Pablo Antolin, experto en pensiones de la OCDE: “El Pilar Solidario es una pensión básica universal”

Pablo-Antolin

Desde el punto de vista del organismo, es preciso que en Chile se discuta una reforma para que sea posible que los ciudadanos accedan a sus fondos de pensiones en determinadas circunstancias. Pero consideran una mala idea un tercer retiro en la forma que está planteado.


Aumentar y extender el Pilar Solidario ha sido uno de los llamados de la OCDE a la hora de considerar una reforma de pensiones en Chile, por ello Pablo Antolin, economista principal de la unidad de pensiones del organismo, valora la iniciativa del gobierno. En ese marco, recalca que la configuración de esta parte del sistema previsional nacional constituye una pensión básica universal, recalcando que la experiencia de los países de la OCDE está en la misma línea y descartando el que se entregue ingresos a todos los jubilados sin importar que sean ricos.

Por otra parte, el experto se muestra crítico respecto a los retiros de pensiones que han tenido lugar en Chile y al tercero en discusión. En ese marco, hace un llamado a mirar la experiencia de México, Estados Unidos y Australia, donde las legislación tienen establecido bajo qué circunstancias de fuerza mayor los ciudadanos pueden acceder a sus fondos previsionales.

¿Qué análisis hacen de la reforma de pensiones presentada por el gobierno?

-Nosotros hace ya dos o tres años dijimos que cualquier reforma tenía que tener tres puntos básico: Aumentar el Pilar Solidario y que cubriera a todos los chilenos, que aumentara la contribución al sistema y que mejore el sistema de las AFP, sobre todo en el tema de los cobros. La reforma aborda esos tres puntos.

Es bastante parecida a las dos anteriores presentadas por este gobierno, por consiguiente desde nuestro punto de vista va bien encaminada. Nos alegra que se haya propuesto una reforma general del sistema y no solo cambios parciales.

¿Qué opinión tienen sobre los cambios al Pilar Solidario en particular?

-Cualquier sistema de jubilación tiene el objetivo primordial de asegurar a los ciudadanos que cuando lleguen a cierta edad van a estar protegidos, al menos en un nivel mínimo. Por consiguiente, tener un pilar solidario que protege a todos los ciudadanos de Chile y que se aumenta hasta el nivel mínimo que se reconoce para la subsistencia, es esencial para cualquier sistema previsional.

Si los ciudadanos no sienten que están cubiertos en el peor de los casos, no hay un sistema de pensiones que funciona.

A propósito de la propuesta del gobierno se ha abierto el debate sobre una pensión básica universal. ¿Qué le parece en base a la experiencia internacional?

-Sí que hay experiencia internacional sobre la materia. El punto clave es a qué se refieren cuando hablan de un sistema pensión universal.

Uno puede decir “universal” en el sentido de que todos los chilenos, aunque sean rico, lo van a recibir, o que todos los chilenos tienen derecho a él, siempre y cuando no tengas los recursos necesarios. De esta última forma es como funciona la experiencia en muchos países de la OCDE. Todos tienen derecho, pero si eres rico no hay porqué darte ese dinero. Esto obedece a que si a los ricos no se les da ese dinero, que para ellos no supone nada, el monto se va a repartir en menos gente.

Se ha planteado como universal para todos, bajo la suposición de que el Pilar Solidario desincentiva el ahorro...

-Toda pensión mínima siempre va a crear una zona de incentivos incorrectos o no lo suficientemente correctos para la gente que esté alrededor de ese monto. La solución que se da en muchos países, como Dinamarca, es que conforme uno contribuya va a recibir una pensión solidaria un poco más alta. Es decir, aquel que contribuya uno o cuatro años y luego tenga mala suerte, va a tener siempre un piso más. Así es como se rompen los incentivos.

Entonces, como lo planteamos en Chile hace un par de años, lo que se hace es crear un pilar solidario y luego, por encima de eso, una pensión mínima que es un poco más por año contribuido. Básicamente lo que se establece en el programa de reforma del gobierno, que ya lo tenía en el programa que había planteado hace un par de años.

¿Qué diferencia hay entre una pensión básica universal como la que describe y el Pilar Solidario de Chile?

