Pulso

Sobre tangos, desacatos y disparates

Hace unas semanas esta columna se refirió a que Argentina sufría el Síndrome del Pariente Cacho, que aqueja a esos familiares que no hacen sino dar problemas.

Luego de que la Corte Suprema norteamericana dictaminara a fines de julio que el juez Griessa tenía razón y que Argentina debía pagar a los Fondos Buitre, las autoridades transandinas dieron inicio a una seguidilla de acciones que tienen otro denominador común y que podría complementar el diagnóstico anterior. Otro síndrome aqueja a Argentina: la Consistente Negación de la Realidad.

El mismo día del fallo de Griessa, un canchero ministro Kicilloff gambeteó diciendo que Argentina no estaba en default, que esto era un invento de USA. Estaba todo bien, ellos depositaron la plata para pagar. Luego, amenazaron con demandar a Estados Unidos. Condorito habría dicho “ Exijo una explicación“. Como todo quedó en nada, el Parlamento  aprobó una ventanilla de pago domiciliada en Buenos Aires en lugar de Nueva York para los bonistas acogidos a la reestructuraciones . Ahí  pueden cobrar si quieren. Para remachar, cerró el diálogo con sus demandantes y con el juez.  Increíblemente, las autoridades hicieron caso omiso al dictamen judicial del Tribunal que regulaba los conflictos asociados a la deuda soberana emitida por el  Estado al que representan.

Probablemente, desesperado por la indiferencia frente a la condena a pagar, además del inmisericorde bullying al que ha sido sometido,  Griessa decretó el “Desacato” de Argentina. Traducción: Rebeldía frente a un dictamen judicial.  Rápidamente, la presidenta Fernández calificó el hecho como “un disparate de un juez senil”. Suavecita.

No hay que ser un genio para darse cuenta que este estado de negación es una conducta que se repite en nuestros queridos vecinos, sobretodo en lo referente a temas económicos. Las cifras de inflación son tan manipuladas que ni el Ministro de Economía se atrevió a mencionarlas en aquella surrealista entrevista con una periodista griega, que terminó en un “ Me quiero ir…”. El valor del dólar oficial un gigantesco autoengaño que se transa a 8,5 pesos. El dólar blue se vale casi 16. Supuestamente es ilegal,  pero su precio se publica on line en los diarios, junto con el dólar ahorro, el dólar tarjeta/turista, el dólar soja y el dólar bolsa. Aunque usted no lo crea. Ejemplos de realidades negadas sobran.

Estamos entonces frente a una conducta patológica. Desacato a la Realidad. Lo que no nos gusta, lo ignoramos. Y tratamos de darle una solución a nuestra medida, que, desgraciadamente, sólo existe en el ámbito de la fantasía.

La pregunta  es si es posible salirse con la suya siempre. Sacarla gratis. Ganarle al sistema endémicamente. Es una discusión interesante, porque pareciera que  Argentina siempre gana. Pero no nos engañemos. A la Realidad se le puede esconder o dilatar, pero nunca desacatar. En ese plano, desafortunadamente, tarde o temprano, siempre se pierde. Y por goleada.  Aunque a algunos les parezca un disparate. Con ritmo de Tango.

*El autor es panelista de Información Privilegiada, de radio Duna.

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