Los funcionarios de la Fed sopesan terminar la compra de activos a mediados de 2022

En esta foto de archivo se puede ver el edificio de la Reserva Federal en Washington, DC, Estados Unidos, el 22 de agosto del 2018. REUTERS/Chris Wattie/File Photo

Reducir la compra de bonos antes podría brindar más flexibilidad para aumentar las tasas de interés si la inflación se mantiene alta y el desempleo cae rápidamente.


Los funcionarios de la Reserva Federal se están acercando a un acuerdo para comenzar a reducir sus políticas de dinero fácil en aproximadamente tres meses si la recuperación económica continúa, con algunos presionando para terminar su programa de compra de activos a mediados del próximo año.

En recientes entrevistas y declaraciones públicas, varios han abogado por este calendario, que les permitiría subir las tasas de interés antes de lo previsto actualmente si la economía avanza rápidamente hacia sus metas.

En diciembre pasado, el banco central dijo que continuaría con el ritmo actual de compra de bonos hasta que los funcionarios concluyeran que habían logrado un “progreso sustancial adicional” hacia sus objetivos de inflación promedio del 2% y un empleo robusto.

Los funcionarios en su reunión del 27 al 28 de julio deliberaron sobre dos preguntas importantes: cuándo comenzar a recortar sus compras mensuales de US$ 80.000 millones en valores del Tesoro y US$ 40.000 millones en valores hipotecarios, y qué tan rápido reducirlos o disminuirlos. La Fed tiene programado publicar el miércoles las actas de la reunión que podrían proporcionar más pistas sobre esas discusiones.

Las respuestas son importantes para los mercados financieros porque los funcionarios de la Fed han dicho que preferirían concluir el programa de compra de bonos antes de considerar cuándo subir las tasas de interés desde casi cero. En su reunión de política monetaria del 15 al 16 de junio, 13 de los 18 funcionarios de la Fed proyectaron que subirían las tasas para fines de 2023; siete esperaban hacerlo a finales de 2022.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó en una conferencia de prensa el 28 de julio que la Fed todavía estaba “muy lejos de considerar subir las tasas de interés. No es algo que esté en nuestro radar en este momento“.

Una reciente serie de sólidos informes de contratación ha fortalecido el caso de que la Fed anuncie en su próxima reunión, del 21 al 22 de septiembre, sus intenciones de comenzar a reducir los estímulos monetarios, potencialmente tan pronto como para su próxima reunión en noviembre.

“Espero que lleguemos al punto en el que se vea un progreso sustancial adicional ... probablemente a finales de este año”, afirmó el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, en una ronda de preguntas virtual con periodistas la semana pasada.

El presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, afirmó en una entrevista que esperaba ver para el 21 y 22 de septiembre un crecimiento laboral suficiente para cumplir con los criterios para reducir las compras de bonos. “Eso establecería en algún momento de este otoño una posible reducción que depende de que la variante Delta y otras variantes no ralenticen sustancialmente el mercado laboral”, afirmó en una entrevista la semana pasada. Rosengren dijo que espera que si continúa un fuerte crecimiento económico, “terminaremos con el programa de reducción (exenciones económicas)... hacia mediados del próximo año”.

La Fed cerró su programa anterior de compra de bonos muy gradualmente, reduciendo sus compras en el transcurso de 10 meses. Pero en diciembre de 2013, cuando anunció que pronto comenzaría ese proceso, la economía estaba más débil, con mayor desempleo y baja inflación.

Los funcionarios tenían otra razón para ser cautelosos en ese entonces, porque estaban sorprendidos por un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo, conocido como el “Taper Tantrum” (pánico colectivo después de que la Fed anunciara que iba a cerrar su programa de compra de bonos), que ocurrió a mediados de 2013, después de que el entonces presidente Ben Bernanke sugiriera que pronto podrían reducir sus compras de activos.

La Fed ahora se encuentra en una posición muy diferente. La economía está creciendo rápidamente. El desempleo es mucho menor, un 5,4% en julio. La inflación está mucho más caliente. Y los rendimientos de los bonos se han desplomado este año incluso cuando el banco central ha discutido planes para reducir las compras de bonos.