-De la forma en que está planteado, el Pilar Solidario es una pensión básica universal. Todos los chilenos, si no tienen lo suficiente, tienen derecho a recibir ese monto. Aquellos que tengan por encima de ese monto, obviamente, no lo van a recibir.

Hay que tener en cuenta que los recursos son escasos. Si se va a dar el mismo monto a todos los chilenos, independientemente que tengan mucho dinero o no, obviamente hay que dividir un monto “X” entre un número mayor de gente, en comparación a si solo se diera a aquellos que realmente lo necesitan.

Que yo sepa, no hay experiencia internacional respecto a una pensión a la que tengan derecho, aunque sean ricos.

¿Extraña el abordaje de los asuntos demográficos en la reforma?

-Es cierto que los factores demográficos son importantes, pero en el caso de Chile nosotros siempre hemos argumentado que este no es uno de los temas relevantes. El problema central en el país es que con contribuciones de 10% y con lagunas, no se puede tener grandes pensiones, además de que con una cobertura que no es grande del Pilar Solidario, no se iba a atener apoyo social. Esos son los grandes temas para Chile.

Que no se aborde ese punto, no nos parece ningún problema serio al día de hoy. Eso no quiere decir que el día de mañana habrá que mirarlo, pero no es primordial.

¿Qué destaca de la reforma en el abordaje de las AFP?

-Está claro que la reforma tiene la intención de que haya competencia entre las AFP y que esa competencia lleve a una reducción de los cargos que cobran las AFP. Nosotros siempre hemos dicho en la OCDE que es importante que las AFP cobren en base a los costes de los servicios que prevén y que hay muchas formas. Chile tenía una forma de introducir competencia que era la licitación y ahora están añadiendo distintos aspectos.

En general, la idea de introducir medidas para que los cargos de las AFP a los afiliados sean menores y se ajusten más a los costes que tiene para proveer los servicios está bien encaminado.

También se ha planteado que la licitación no se dirija únicamente a los nuevos afiliados si no que a los cotizantes en general. ¿Qué le parece esa alternativa?

-Si tienes una AFP o cualquier negocio y tú sabes que tienes unos clientes, pero que el día de mañana te los van a quitar a la fuerza, ese negocio no puede funcionar. Por consiguiente, hacer la legislación a los que ya están no me parece una buena idea.

Lo que hay que hacer para los que ya están en una AFP es que tengan la libertad de cambiarse a otra AFP, que se les provea de la información pertinente y se les dé la facilidad para ello.

Como mencionaba, es el tercer proyecto en pensiones de este gobierno y corre el mismo riesgo de los anteriores, que no se apruebe. ¿Qué riesgos ve en la demora de una reforma a las pensiones?

-El no realizar una reforma cuando existe una llamada de la sociedad a mejorar el sistema, conlleva siempre a soluciones un poco populistas como los famosos retiros de las AFP. Lo importante es que si la sociedad cree que hay que hacer una reforma se plantee y se discuta. Si hay partes de la sociedad que no están de acuerdo con la reforma propuesta entonces se deben plantear alternativas para que se discuta en el congreso y se avance en su aprobación.

Pero es relevante que se apruebe una reforma, porque de lo contrario el sistema va a seguir cojeando y mientras más cojee peor será el futuro para el sistema previsional.

¿Qué les parece la posibilidad de que haya un tercer retiro del 10% de las AFP?

-Que exista la posibilidad de un retiro de pensiones anticipado, en circunstancias excepcionales y de fuerza mayor, es algo que en la OCDE nos parece que debe existir en la legislación. La cuestión es discutir cuáles son esas circunstancias de fuerza mayor.

Muchos países de la OCDE permiten el retiro previsional anticipado con condiciones muy específicas. Chile no lo permite.

Los retiros que hemos visto en Chile, que no son condicionales, es decir, todo el mundo puede sacarlo, nos parece incorrecto. El acceso al retiro anticipado previsional debe existir como último resorte y bajo circunstancias de fuerza mayor. Un tercer retiro, diseñado tal como el primero y el segundo, es básicamente una mala idea.

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