguro, realizada en agosto por Ipsos y Espacio Público. En ella, frente a la pregunta, independiente de si va a votar en estas elecciones, por favor indíquenos si debe cumplir con alguna de estas tareas: Un 17% respondió que debe acompañar o asistir a otras personas a votar –personas mayores o con alguna discapacidad–; un 9% dijo que debe ir a votar acompañada o acompañado de menores de edad o personas a su cargo; y un 3% que necesita ser asistido o acompañado para ir a votar.

Si esas cifras se desglosan por género, son mayoritariamente las mujeres las que se enfrentan al dilema del acompañamiento –27% versus y 20% en el caso de los hombres–, cuestión que según la cientista política y directora ejecutiva de Espacio Público, Pía Mundaca, no es una verdad revelada en esta encuesta, sino que una evidencia más de que son las mujeres las principales responsables del cuidado en el país. “La situación de la pandemia ha profundizado y evidenciado las debilidades que tiene nuestra sociedad y una de ellas es el tema del cuidado”, dice.

Las mujeres no solo cuidan a las niñas y niños, también al enfermo de la casa y a las personas mayores. “Son las responsables del cuidado a nivel transversal, entonces obviamente ellas enfrentan mayores desafíos para salir de su casa e ir a votar con libertad, porque requieren de una organización doméstica mucho más compleja; articular redes, pedir un favor para que alguien pueda cuidarlos mientras no está. Y por supuesto la carga mental que eso conlleva”, agrega Mundaca, quien además señala que frente a este escenario se hace necesario generar facilidades para que las personas puedan asistir a votar sabiendo que tienen esta responsabilidad.

Una de las medidas que se han propuesto es la gratuidad en el transporte público. Pía explica que esto tiene que ver con eliminar otras trabas, porque finalmente el cuidado es algo que va a estar ahí, sin embargo, con decisiones de este tipo se genera un mayor incentivo para la participación. “Ojalá haya, además, ciertas medidas locales, porque a estas alturas hay mucho más que hacer a nivel comunitario que a nivel más macro. Me refiero a juntas de vecinos que generan iniciativas colaborativas para cuidar a las niñas y niños de sus comunidades mientras las madres salen a votar. Y es que en esta crisis la fuerza del tejido social ha ido retomando fuerza y eso es bien positivo”, dice.

Aun así, refuerza la idea de que más allá de lo que se haga a nivel local, a nivel macro hay que ir presionando para que el tema cuidado y las responsabilidades mal distribuidas se solucionen con políticas sociales, porque hasta ahora no se han enfrentado de buena manera. “Es crucial que tanto hombres como mujeres, personas con diverso nivel socioeconómico, personas que viven en la región Metropolitana y personas que viven muy lejos de ahí, puedan participar en igualdad de condiciones”, aclara Mundaca. Y concluye: “El plebiscito es el inicio de un camino largo y muy relevante que requiere que participen todas las personas de nuestro país. Si a un grupo se le presentan más trabas para sumarse en el proceso, y si no logramos convocar a todas y todos, la razón de por qué estamos haciendo este proceso no tiene ningún sentido”.

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