Las compras de activos tienen como objetivo estimular la economía manteniendo bajas las tasas de interés a largo plazo para estimular el endeudamiento y el gasto. Rosengren señaló los recientes aumentos en los precios de las viviendas como evidencia de que el programa puede estar acercándose a un punto de rendimientos decrecientes. “Si no puede obtener materiales de vivienda y no puede lograr que los trabajadores de la construcción regresen, pero sí aumentamos la demanda de viviendas, entonces no hace mucho por nuestro mandato de empleo, pero aumenta más los precios de las viviendas de lo que sería de otra manera“, afirmó.

El presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, estuvo de acuerdo. “Estas compras están muy bien diseñadas para estimular la demanda, pero no tenemos un problema de demanda”, afirmó en una entrevista. “Después de la Gran Recesión, lo hicimos. Así que no quiero usar el libro de jugadas de 2009 a 2013“.

Algunos otros funcionarios han abogado por más paciencia. La gobernadora de la Fed, Lael Brainard, indicó el mes pasado que quería ver los datos de contratación de septiembre, que no estarán disponibles hasta principios de octubre, antes de tomar una decisión. Eso retrasaría cualquier reducción de incentivos hasta después de la reunión de la Fed del 2 al 3 de noviembre.

La presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, afirmó en una entrevista la semana pasada que cree que la economía debería soportar “el empezar a quitar los estímulos a finales de este año, o tal vez el próximo”. Los mercados laborales son “realmente fuertes, y son cada vez más fuertes”, agregó.

Daly afirmó que era demasiado pronto para decir cómo la Fed debería reducir las compras. “Esas cosas no se han decidido”, sentenció.

Del mismo modo, Evans no dijo qué tan pronto piensa que la Fed tendría que liquidar sus compras. Espera que la inflación retroceda al 2% para fines del próximo año, lo que abogaría por una menor urgencia para retirar el estímulo monetario.

“Mi propia perspectiva es que tendremos más desafíos para lograr que la inflación se mantenga con confianza en el rango del 2%, el 2,1% o el 2,2%”, afirmó. “Si otros tenían más confianza en que la inflación iba a ser más alta de forma sostenible, entonces ... una reducción más rápida podría ser el camino correcto”.

Los funcionarios de la Fed aún tienen que decidir si reducir sus compras de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas al mismo ritmo.

Rosengren afirmó que preferiría reducirlos mensualmente en cantidades iguales. Debido a que la Reserva Federal está comprando el doble de bonos del Tesoro que de valores respaldados por hipotecas, eso daría como resultado que las compras de bonos hipotecarios terminen en la mitad del tiempo que las compras del Tesoro.

Kaplan dijo que está a favor de reducir las compras de ambos tipos de bonos en el transcurso de ocho meses, o en US$ 10.000 millones para bonos del Tesoro y US$ 5.000 millones para valores respaldados por hipotecas al mes. “Eso me parece el curso más prudente: empezar pronto y avanzar gradualmente, y para mí gradualmente significa ocho meses”, afirmó.

El presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, dijo que quiere comenzar a reducir los activos en octubre y concluir el programa en marzo, reduciendo las compras de bonos del Tesoro en US$ 20.000 millones al mes y bonos hipotecarios en US$ 10.000 millones al mes. El gobernador de la Fed, Christopher Waller, ha esbozado una preferencia similar.

Aunque “eso sería una retirada bastante rápida del programa de compra de activos”, Bullard afirmó en una entrevista la semana pasada que pensaba que le daría a la Fed más flexibilidad para determinar si aumenta las tasas más adelante el próximo año. “No quiero que tengamos que movernos demasiado rápido (para aumentar las tasas) porque puede ser muy disruptivo, así que creo que el ritmo que sugiero nos daría muchas más opciones en 2022 si tuviéramos que usarlo. "

Kaplan dijo que al reducir las compras de activos antes, la Fed podría esperar más tiempo antes de tener que subir las tasas de interés. “Al obtener una postura más apropiada de política monetaria ahora o pronto, en realidad podría permitirte ser más flexible y ser más paciente sobre cómo ajustar la tasa de los fondos federales en el futuro”, sentenció.

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