Raphael Bergoeing también apunta a focalizar el IFE: “No hay suficientes recursos y las necesidades son mayores que hace un año”

El economista y presidente de la Comisión Nacional de Productividad también se mostró contrario a un cuarto retiro de fondos: "Usar los fondos de pensiones para financiar algo que tengamos que hacernos cargo como país completo, es absolutamente insano en este momento y súper costoso socialmente".


Cuando recién se anunciaron las ayudas fiscales la crítica principal es que había demasiada focalización. Hoy, con los avances del Plan Paso a Paso, el crecimiento económico y el boom del consumo, hay voces que cuestionan la escasa focalización. Joseph Ramos, David Bravo y Alejandro Micco son algunos de los expertos que se han mostrado preocupados por la universalidad de los beneficios.

El economista y presidente de la Comisión Nacional de Productividad, Raphael Bergoeing, si bien reconoce que aún hay muchas familias que necesitan ayuda, también es proclive a focalizar el IFE, ya que dice que no hay recursos suficientes ante la gran cantidad de necesidades que tiene el país.

Tampoco se justifica tener un IFE de la masividad que se está observando. Creo que hay acuerdo en que al principio se focalizó demasiado, en medio del incendio y hoy se está focalizando demasiado poco. Somos un país que está en la mitad del camino al desarrollo, hay 80 mil familias en campamentos, hay 390 días de lista de espera para las patologías no auge. Usemos la plata bien, no la tiremos a la calle. Estamos siendo víctima de nuestra propia ceguera, en un contexto en que los políticos están aprovechándose de la situación, para aparecer como preocupados de lo público, cuando están dañándonos socialmente. Tenemos que focalizar de manera razonable. No hay suficientes recursos y las necesidades son mayores que hace un año atrás”, señaló a Pulso TV.

Asimismo, indicó que “son US$3.200 millones al mes en octubre y noviembre. Es más que erradicar los campamentos, son la línea 3 y 6 del Metro, 10 hospitales de alta complejidad, todo eso está quedando relegado en un país en que hay US$80.000 millones más en el sistema que los que había antes de la pandemia, para empujar una política que parece positiva, pero que es tremendamente costosa”.

Por otro lado, también se mostró contrario a un cuarto retiro de los fondos de pensiones. Este miércoles, el proyecto sorteó su primer obstáculo y se aprobó la idea de legislar en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados.

Lo más dramático e inmoral, es que estamos jugando a aprovecharnos de esta incapacidad que tenemos de imaginarnos a largo plazo, dejándole el problema a nuestros hijos o nietos, sino que además lo estamos haciendo de una manera, y aquí viene la inmoralidad inaceptable, de que esto es sin pagar impuestos. Estamos dañando las arcas fiscales. Si al final estas dejando solo a la mitad de la gente participando de estos retiros y le permites que no paguen impuestos, de qué estamos hablando. Por qué ayudar al que está en el 10% superior de ingresos a que se quede con dinero en el bolsillo. Lo que está implícito no solo es empeorar la desigualdad, además significa que el Estado está implícitamente asumiendo la responsabilidad, porque al acabarse el sistema de capitalización individual, igual tiene que darle pensiones a la gente, y esa plata va a salir de fondos generales”, señaló.

El Banco Central alertó de consecuencias extremadamente graves si es que la iniciativa se aprueba, mientras que la Superintendencia de Pensiones dijo que con un cuarto retiro la mitad de los afiliados quedarían sin fondos. Bergoeing apuntó a un costo social muy relevante para el futuro, si se aprueba un nuevo giro de fondos previsionales.

“A esta altura del partido, primero no necesitamos un cuarto retiro para como país hacernos cargo de las personas y empresas que lo están pasando mal. Podemos asumir ese desafío sin que las personas tengan que rascarse con sus propias uñas. Es justo decir que el mundo técnico de manera transversal piensa que lo que se hizo en abril, mayo, junio tenía que ver con una emergencia que estaba recién partiendo, lo que vino después no tenía nada que ver con eso, y lo que hay ahora cuando en el sistema hay US$80.000 millones adicionales es algo que es absolutamente distinto. Usar los fondos de pensiones, para financiar algo que tengamos que hacernos cargo como país completo es absolutamente insano en este momento y super costoso socialmente, porque viene con la obligación del Estado de tener que asumir esta responsabilidad sacrificando a las próximas generaciones”, sostuvo.

Crecimiento y productividad

En el último IPoM, el Banco Central elevó el rango de crecimiento y lo redujo para 2022-2023 y apuntó una menor productividad total de factores. Si bien se esperaban ajustes, el economista señaló que la magnitud de los cambios fue sorpresiva.

Lo que está pasando lamentablemente en el corto plazo, es que estás con un Banco Central que se siente obligado por razones inflacionarias a poner un freno, pero tienes un mundo político que le pone el acelerador. Las personas que vamos dentro de este bus, estamos frente a un acantilado, y cuando uno acelera y frena al mismo tiempo el auto no solo se echa a perder, sino que además puede descarrilarse. Estamos en una situación muy complicada desde un punto de vista macroeconómicos, que puede tener implicancias importantes a largo plazo. Con más inestabilidad agregada, la inversión de largo plazo tiende a caer mucho”, sostuvo.

En la misma línea, indicó que “todos esperábamos es que la dirección fuera la que el banco ha tomado, que este año es anormalmente bueno. Vamos a crecer al 11%, y nos vamos por arriba del promedio histórico. Todos esperábamos un ajuste hacia la normalidad el próximo año. Lo que no esperábamos es la magnitud de ese cambio. Que estemos tanto por arriba y luego nadie esperaba la magnitud del ajuste hacia abajo”.

El presidente de la Comisión Nacional de Productividad, dijo estar preocupado por las estimaciones de productividad, e indicó que es un tema clave para tener una mejor calidad de vida. En la última década el crecimiento de la productividad fue prácticamente nulo, según informó la propia Comisión en su última cuenta pública.

Con mucha preocupación, porque la razón por la que uno pretende que los países mejoren su productividad es porque asociado a productividad está la calidad de vida. Los países más productivos se pueden dar el lujo de trabajar menos y liberar recursos para consumo. La productividad es casi todo a largo plazo, para que las personas tengan mejor calidad de vida. El desafío productivo va creciendo con el tiempo. La productividad va a ser cada vez más relevante para reducir la brecha con los países más productivos y si no expandimos la productividad vamos a quedarnos entrampados en lo que se conoce como la trampa de los ingresos medios. Chile se ha ido estancando y en la última década ha crecido casi 0%. Lo que se ha ido generando es que la productividad se ha estancado, porque no hemos sido capaces de incorporar políticas micro”, enfatizó.

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