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Pablo García: “Hoy el principal riesgo para nuestro desempeño económico viene desde afuera de Chile”

El exvicepresidente del Banco Central dice que hoy la macroeconomía chilena está mucho más equilibrada y que es necesario revisar al alza el crecimiento potencial de la economía. “El ciclo de bajas de tasas de interés se acabó”, lanza el también presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad a propósito del último Ipom del instituto emisor.

29 Octubre 2025 Entrevista a Pablo Garcia, Presidente de la Comision Nacional de Evaluacion y Productividad. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿Cuál es el análisis que hace del nuevo panorama que dibuja el Banco Central (BC) en su último Informe de Política Monetaria (Ipom)?

-Ese escenario revela un entorno internacional que no ha sido tan dañino para la economía chilena, cosa que hemos ido descubriendo gradualmente desde que comenzó la guerra comercial. Por ser una economía basada en recursos naturales, no se han producido los problemas que han enfrentado otras economías emergentes. La guerra comercial y la depreciación del dólar han afectado a economías exportadoras de manufacturas… En suma, tenemos un escenario externo favorable y eso empuja más crecimiento. También el Banco Central volvió a corregir la inversión al alza. Hay un ciclo de inversión muy bueno.

Es probablemente el Ipom más optimista del último año…

-Los Ipom nunca son ni optimistas ni pesimistas; ven la realidad. Y la realidad es que hemos ido observando, entre fines de 2024 y 2025, una economía que ha ido agarrando un ritmo de expansión… por el lado de la inversión que es interesante. En materia de inflación, este último Ipom vuelve a un escenario más parecido al que se tenía en junio, cuando veían que la inflación iba a converger a la meta a principios del próximo año. Esto dio pie para que haya recortado la tasa de interés esta semana.

Pero el otro elemento central de este informe es que revisaron al alza la tasa de interés neutral… había antecedentes desde hace un tiempo de que correspondía hacerlo. Con eso, el ciclo de bajas de tasas de interés se acabó y ahora tenemos una visión de política monetaria más balanceada… producto de que la macro también está mucho más equilibrada.

Pero más allá de los detalles y mensajes de este Ipom, queda claro que el BC goza de una confianza notable del mercado y el público.

Es decir, ¿vamos a tener un periodo de estabilidad en términos de política monetaria y de inflación más prolongado?

-Déjeme ponerlo al revés. La evidencia del último año y medio o dos años -más allá de todos los debates sobre el impacto de una sola vez de las tarifas eléctricas, de los debates respecto al mercado laboral- dice que la macroeconomía chilena está balanceada y en equilibrio hace alrededor de un año y medio. Se resolvieron los desbalances gruesos. La economía chilena en 2024 creció en torno al 2,5%, este año estará creciendo en torno a la misma cifra y el BC proyecta que en 2026 va a crecer entre un 2,5% y un 3%. Entonces, llevamos tres años con la economía chilena creciendo en torno al 2,5%, que es por encima de lo que se estima el PIB tendencial. Son tres años donde se dejaron atrás todos estos eventos de volatilidad institucional y financiera, los retiros, las discusiones constitucionales, la pandemia. Todo ese periodo, entre 2019 y 2023, fue de alta efervescencia institucional, financiera y política. A todo esto, creo que ha llegado el momento de revisar el PIB potencial…

¿A qué se refiere con revisar el PIB de tendencia?

-Estimo que es más alto respecto del 1,8% actual. ¿Razón? Si estamos creciendo en torno al 2,5% por tres años consecutivos y la inflación ha ido convergiendo a la meta, no divergiendo, y las tasas de interés se han ido acercando a lo normal, significa que la economía no está creciendo sobre lo que puede. Entonces, el tendencial o el potencial de largo plazo no es 1,8%. Esto es algo que el BC tiene que explicar con más detalle. Hay que hacer la reflexión.

