¿Por qué el Ten Tanker lanza “agua roja” para combatir el fuego? Conoce sus sorprendentes cualidades

Foto: Trent Bell (Flickr)

El aditivo de un intenso color rojizo cuenta con propiedades que ayudan a detener la proliferación del fuego. Además, ayudaría a nutrir los suelos siniestrados para su pronta recuperación de la vegetación incendiada.


36 mil litros en 8 segundos. La capacidad y potencia que tiene el Ten Tanker, recién llegado a nuestro país este lunes, brinda un foco de esperanza a los incendios forestales que afectan al sur del país. En poco tiempo puede arrojar grandes cantidades de agua que ayuda a frenar el avance del fuego. Sin embargo, en algunos casos llama la atención el intenso color rojizo del líquido que esta aeronave lanza hacia los distintos focos activos. ¿De qué se trata este químico? ¿En qué situaciones se aplica? ¿Es peligroso para quienes estén directamente expuestos a esta sustancia?

Antes que todo, es importante entender cómo se causan los incendios forestales. Una reacción de combustión típica requiere algún tipo de chispa, combustible y oxígeno. Con madera seca, musgo y plantas en todas partes, el combustible y el oxígeno no son un recurso escaso para que comience un incendio.

Al verter una enorme cantidad de agua sobre un foco de incendio ayuda de muchas maneras. En primer lugar corta con una reacción de combustión, porque a medida que se evapora crea una capa de vapor que separa el combustible del fuego, y también del oxígeno atmosférico. En segundo lugar, el agua enfría el combustible, lo que ralentiza y finalmente extingue la reacción. A eso también se le agrega las excavaciones y fabricación de “cortafuegos” que bloquean el avance del fuego superficial.

Desafortunadamente, las gotas de agua aéreas y los cortafuegos no son suficientes para combatir incendios a gran escala, y aquí es donde entra esa en acción esta “agua roja”. El retardante de fuego se compone principalmente de polifosfato de amonio, agua, sales de tipo fertilizante, un agente colorante, inhibidores de corrosión y acondicionadores de flujo. Se puede rociar en un área y, a menos que sea arrastrada por una tormenta, se mantendrá durante un tiempo prolongado.

Foto: Dave Toussaint (Flickr)

En su mayoría se compone de una solución de 88% de agua, mientras que el otro 12% corresponde a este fosfato de amonio que actúa como componente retardante del fuego. Otros ingredientes incluyen espesantes de goma para ayudar al retardante a adherirse a la vegetación, acondicionador de flujo para facilitar la transferencia y la mezcla, y coloración roja para ayudar a los pilotos a ver el retardante de fuego desde el cielo.

Alejandro Briso, magister en Química y PhD(c) en Ciencias de la ingeniería explica que existen fosfatos de amonio de distintos tipos, que tienen distintas repercusiones en las cadenas que puedan formar. Los que están hechos de polifosfatos tienen cadenas más largas y resisten mayores temperaturas. “Se degradan a una temperatura superior a los 300°C, en comparación a otros que se degradan a menos de 150°C”, detalla.

Dicho retardante de fuego no se deja caer directamente sobre el fuego, según explica. En realidad se deja caer justo fuera de él para crear un perímetro de contención. Su función principal es eliminar el calor y recubrir la superficie para que el combustible no pueda encontrar oxígeno. Estos aditivos reaccionan con los combustibles silvestres y alteran su ruta de descomposición para que no proliferen llamas. Además, la velocidad de propagación del incendio se reduce drásticamente mientras este aditivo cae sobre los sectores siniestrados.

Con respecto al color rojizo que lo caracteriza, éste corresponde a un colorante que sirve como una ayuda visual para pilotos y bomberos en tierra. Después de unos días de exposición a la luz solar directa, el color se desvanece de la superficie.

¿Es nocivo para la salud y para el medioambiente?

El desarrollo de este componente como retardante de incendios comenzó a desarrollarse a partir de la década de 1950. Allí identificó al fosfato de amonio como el químico más efectivo disponible en ese momento, los cuales continuaron evolucionando con el pasar del tiempo.

Foto: Trent Bell (Flickr)

Cuando se mezcla con agua no es considerado peligroso por posibles efectos secundarios respiratorios. Sin embargo, el contacto con la piel puede causar irritación debido al amoniaco y ácido polifosfórico que se genera. “Esos componentes sí podrían generar efectos nocivos, dado que el amoniaco es corrosivo a la piel, ojos y pulmones; mientras que los ácidos polifosfóricos pueden generar quemaduras u otras heridas irritantes”, advierte Briso, quien también pertenece al Centro de desarrollo urbano sustentable (CEDEUS).

Si se expone directamente al líquido rojo se debe usar agua y jabón para quitarlo y cualquier ropa contaminada debe lavarse antes de volver a usarla. Aunque no es 100% biodegradable, este aditivo es capaz de proporcionar nutrición a las plantas debido a los compuestos inorgánicos utilizados, como las sales retardantes del fuego.

Foto: Agencia Uno

“Al ser también un fertilizante ampliamente usado, que además es bastante soluble en agua, va a tener una alta permeabilidad en los suelos. Por tanto, se va a liberar tanto el fosfato como el amonio que va a enriquecer los suelos”, comenta Briso sobre la propiedad fertilizante que tiene este aditivo, y cómo este químico se convierte en una fuente de nutrientes después del incendio, que podría sugerir una restauración de la vegetación incendiada.

El retardante que no se elimina de la vegetación puede hacer que se ponga de color café y se seque. Después de la lluvia, las plantas deberían volver a la normalidad y mejorarse debido a los nutrientes vegetales.

Retardante sobre la vegetación. Foto: John Wiley

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