¿Tienes tiempo para un rapidito?
De esta práctica fugaz y placentera que rompe la rutina, le preguntamos al sicólogo Francisco Pérez Deney, de la consultora de salud sexual Ikastola. Aquí, claves para liberar pulsiones eróticas contenidas (en algunos) tras el terremoto. En un santiamén.

¿Qué es?
Un "quickie" o rapidito es un encuentro espontáneo de placer sexual, que rompe con la rutina. Se tiene en lugares creativos y momentos inesperados, lo que hace de esta sesión de placer privado u orgasmos al aire libre, un recuerdo memorable, fugaz, rápido, gratificante y extremadamente erótico.
¿Cuánto?
Cada pareja decide cuánto es rápido. Si estamos acostumbrados a tener "un día para nosotros": ir a almorzar, a un hotel, hacer el amor, luego cenar, luego volver a jugar juntos, lo más seguro que tener sexo en 3 horas sea "rapidito". Si, por el contrario, lo hacemos en el tiempo que nos queda entre que los niños se duermen y que nos da sueño, lo más seguro es que "rapidito" sea en 5 minutos. Lo importante es que sea agradable, así sea en 1 minuto como en una hora.
¿Cuándo?
Cuando quiero, cómo quiero y con quién quiero, pero la vida es más compleja que eso. Lo que le acomoda a unos no lo es tanto para otros. Los ritmos son muy particulares y dependen de la contingencia. Los sismos han hecho que algunos aumenten su frecuencia, otros la disminuyan y otros la mantengan. Cada pareja debe buscar su propio tiempo.
¿Para qué?
Para dar y recibir placer sin culpas, sin presiones, dejándose llevar por el deseo. Para romper la costumbre y avivar el fuego, con la libertad de estar sumergido en ese momento e instante. Para gozar el cuerpo utilizando la mayor cantidad de sentidos posibles. Para dejar a un lado aspectos más racionales como "me tengo que ir a la oficina" o "necesito pasar al súper".
¿A qué edad?
Muchas veces se asocia sexo rápido con la pasión de la juventud, pero sería bueno para muchos reeditar esta práctica a cualquier edad.
¿Dónde?
En el living, cocina o terraza en la casa; lugares semi-privados como autos, moteles, oficinas o alguna fiesta en casa de amigos; o, abiertamente, en sitios públicos como baños, cines, ascensores, restoranes, trenes o aviones, que hacen disparar la adrenalina por la posibilidad de ser descubiertos o espiados.
Técnicas de manual
Por Verónica Meneses
"¿Por qué conformarse con un festín ocasional pudiendo disfrutar de pequeños y deliciosos tentempiés a cualquier hora y en cualquier lugar?". Ésta es la reflexión del doctor Joel D. Block, sicólogo del North Shore-Long Island Jewish Medical Center. Block nos invita a sacar todo el provecho posible a una sesión de sexo rápido, mediante sencillas técnicas para disfrutar al máximo cualquier encuentro sexual, por breve que sea. El arte del sexo rápido, Joel D. Block. Editorial Contrapunto, $ 6.900.
TESTIMONIO
Rio Quickie
Por C.A.
"Rio de Janeiro es una ciudad muy hot. Tendida sobre la playa de Copacabana no podía dejar de pensar en sexo. La mala suerte es que, con mi pololo y un amigo de él, arrendamos un departamento de un ambiente. O sea: cero intimidad. ¿Qué hice? Quickie. El amigo entró al baño y mi novio me subió la falda. Escondidos, mi chico y yo, detrás de la puerta de la kitchenette, vimos el cielo. Hicimos funcionar la cafetera, para tener una coartada. Mis recuerdos de Rio huelen a sexo y café express.
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