Periodismo en Chile
Escribir una columna criticando al periodismo actual en Chile y a los periodistas, en particular, es un acto de alto riesgo. Más de alguien me ha dicho que es una acción temeraria. Quiero partir por ser muy claro en que respeto a la profesión y a muchos responsables periodistas que ejercen con gran rectitud y seriedad. No obstante, existe una mayoría de periodistas que amparados en un micrófono, una pantalla o un medio escrito que los acoge como columnistas o reporteros, se dan el gustito de hablar de muchos temas para expresar sus propias ideologías de manera poco objetiva y total desprecio por la acuciosidad.
Durante 20 años llevé en auto, cada mañana a primera hora, a mis hijos al colegio. Fueron momentos que ya no tendré y que me permitieron conversar con ellos de muchos temas, algunos de los cuales surgían de la radio que escuchábamos. Es sorprendente constatar cómo tanto ignorante puede tener espacio para hablar tanta tontera, transmitir tanta vulgaridad y en muchos casos tergiversar de manera grosera la historia de nuestro país. En televisión la cosa no es muy distinta. Muchos periodistas han confundido su rol orientador del debate, capturador y comunicador de noticias y facilitador de las conversaciones de expertos, con el de opinólogos de cualquier materia, en la que a todas luces no tienen ningún conocimiento. La mayoría de las profesiones está expuesta a un duro escrutinio del medio. Los periodistas parecieran intocables, que se encargan de repetir lo que la mayoría quiere escuchar, sin relación con la verdad de los hechos. En el periodismo deportivo, es tal la reiteración de lugares comunes, como ¡ambos equipos en busca del gol! o ¡el resultado es lo que vale! En el periodismo policial, siempre dudando de la acción de la policía, amparando la rebaja de penas, abusando del concepto de derechos humanos. En el periodismo político, y como la mayoría de los periodistas son de izquierda, expresando su sesgada visión del momento político, maltratando a las actuales autoridades, ensalzando a la izquierda de Allende y derechamente tergiversando conceptos o hechos políticos. En el periodismo económico, orientando mal a la gente pobre; en vez de promover el esfuerzo para surgir, fomentan los regalos del Estado, la inoperancia del mercado y un rechazo a quienes dan trabajo. Para qué hablar del periodismo de farándula, el cual no sólo acapara espacios en horarios estelares, sino que hace un daño cultural al país. La juventud y la mayoría de los telespectadores están expuestos a la grosería, al menosprecio del otro, a los malos hábitos, a la noticia que no es noticia. Este entorno debería hacer reflexionar a los decanos de las escuelas de periodismo, a los medios y a los propios periodistas acerca de qué aporte están haciendo al país, su cultura y su futuro.
Esta columna no pretende ofender a nadie, sino más bien hacer un llamado de atención respetuoso a quienes están frente a un micrófono, una cámara o un medio escrito o digital. Los periodistas deben recordar que no son ellos los expertos en temas específicos. Su rol es entregar y analizar información de manera objetiva y a un nivel mínimo de profundidad y respeto. Falta más periodismo científico, cultural, histórico, internacional y económico responsable orientado al chileno medio. Los periodistas y los dueños de los medios tienen una deuda pendiente con más profesionalismo con el país y también con ellos mismos. No deberían ignorar la mediocridad del medio, ni tampoco respaldar un periodismo light. Chile merece mejor periodismo.
*El autor es ingeniero comercial de la Universidad de Chile (amjpulso@gmail.com).
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