Uno puede pensar en varias alternativas. Por ejemplo, en enero se publica el informe de productividad que saca la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP), y uno puede observar que la productividad total de factores en 2024 y 2025 está creciendo a tasas que no veíamos hace bastante tiempo; volvimos a crecer en términos de productividad y eficiencia de la economía chilena. Además, tenemos exportaciones que están creciendo y no solamente es cobre. La exportación de servicios está creciendo, por ejemplo.

29 octubre 2025 Entrevista a Pablo García, presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad. Foto: Andrés Pérez Andres Perez

¿Al próximo gobierno que se instala a partir de marzo le va a tocar una economía mucho más balanceada y con más viento a favor?

-Los vientos a favor nunca se saben, porque el mundo se puede dar vuelta con una moneda. Lo importante es que la estabilidad macroeconómica y financiera es lo que se necesita para poder pensar qué hacer para crecer más rápido de forma sostenida. Todas las agendas procrecimiento que hubo durante 2025 apuntan a que hay un montón de cosas que se tienen que empujar para reformar la eficiencia de nuestra economía de forma que podamos crecer más, entre un 3% y un 4%. Esos desafíos y ese tipo de agenda de reformas estructurales para crecer más solamente se pueden enfrentar si tu macro está ordenada.

Todos los gobiernos tienen el desafío de enfrentar su agenda con las realidades políticas del país y ahí importa mucho tener mayorías y convocar. Pero también hay hitos importantes que el próximo gobierno no tiene que enfrentar, como es una reforma de pensiones. Si no se hubiese aprobado ese proyecto en 2025, esa sería la agenda número uno en el debate político ahora y se comería otras prioridades. Un segundo hito es el gran consenso que se produjo cuando se aprobó la ley de permisos sectoriales y el reconocimiento transversal de que tenemos un problema con la gestión y la aprobación de proyectos de inversión. Esa conciencia de que eso es un problema es una buena noticia; no tienes que empezar a construir ese consenso de aquí en adelante.

¿Qué queda por delante? Por ejemplo, nuestro mercado laboral. Sabemos que no es un mercado laboral que promueva la formalización ni la creación de empleo asalariado formal. Tenemos un montón de inflexibilidades ahí que es necesario enfrentar… Tenemos también una discusión sobre nuestro tema tributario para promover inversión y profundidad en el mercado de capital.

Además de la mejora en las proyecciones de actividad, el nuevo superciclo del cobre sorprende. Si el cobre se afianza entre los US$ 5 y US$ 6 la libra, ¿cual será el efecto positivo en la economía para los próximos cuatro años, especialmente en materia fiscal?

-Una de las verdades que existe en la macroeconomía latinoamericana es que un entorno externo de buenos precios de commodities y un dólar más débil es muy expansivo para nuestras economías. Muy bueno para la macroeconomía, el entorno, la sensación de bienestar, las cuentas fiscales, etcétera. Pero la segunda verdad es que hay que tener mucho cuidado en cómo se gestiona eso, porque sabemos que estos ciclos no duran para siempre y que tienen un componente transitorio. Por lo tanto, lo que es prudente hacer en esas instancias de bonanza, si se materializan, es que haya una parte de esa bonanza que se ahorre. Y por eso tenemos la regla fiscal. Eso permite justamente tener un colchón para los tiempos malos, que sabemos que van a venir en algún minuto.

Eso quiere decir que esta eventual bonanza del cobre tiene un lado bueno y otro complejo, el que apunta a resistir las presiones políticas para no gastar esa bonanza inmediatamente…

-Ese es el desafío que enfrentan todos los gobiernos y, en general, Chile lo ha hecho mejor que el promedio. El promedio de Latinoamérica es muy malo en esto.

¿Por qué cree que la centroizquierda tuvo una derrota tan contundente en las elecciones del domingo en Chile? ¿Hay algo que pueda explicarlo desde el punto de vista económico?

-No soy cientista político, pero puedo decir que Chile es un país donde existe un grupo de centroizquierda o izquierda y otro grupo de centroderecha o derecha. Ese tipo de división política sigue ahí. El balance ideológico en Chile continúa estando ahí. Acá no se ha generado una fuerza que triangule y que rompa con... como se ha visto, por ejemplo, en Estados Unidos con Donald Trump, el que no es un republicano tradicional… esas olas de populismo económico que ha habido en otras partes del mundo.

