La UF se niega a morir: Impacto de indexación mantiene IPC alto pero efecto va a la baja

Eliminar la UF en cinco minutos, prometía un ex candidato presidencial chileno a fines de los años ochenta. Un cuarto de siglo después, la Unidad de Fomento sigue siendo protagonista en el mercado, pero con un impacto que ha venido disminuyendo.
Los precios ajustados por inflación pasada han sido uno de los principales elementos que han mantenido alto el Índice de Precios al Consumidor (IPC) durante los últimos trimestres, y se espera, como es habitual, que en los primeros meses del año, su efecto se sienta con más fuerza en las variaciones mensuales del indicador. Esto, principalmente por el incremento en servicios que ocupan la UF como medida de ajuste en sus valores y que, en general, tienen un peso importante en la canasta familiar en el primer cuarto del año, como los relacionados a la educación, salud y permisos de circulación.
De hecho, al aumento de 0,5% del IPC de enero, se añaden expectativas de alza de entre 0,2% y 0,4% para febrero y en marzo podría subir hasta 0,7%.
Analistas del mercado anticipan que estos incrementos están fuertemente influenciados por la indexación de precios de los servicios, los que están tomando la alta inflación registrada el año pasado (que cerró en 4,4% en diciembre), que fue, a su vez, impulsada por la depreciación del peso frente al dólar.
Así, estos llamados efectos de segunda vuelta serán los protagonistas en la primera mitad del año, en un contexto en que se prevé un tipo de cambio más estable y en el cual los menores precios a nivel internacional llevan a descartar mayor inflación importada.
Es más, como el sector de servicios es uno de los más afectados por la indexación, su incremento en los últimos meses llevó a que el IPC del quintil de mayores ingresos de la población -y que ocupa más este tipo de servicios indexados- se ubicara en enero por primera vez por sobre el indicador total.
De acuerdo al economista de BanChile, Nathan Pincheira, en la canasta del IPC “hay 28 productos cuyo precio directamente está en UF o se reajusta anualmente por inflación pasada. Si bien son pocos bienes (servicios particularmente) en relación al total, éstos tienen una ponderación acumulada de 20,11% aproximadamente”. Asimismo, añade que hay otros productos en los que también la UF puede ser un factor importante de la variación de sus costos, lo que podría también impactar en los precios finales.
A la baja
Hace 49 años se creó la primera versión de la UF -bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva-, como una medida para mantener el poder adquisitivo de las personas, aunque un par de años antes el Banco Estado indexó cuentas de ahorro a la inflación anual, según recuerda un estudio del actual ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en conjunto con Luis Óscar Herrera, economista jefe para la región andina de BTG Pactual. En la actualidad el instrumento sigue siendo muy utilizado en contratos y en papeles financieros, sin embargo la “pesificación” ha ido ganando terreno.
De acuerdo a un paper publicado el mes pasado por el consejero del Banco Central, Joaquín Vial, y el gerente de estudios de la misma institución, Alberto Naudon, se señala que hay evidencia que “comparado con los años 90, la inflación se ha vuelto menos persistente, un fenómeno que ha sido asociado con la implementación del régimen de metas de inflación y el aumento de la credibilidad asociada a ese procesos. Con todo, la indexación a inflación pasada es todavía una práctica extendida en muchos contratos, incluidos salarios, arriendos de viviendas y créditos de mediano y largo plazo, incluyendo hipotecarios”.
De todas formas, los expertos agregan que el fenómeno de indexación es “menos persistente hoy”. Y el ejemplo más claro se da en los salarios. El estudio indica que cálculos del Banco Central muestran que durante el período 1991-2000 cerca del 100% de los cambios en la inflación pasada se traspasaban a los salarios nominales en el corto plazo, mientras que entre 2001 y 2013 sólo fue entre 15% y 35%, “muy por debajo que antes, pero aún un monto significativo”, señala el documento.
Asimismo, a partir del cambio realizado en 2001 por el instituto emisor hacia una tasa de interés nominal, la indexación en el sector financiero también comenzó a bajar, y sólo en los primeros dos años tras la medida, los depósitos en pesos habían aumentado cerca de 50%. Hoy casi el 75% del total de depósitos y captaciones del sistema financiero se pactan en pesos.
Incentivos
La alta volatilidad de la inflación durante las décadas previas al 2000 eran un incentivo más que suficiente para optar por la indexación, como una forma de protegerse contra esas variaciones. Sin embargo, actualmente hay consenso en el mercado de que la inflación a dos años estará en la meta de la autoridad monetaria (3%), lo que permite una mayor certidumbre en los contratos en pesos.
El economista de Santander, Felipe Bravo, señala que “a veces se tiene mala memoria. Chile es un país que históricamente ha tenido alta inflación. Y en esos episodios, en los ‘70 y ‘80 la UF ayudó mucho a planificarse”. Por su parte, Luis González, de Clapes-UC, afirma que la indexación “facilita los canales de transmisión para la política monetaria”.
En este sentido, Bravo añade que durante el último tiempo “las variaciones han sido mayores a las acostumbradas, y esa inercia se traspasa a público y se siente más”, pero puntualiza que cuando la inflación es baja, esta misma indexación ayuda a contener presiones mayores.
Por su parte, Pincheira dice que “la depreciación del peso fue el detonante de la inflación que seguimos viendo hasta hoy. Esto, a pesar de que si uno ve los más recientes datos de IPC que no son los transables necesariamente los que más aportan a los últimos registros, en un momento sí lo fueron”. Pero, advierte, que el tema principal es cómo y cuánto de esta inflación se puede traspasar a precios y ahí, la debilidad de la demanda interna está jugando un rol clave.
En ese sentido, Pincheira destaca que los efectos de segunda vuelta se dan cuando la demanda lo permite. Así, “hemos visto un traspaso en el sector servicios, que es el sector que ha liderado el crecimiento en el último tiempo, ahí puede haber un aumento de precios porque no existe una caída significativa en términos de cantidad (de ventas)”, sostiene.
De esta forma, la debilidad de la economía durante este año quitaría fuerza a la indexación, ya que parte de ella tendrá que ser asumida por los vendedores vía menores márgenes.
Esta decisión ya se ha estado registrando en relación al aumento del tipo de cambio. Según cálculos de BBVA Research, parte del aumento del precio del dólar fue absorbido por los vendedores vía márgenes, que están en su menor nivel desde fines de 2012.
Hacia adelante se prevé que la importancia de la indexación siga cayendo, incluso en los mercados financieros. Pincheira puntualiza que si bien “la renta fija en UF sigue siendo el mercado más líquido y profundo, se ha ido pasando a pesificar también”, y destaca el aumento de emisión de estos papeles por parte del Ministerio de Hacienda. Así, el economista afirma que una vez que haya una profundización mayor del mercado nominal, se podría ver un traspaso a contratos de hipotecarios.
Tal vez no se acabará la UF en cinco minutos, como quería el ex candidato, pero al menos su presencia seguirá a la baja.
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