"Una campaña de oposición a los proyectos hidroeléctricos (...) en la Patagonia". Así se define una de las organizaciones que se dio a conocer masivamente con su intento de frenar la aprobación de HidroAysén.

Organizados, con presencia en todo el país, con respaldo parlamentario y con un potente financiamiento. Son las características de Patagonia Sin Represas, una organización que agrupa al Consejo de Defensa de la Patagonia y que ha desplegado una potente campaña comunicacional contra la hidroeléctrica.

Desde su creación ha recibido el apoyo internacional de influyentes grupos ambientalistas como Greenpeace, además de la ayuda para financiar su causa de organizaciones como International Rivers, una agrupación dependiente de la familia Kennedy.

En Chile, los empresarios Douglas Tompkins y Víctor Hugo Puchi, son dos de sus principales financistas.

Han logrado desplegar una serie de masivas marchas a lo largo del país, además de conseguir el apoyo mayoritario de la ciudadanía.

El foco de sus demandas es la construcción de grandes proyectos hidroeléctricos de embalse en la Patagonia chilena, lo que ellos consideran como una grave amenaza a la integridad ambiental.