Felipe Kast, senador de Evópoli: "Se ha perdido el foco y eso es responsabilidad de distintos actores, partiendo por el gobierno"

FELIPE-KAST-WEB

El también exministro advierte que se está ad portas del segundo tiempo del gobierno, que es hora de volver la mirada al legado y no ser presa de la contingencia. "Un buen gobierno es capaz de no solo reaccionar, sino que mantener la música de fondo de sus reformas estructurales", señala.


Hace poco más de una semana, el senador Felipe Kast fue designado "coordinador de campaña" de Evópoli para las elecciones municipales y de gobernadores de 2020. Así, el ahora único senador de Evópoli y excandidato presidencial llama al gobierno de Sebastián Piñera a enfocarse, a preocuparse del legado y no tanto por la contingencia ni por las encuestas.

Tras el proyecto de 40 horas usted dijo que el gobierno actuó de manera ansiosa, y hace poco se hizo más evidente otra diferencia de su partido por el rechazo a apoyar el matrimonio igualitario. ¿Cuál es su evaluación actual del Ejecutivo?

El gobierno está haciendo un esfuerzo importante para sacar adelante una serie de iniciativas, pero, a ratos, por la multiplicidad de frentes que se van tocando, se pierde el foco. Por lo tanto, entrando ya en el segundo tiempo del periodo es muy relevante volver a hacerse la pregunta de cuál es el legado que quiere dejar nuestro gobierno. Y que tiene que tener un correlato con el proyecto político de Chile Vamos, de alguna manera con el relato de Chile Vamos.

Un relato que para muchos está extraviado...

Mientras algunos creen que el relato de Chile Vamos tiene que ser el populismo irresponsable, que es robarle banderas a la izquierda y por lo mismo no tienen complejo en subirse a cualquier iniciativa de la izquierda, tomándose una foto, por ejemplo, o apoyando cualquiera de sus iniciativas. Otros creen que el relato de Chile Vamos, y de la centroderecha, debiese ser polarizar el país, moverse hacia a la extrema derecha y culpar a la izquierda de todos los males. Mientras que hay otros que creen que el relato tiene que desconectarse de la política profunda y volver a una lógica más cosista. Ninguna de esas tres recetas nos van a llevar a poder construir un proyecto que pueda transformar Chile y que pueda proyectarse en el tiempo.

¿Y qué relato propone usted?

Estoy convencido de que el relato de Chile Vamos, y por lo tanto el legado del gobierno, tiene que tener dos ejes fundamentales. Uno, que es volver a hacerse la pregunta de qué significa la justicia, qué significa construir un Chile justo. Desde Horizontal y Evópoli hemos venido trabajando en la concepción de los barrios justos, de la ciudad justa, de las comunas justas. No es aceptable que tengamos en el mismo país comunas que se parecen a países europeos y otras comunas que se parecen a países africanos.

¿Y el otro eje?

En la misma línea de la justicia, entra el desafío de la infancia. Cuando pusimos a los niños primero en la fila, como nuestra obsesión en la campaña presidencial, nos alegró que el Presidente lo haya tomado como una urgencia. Y de esos acuerdos que se hicieron en el año 2018, cuando asumimos como gobierno, es probablemente la reforma que está teniendo más efecto. Esa reforma de infancia es la más importante, y el legado social más importante que está haciendo el gobierno. Y lo que ocurre a ratos es que la ciudadanía, si haces una encuesta y preguntas qué se está haciendo en materia de infancia, te aseguro que la gran mayoría no tiene idea. Al igual que la infancia, La Araucanía ha dejado de ser la prioridad política que fue el primer año de gobierno. Y eso habla de una dispersión en el foco.

¿A qué atribuye esa dispersión?

Por una parte, hay una mezcla de caer en la pelea chica con la oposición, que muchas veces nos quiere llevar a esa pelea en el barro. Por otra parte, está la influencia de las encuestas y de ciertos proyectos que van teniendo popularidad que nos hacen salir del foco de lo importante, pero al final del día es responsabilidad nuestra. Nosotros como gobierno tenemos que lograr, políticamente, priorizar y poner foco en los tres grandes ejes: el social, la economía, con cómo la clase media logra llegar a fin de mes, en cómo creamos empleo y en cómo somos capaces de dar tranquilidad a la clase media en materia económica y, en el tercer gran eje, que es quizás el más complejo, y donde se requiere la colaboración de la justicia, de la fiscalía y de las policías, tiene que ver con seguridad ciudadana.

Los cambios de la contingencia son algo inevitable, lo viven todos los gobiernos...

Siempre está ese riesgo, por lo mismo, es importante volver al eje central y a la hoja de ruta inicial.

¿Desentendiéndose de la contingencia?

