La acción más cara del mundo

Recientemente la acción de Berkshire Hathaway superó los USD200.000 convirtiéndose no sé si en la más cara del mundo, pero sí en la más rentable. El afortunado que la compró en 1965 por unos USD 5 y que consiguió multiplicar la inversión unas 13.000 veces es Warren Buffett. Pero antes de lograr el despegue él sufrió por más años de lo necesario para hacer que esta empresa textil fuese rentable; un día decidió dejar de sufrir y dar un mejor uso al capital de la empresa. Berkshire renunció al negocio malo quemador de recursos y decidió comprar negocios buenos generadores de ellos. Estos negocios debían cumplir con tres características: (1) contar con una ventaja competitiva que les permitiese ganar plata consistentemente, con un elevado retorno sobre su patrimonio; (2) tener una administración de primer nivel, el mismo Buffett reconoce que éste atributo él no lo puede proveer, además para qué cambiar la administración si se puede comprar un negocio con una buena en primer lugar; y (3) por muy macanudo que sea el negocio y su administración había que comprarlo a descuento con respecto a sus fundamentos, lo sensato es tener un amplio margen de seguridad por si las cosas no salen como esperado. Como diría Charlie Munger, socio de casi toda la vida de Buffett, criterios simples pero no fáciles.
Más allá de la indudable capacidad de Buffett para identificar buenas empresas a buenos precios hay otra característica que lo hace único: le ha ido igual de bien que a cualquier minoritario que lo haya acompañado en esta travesía. En un mundo plagado de controladores sacando ventaja de minoritarios (legales e ilegales) tenemos alguien que trata a sus socios como tales, con una deferencia que conmueve; basta ver el cuidado que pone en sus ya legendarias cartas anuales para entender por qué el hombre es diferente.
Para que a un minoritario pobre, que no va a poder aguantar el ritmo de inversión de un controlador rico, le vaya igual de bien que a éste, se requiere algo bastante básico y es que el número de acciones hoy sea el mismo que en 1965. Los aumentos de capital no están en el diccionario de Buffett, él no está en el negocio de diluir a los minoritarios echando a competir la billetera. El cuida el patrimonio de la compañía como hueso santo por lo que no lo veremos emitiendo acciones para su beneficio personal ni el de nadie.
*El autor es Ingeniero Civil PUC y MBA The Wharton School.
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