Nueva York está dando una ardua batalla contra el greenwashing

Una fiscal neoyorkina está demandando a la compañía de carnes más grande del mundo y es la primera demanda de este tipo. Esto podría significar un punto de inflexión para el greenwashing.


Cuando hablamos de crisis climática, lo primero que se plantea como uno de los grandes problemas son los combustibles fósiles, y sí, estos desempeñan un papel importante en el calentamiento del planeta, no hay duda. Pero incluso si mañana pudiéramos reducir, por obra de magia, a cero las emisiones de combustibles fósiles, la ciencia dice que nuestros sistemas alimentarios actuales significarían que aún superaríamos por creces el umbral climático de 1,5 grados Celsius firmados en el acuerdo de parís. Esto nos dice simplemente que no podemos abordar el cambio climático sin los sistemas alimentarios.

Esta es una de las razones por la que la oficina de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, anunció hace algunas semanas que demandaría al brazo norteamericano de la empresa de empaquetamiento de proteínas cárnicas más grande del mundo, la brasileña JBS S.A.

Primero, Letitia James se enfrentó a Donald Trump. Y ahora, comienza su batalla contra de la industria de la carne. Esta es una de las primeras demandas en su tipo y fue presentada a principios de marzo por “prácticas de marketing ambiental fraudulentas e ilegales” en torno a sus afirmaciones de sostenibilidad. Específicamente, la demanda afirma que los anuncios de JBS USA que dicen prometer alcanzar “cero emisiones netas para 2040″ son mentiras, diseñadas para engañar a los consumidores ambientalmente conscientes para que compren un producto ambientalmente dañino.

No es la primera vez que JBS, con sede en Brasil, es acusada de engañar al público con anuncios climáticos. En junio de 2023, la National Advertasing Review Board (NARB), el órgano de regulación de la industria publicitaria estadounidense, le dijo al conglomerado cárnico que debería dejar de publicitar su compromiso de emisiones netas cero . La NARB concluyó que las afirmaciones de JBS no tenían fundamento, ya que la empresa “no tiene un plan formulado y examinado” para alcanzar emisiones netas cero.

El anuncio de la demanda ha causado un revuelo general porque las repercusiones de ella van más allá de la industria de la alimentación, ya que el impacto de la demanda tiene el potencial de influir en el enfoque que adoptan todo tipo de grandes empresas en su publicidad sobre sostenibilidad.

Las investigaciones sugieren que los ciudadanos exigen cada vez más bienes producidos de forma más sostenible y las grandes empresas están tomando nota. Pero en lugar de cambiar realmente sus prácticas, muchos recurren a mensajes publicitarios que implican falsamente que sus productos son mucho más sostenibles de lo que realmente son, solo para mantener contentos a los clientes.

Eso es lo que el fiscal general ha afirmado que está haciendo JBS. La demanda legal señala que “el Grupo JBS ha hecho amplias declaraciones a los consumidores sobre su compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, afirmando que serán ‘Net Zero para 2040′”. Pero esas afirmaciones no se basan en la realidad, no solo porque JBS no está tomando medidas concretas para alcanzar esos objetivos, sino porque en septiembre del 2023, el director ejecutivo admitió en un foro público que la empresa ni siquiera sabía cómo calcular todas sus emisiones. De ello se deduce que lo que no se puede medir no se puede mitigar.

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