La solución es mantener y recordar constantemente para qué estamos gobernando y cuál es ese sueño que nos trae a querer hacer cambios, el cómo hacemos que la ciudadanía vuelva a confiar no solo en Chile Vamos, sino también en el sistema político. Si hoy la crisis es bastante más profunda que la de un sector. No hay ningún sector que esté logrando confianza. Por lo tanto, la contingencia siempre va a ser un tema y un buen gobierno es un gobierno que es capaz de no solo reaccionar a esa contingencia, sino que mantener siempre la música de fondo de las reformas estructurales que quiere impulsar.

Algunos analistas, a pesar de que recién ha pasado un año y medio del segundo gobierno del Presidente Piñera, ya lo comparan con el primer periodo. ¿Había relato ahí?

El primer gobierno del Presidente Piñera tuvo al menos dos elementos que fueron sus relatos principales. Uno fue la reconstrucción y el otro fue el empleo. Y esos fueron dos atributos muy fuertes que el gobierno logró dejar como legado. Y si tú preguntas a la ciudadanía, te van a confirmar, incluso personas que piensen distinto, que en materia de reconstrucción y empleo, el gobierno tuvo un logro importante.

¿Cree que el primer gobierno, a esta misma altura, fue mejor que este?

Es difícil comparar un gobierno a mitad de camino con uno que terminó. De hecho, el primer gobierno, a estas alturas, lo estaba pasando también muy mal. Nos tocaron las movilizaciones de 2011 y en ese minuto no se supo responder con un relato político profundo, con una mirada de justicia. Hubo respuestas técnicas a un debate político. Hoy la situación es más fácil que la que teníamos en ese entonces.

¿Por qué?

Porque tenemos una oposición completamente desdibujada. Hoy día es más bien un pecado de omisión el que nosotros hemos perdido el foco, más que nos estamos enfrentando a un proyecto político que tiene un relato nítido. La oposición no lo tiene. Por eso es doblemente importante que la continuidad de nuestro gobierno no sea solo ganar la próxima elección, sino que lograr cambios estructurales en Chile, que hagan que la ciudadanía perciba que valió la pena confiar en nosotros.

¿Por qué cree que se ha perdido ese foco?

Es responsabilidad de distintos actores, partiendo por quienes estamos hoy conformando el comité político, partiendo por el mismo gobierno, y por eso esta reflexión es tan importante ahora que se viene el segundo tiempo. Después de octubre, donde van a salir distintos miembros del gobierno, producto de que se cumple la fecha legal para poder competir en las elecciones del próximo año, ese momento es adecuado para volver la mirada hacia lo que es el legado del gobierno.

¿Qué tipo de cambios cree que se deben hacer al comité político?

No sacamos nada en tener cambios de nombres, eso sería una solución simplista. De hecho, el último cambio de gabinete no tuvo el efecto esperado. No sacamos nada con tener un cambio de gabinete si es que no somos capaces de entender que el problema está en el foco. Está en que muchas veces no se ha visibilizado o empoderado lo suficiente a una persona como Susana Tonda (directora del Sename) para que pueda hacer transformaciones importantes en materia de infancia. Hay ciertos elementos que la ciudadanía no entiende, cómo es posible que el mundo político no se esté haciendo cargo de forma estructural, y estemos peleando unos con otros por pequeñeces que distraen y que hacen que la ciudadanía le corte el teléfono a la política.

Usted mismo dice que el gobierno está realizando mejoras en materia de infancia y seguridad. ¿Hay un problema de comunicación ?

Esto es más profundo que simplemente comunicar. Esto requiere prioridad política, la comunicación funciona cuando hay consistencia, cuando uno con actos políticos, en forma reiterativa, comunica las prioridades que uno tiene como legado político. Por lo tanto, esto no es que uno tenga que mejorar el marketing, esto de alguna manera tiene que transformarse en la inspiración del gobierno. Y que todos los funcionarios de gobierno y todos los partidos de Chile Vamos compartamos este sueño, esto tiene que ver con inspirar a un proyecto político. ¿Qué hace que valga la pena que la ciudadanía confíe en nosotros? Por eso no es un tema comunicacional, es bastante más profundo, y por eso creo que puesto de otra forma, hoy la ciudadanía tiene que percibir con más claridad por qué valió la pena confiar en nosotros.

¿Cree que tienen que salir ministros o hacer enroques dentro del gabinete?

Los cambios de nombre o de lugar sirven solo si hay una convicción de cambiar el libreto. Lo relevante hoy es poder tener claro ese libreto, lo otro es una responsabilidad del Presidente de la República.

¿Y qué cambio concreto se debe hacer para cumplir ese libreto?

Es de mal gusto hacerlo por los medios. Se lo haré ver al Presidente en forma directa.

¿Está conforme con la presencia de Evópoli en el gobierno?

Sí, Evópoli tiene una estrecha relación con el Presidente y con el gabinete. Claramente, esto que planteo lo hemos hecho ver en las últimas semanas de manera muy directa al gobierno y al Presidente. Por lo tanto, las relaciones humanas y políticas con el gobierno están pasando por un muy buen momento en la actualidad.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.