Lo que quizás ocurrió fue que los tiempos han cambiado y se buscan liderazgos y relatos distintos. Los partidos políticos tradicionales no fueron capaces de incorporar esos nuevos relatos dentro de sus propias orgánicas. Esos relatos lograron residencia política fuera de los partidos políticos tradicionales, cosa que también le ocurrió a la centroderecha.

29 octubre 2025 Entrevista a Pablo García, presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad. Foto: Andrés Pérez Andres Perez

¿Pero cree que se corrió el cerco ideológico con esta elección? ¿El chileno valora mucho más el libre mercado hoy que hace 30 años y es más apegado al orden, de lo que pensábamos?

-No sé si el tema del libre mercado es tan distinto, porque la tentación populista siempre existe, de querer gastar más, y eso se produjo con los retiros (desde los fondos de pensiones). Pero lo que también es cierto es que nuestra sociedad está acostumbrada a un nivel de paz social, de delincuencia y criminalidad muy bajos y estables. Entre el estallido social, las protestas, la percepción de inseguridad y el cambio en la forma como la criminalidad se expresó en nuestro país, se produjo un remezón a todos niveles: segmentos medios, populares, de la élite económica. Esto los partidos tradicionales fueron menos capaces de catalizarlo en una agenda.

En ese ámbito hay más explicación que en el ámbito puramente económico o de la ideología del libre mercado o del socialismo. Si se miran nuestras discusiones económicas en Chile, no hay tantas diferencias ideológicas radicales en el ámbito económico.

¿Cuál cree que va a ser el principal desafío que tendrá el próximo gobierno en materia económica y social en los próximos cuatro años?

-Todos los gobiernos tienen el desafío de cómo cuadrar el escenario de la economía que enfrentas en la realidad, con el escenario de la economía que dibujaste para efectos de las elecciones. También todos los gobiernos tienen el desafío de tener que enfrentar las demandas de una sensación rápida de mayor bienestar económico. Es decir, cómo se logra cuadrar expectativas con realidad y evitar la tentación de dar soluciones facilistas de corto plazo de forma muy inmediata. Esa es la parte, desde el punto de vista de la economía política, más desafiante para cualquier gobierno.

¿Cuál es el gran riesgo económico que hay para los próximos cuatro años?

-Cabe recordar que en el Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central de mediados de 2021 se dijo que la principal amenaza para la estabilidad de este país eran más retiros de fondos de pensiones. Hoy ese no es el caso. Por lo tanto, hoy el principal riesgo para nuestro desempeño económico viene desde afuera de Chile.

Hay una sensación de que algo en el mundo no está funcionando bien y que hay algo que va a tener que ajustarse. Esta situación de efervescencia financiera, de descuadres fiscales bastante monumentales en Estados Unidos, en Japón… Con una dinámica fiscal en Europa que es bien compleja. Uno dice: ‘esto no puede simplemente seguirse acumulando sin que nada pase’.

Está el tema de las valoraciones bursátiles, de inteligencia artificial. Si uno mira las valoraciones, está la percepción de que a todas las empresas les va a ir excelente. Pero estas cosas no resultan siempre así. El mundo financiero siempre tiene burbujas, eso no es una palabra tabú. Siempre hay momentos de efervescencia que después se corrigen. Entonces, los principales riesgos para los próximos años son un problema mayúsculo en la percepción de riesgo fiscal en las principales economías desarrolladas, que provoque una revalorización grande de los bonos, las tasas, las monedas; que sea bien desordenado, y que provoque ajustes disruptivos. También que haya una corrección de valoraciones bursátiles importante y que esa valoración tenga efectos macroeconómicos que contaminen segmentos más tradicionales del mercado.

Todo esto no es ni buena ni mala noticia, pero es mejor que los riesgos vengan desde eventos externos que tú puedas gestionar, a que tengas un problema doméstico que en sí mismo se transforma en cuestión política, como los retiros, y que es mucho más difícil de gestionar.

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