Política

Las 7 claves de la presidencial que se viene

El efecto del voto obligatorio, el crecimiento de la "Nueva derecha", el clivaje en materia de propuestas, los techos electorales, la disputa por el centro político y el complejo escenario que enfrenta el gobierno para mantener la banda en el oficialismo, son algunos de los tópicos que marcan la contienda por La Moneda.

Foto: Aton

1) El gobierno juega contra la historia

Desde el 90 a la fecha, esta es una de las elecciones con más candidatos de oposición al gobierno: 7 de 8. Solo supera esa cifra la contienda de 2013, al final de la administración de Piñera 1. Esta tuvo 9 postulantes en primera vuelta y la única representante de las filas de derecha era Evelyn Matthei, quien enfrentó a Michelle Bachelet.

Hoy Gabriel Boric se expone al mismo fenómeno.

Jeannette Jara, ungida en las primarias del 29 de junio del oficialismo, es la más cercana a su administración. No solo porque el Partido Comunista -de la que ella es militante- forma parte de sus partidos base, sino que porque la abanderada fue su ministra del Trabajo hasta el 7 de abril. Pese a ello, y para diferenciarse, ha tenido que ser crítica, especialmente en materia de seguridad.

Para el analista y experto electoral, Pepe Auth, “el gobierno lucha contra una constante, ya repetida cuatro veces consecutivas, que es la alternancia. Es decir, gana la oposición. No importa de qué oposición se trate. Yo diría que ese es el elemento más poderoso, más fuerte. O sea, el gobierno juega contra la historia porque después de la Concertación, volvimos a la constante histórica de que siempre gana la oposición”.

2) La incógnita del voto obligatorio

Uno de las incógnitas de esta presidencial es el impacto del voto obligatorio, que por primera vez se aplica a este tipo de elección. La última con sufragio voluntario fue la del 2021, entre Gabriel Boric y José Antonio Kast, en la que 7.114.800 de personas votaron en primera vuelta, cifra que solo aumentó en el balotaje cuando más de 8 millones concurrieron a las urnas.

La incógnita sobre hacia dónde se van a inclinar los nuevos votantes -con un padrón que alcanza los 12 millones de personas- le agrega un condimento adicional a esta elección.

“Hasta el 2021 votaban siempre unos 7 millones de electores y ahora van a votar más de 12 millones válidos. Por lo que hay, entonces, unos 5 millones de votantes que no tienen ninguna lealtad particular; que no votan de acuerdo a un marco de referencia ideológico ni desde una posición política política, sino que más bien desde donde les aprieta el zapato”, afirma Auth.

Un punto en el que coincide el analista Tomás Duval, para quien el voto obligatorio “es la primera clave de toda esta campaña, porque imprime un fuerte nivel de incertidumbre a los candidatos, quienes por primera vez se enfrentan a una importante parte del padrón, que es desconocido para ellos. Eso, sin duda, va a generar mucha presión y tensión en los meses que restan para la primera vuelta”.

3) Crecimiento de la “Nueva derecha” (o Kast en la pole position)

Otro distintivo de esta presidencial es el crecimiento de la “Nueva derecha”, con candidaturas fuertes como las del republicano José Antonio Kast y de Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, alineadas más allá de las fronteras de la centroderecha que lidera Chile Vamos.

“La ‘Nueva derecha’ está en la primera opción. Esto, si bien es una novedad en el escenario de esta presidencial, no hay que olvidar que ya se ha votado mayoritariamente por Kast. Eso sucedió para el 2021 y para el consejo constitucional de 2023, donde su partido obtuvo más de un 35%”, dice Duval. Y añade que una de las características de la “Nueva derecha” es que se sustenta en la seguridad, como pilar base. Por lo que el desafío para las otras candidaturas es mejorar esa oferta y colocar, también, otros temas en la agenda.

Sobre el punto, Gonzalo Müller, analista político y director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo (UDD), sostuvo en T13 Radio que las derechas aparecen favorecidas por las encuestas, pero a la vez fragmentadas por errores propios.

“Si uno mira la anterior elección, eran los mismos incentivos: la izquierda se dividía ampliamente en tres, cuatro listas. Eso le impidió tener una mayoría parlamentaria, pero le permitió ganar el gobierno, entonces, está ocurriendo algo similar. (...). La abundancia ha generado división tanto en la izquierda antes como en la derecha ahora”, afirmó.

4) Matthei: la sobrevivencia de Chile Vamos

La exalcaldesa parte en desventaja la carrera. Aunque se mantuvo en el primer lugar de las encuestas durante el año pasado y parte de este, entre mayo y junio fue superada por Kast. Su performance no solo responde a una “decisión de vida”, como planteó a La Tercera el senador Juan Antonio Coloma, uno de los hombres fuertes de la campaña. También apunta a la definición política de Chile Vamos de hacer frente a los republicanos, quienes han ido rápidamente ganando posiciones en el electorado de derecha. En ese sentido, Matthei no solo tiene el desafío de crecer para pasar a segunda vuelta. También cae sobre sus hombros parte de la sobrevivencia de los principales partidos de centroderecha.

5) El clivaje

La confrontación temática de la última presidencial se dio -a juicio de los expertos- entre la igualdad, la justicia social y los abusos. Y hoy sobre la recuperación del orden público, la seguridad, el crecimiento económico y el control de la migración.

“Son clivajes totalmente contrarios a los de la elección anterior. En 2021 ganó el cambio social contra el orden. Ahora, la probabilidad es que gane el orden”, sostiene Auth.

De ahí que los acentos en todas las campañas -dice- estén puestos con distintos énfasis en estas temáticas.

6) Jara: el desafío de romper el techo

La candidata oficialista, Jeannette Jara, empieza como primera o segunda en un escenario de primera vuelta. Sin embargo, sus cifras de respaldo no se mueven y comienza la carrera con el desafío de superar las cifras de respaldo que marca el actual gobierno en las encuestas y que oscilan entre el 28 y 35%.

“El techo de Jara no es el techo de Jara ni tampoco del PC, es el techo del gobierno. A cualquier candidato del oficialismo le hubiera pasado lo mismo. Incluso, si la abanderada hubiera sido Carolina Tohá lo más probable es que tendría una candidatura a su izquierda y, por tanto, un techo más bajo. Conquistar a votantes a los que no les gusta para nada el gobierno es casi imposible”, plantea Auth.

Jara, además, debe buscar un difícil equilibrio entre el programa e ideas del PC y las tiendas del Socialismo Democrático -incluso la DC- que apoyan su candidatura.

7) La pelea por el centro político

Con las candidaturas fuertes -Kast y Jara- instaladas en los polos, el resto de las candidaturas intentan pelear por un centro político que parece esquivo.

Por el lado de Matthei, si bien en el plebiscito del Rechazo se dio un paso, uno de los tópicos distintos de esta elección es que una parte del centro político -Demócratas y Amarillos- terminó alineándose con su candidatura.

“Este fenómeno consolida la poca importancia que tiene a estas alturas el eje del plebiscito del Sí y el No, en 1988″, sostiene Auth.

Del mismo modo, candidaturas como las de Parisi, Mayne-Nicholls, ME-O e incluso Jara también apuntan a conquistar a los huérfanos de la exConcertación y los simpatizantes del Socialismo Democrático.

Más sobre:Elecciones presidenciales

Contenido exclusivo y análisis: suscríbete al periodismo que te ayuda a tomar mejores decisiones

Oferta Plan Digital$990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE