COP26 traza objetivos climáticos y financieros: Fijación de precios del carbono, descarbonización del transporte e inversión privada

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La cuarta jornada del evento climático se basó principalmente en aspectos financieros asociados al clima. Chile presentó su Estrategia Climática de Largo Plazo 2050 (ECLP).


En una nueva jornada de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26), los principales líderes mundiales ya comienzan a trazar algunos objetivos climáticos, temas planteados en el Acuerdo de París firmado en 2016.

Al plan de revertir la deforestación para 2030 y controlar la emisión de metano, principal componente del gas natural que es 20 veces más potente que el dióxido de carbono, a través de la reducción de un 30% sus emisiones, durante la presente jornada se sumaron nuevos lineamientos, centrados en aspectos financieros y económicos de la política climática.

La fijación de precios del carbono para cumplir los objetivos climáticos permitirán al mercado determinar la cantidad real de las reducciones de las emisiones. Los líderes también acordaron descarbonizar el transporte, para establecer una conducta empresarial responsable y una acción climática con normas internacionales, fijando mecanismos de financiamiento combinado para energía solar, entre otros.

Un grupo de activistas protestan en Glasgow, en el marco del desarrollo de la COP26. Foto: AP

Las grandes instituciones privadas de crédito de 45 países se comprometieron a financiar masivamente la descarbonización mundial para mitad de siglo, aunque la presidencia de la COP26 avisó de que esa promesa no reemplaza a los fondos que las grandes economías adeudan a los países en desarrollo.

Alok Sharma, presidente de la COP26, señaló que ahora hay más financiación pública y privada para la acción climática que nunca, “pero para cumplir con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París y mantener vivo el 1,5°C, necesitamos que los países desarrollados cumplan con las finanzas públicas y liberen los billones necesarios en inversión privada para crear un futuro cero neto y proteger vidas y medios de subsistencia de los efectos devastadores del cambio climático”.

Durante la jornada se detalló cómo se está movilizando la financiación climática para los países que más lo necesitan y cómo se cumplirá el compromiso de US$100 mil millones al año, además de permitir a todos los países avanzar hacia el cero neto para 2050.

Sharma dijo que por eso se ha hecho de las finanzas un enfoque clave de la COP26, “por qué estos nuevos compromisos de las naciones y el sector financiero privado son tan bienvenidos, y por qué seguimos presionando para que los países hagan más para cumplir con sus obligaciones financieras. Los países nos dicen lo que necesitan, ahora las finanzas globales deben responder”.

Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, dice que la única medida, de corto y mediano plazo, que va a permitir detener el calentamiento global, es el abandono del uso de combustibles fósiles y que uno de los sectores a nivel global que más combustibles fósiles usa es el transporte. “Se requiere un compromiso para avanzar en la transición hacia la electrificación del transporte público y privado”.

Una herramienta para acelerar esta transición es la fijación de precios para las emisiones de carbono. “El precio de los combustibles debe incluir el costo de los impactos ambientales negativos que produce. Hoy en muchos países eso no sucede lo que se traduce en un subsidio de facto a los combustibles fósiles”, explica Cordero.

Los países desarrollados en la COP26 asumieron nuevos compromisos para aumentar la financiación para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a los impactos del cambio climático, incluido el compromiso de Noruega de triplicar su financiación para la adaptación, los compromisos de Japón y Australia de duplicar su financiación para la adaptación, y los compromisos de Suiza, Estados Unidos y Canadá parar el Fondo de Adaptación.

Esto incluyó un mayor compromiso de financiamiento para la adaptación de Estados Unidos, para reducir los impactos climáticos en los más vulnerables al cambio climático en todo el mundo. Mientras que Canadá se comprometió a destinar el 40% de su financiamiento climático a la adaptación.

Treinta y cinco países acordaron acciones obligatorias para garantizar que los inversores tengan acceso a información confiable sobre el riesgo climático para orientar sus inversiones hacia áreas más verdes. Y para garantizar estándares comunes, acogieron con satisfacción el anuncio de un nuevo organismo internacional, el Consejo Internacional de Normas de Sostenibilidad (ISSB).

Para cumplir con los objetivo del Acuerdo de Paris, es muy importante limitar el calentamiento global (que la temperatura del planeta no supere 1,5°C) respecto a valores previos a la era industrial, “pues cada décima de calentamiento implica más eventos extremos: olas de calor, inundaciones, sequías, incendios forestales”, añade el climatólogo de la Usach.

Leonardo DiCaprio, el príncipe Carlos y Stella McCartney, presentes en la COP26. (Photo by Owen Humphreys / POOL / AFP)

Cordero considera que los compromisos anunciados en la COP26 para la reducción de emisiones de metano apuntan precisamente a controlar las fugas de gas natural en las tuberías de distribución. “Por supuesto, controlar el metano difícilmente solucionará el problema del calentamiento global, pues la mayoría del efecto invernadero que está calentando el planeta no lo genera el metano. Así que las medidas anunciadas son necesarias, pero no suficientes”.

Otro punto que se desarrolló fue sobre las “ciudades sobrecalentadas”, las que se enfrentan a efectos climáticos “desproporcionados” por el efecto denominado isla de calor, que puede elevar la temperatura media de las ciudades hasta 4°C de aquí a final de siglo si no disminuyen las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), según advierte la Organización de Naciones Unidas en la guía “Combatiendo el calor: Guía para un enfriamiento sostenible de las ciudades”.

El documento, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), prescribe estrategias probadas en numerosas ciudades de todo el mundo para lograr un enfriamiento urbano sostenible, ya que estos núcleos urbanos se calientan al doble de ritmo que la tasa promedio mundial.

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