"Peña está profundamente equivocado"
Éste es Klaus Schmidt-Hebbel después de su testimonio en Tribunales. Después de leer la columna de Carlos Peña. Después de estar frente a frente con Pilar Pérez. Las opiniones del economista tras su comentada declaración en el proceso por el asesinato de su hijo.<br>
-Estas semanas tuvo que enfrentarse nuevamente a Pilar Pérez y a José Ruz. ¿Cómo fue volver a verlos?
-Han sido dos semanas duras. Es acongojante, además, ver a Greta, mi mujer amada, llorar mientras declara en el tribunal. Sin embargo, nuestro duelo lo vivimos todos los días, desde ese terrible 4 de noviembre de 2008, cuando fue asesinado nuestro hijo. Todos los días lloramos a Diego. En ese sentido, no son tan distintos los días que hemos vivido estas semanas. La única diferencia es que pude encarar a Ruz y Pérez, recordándoles que ellos son los asesinos de mi hijo.
Las últimas dos semanas han sido muy demandantes para Klaus Schmidt-Hebbel. Física y emocionalmente: hace 15 días comenzó el juicio oral contra Pilar Pérez y José Ruz, la mujer y el sicario inculpados por el asesinato de su hijo Diego, el 4 de noviembre de 2008, día en que él pasó a buscar a su polola, Belén Molina. Corrían las 8:15 cuando el joven, de 25 años, en el interior de la casa de Belén, recibió dos balas y una cuchillada por parte de Ruz. Poco después murió en la Posta Central.
Éste y otros acontecimientos han sido relatados en detalle a los jueces desde el jueves 23 de septiembre. Una serie de testigos y peritos mostraron pruebas de aquel crimen -como la pistola Taurus calibre 6.35 que cargaba el sicario- y testificaron en contra de los dos homicidas.
Esta instancia hizo que por tercera vez el economista se enfrentara, cara a cara, con Pilar Pérez y José Ruz. Desde la sala de reuniones de su oficina, emplazada en el Instituto de Economía de la Universidad Católica, en San Joaquín, Schmidt-Hebbel relata cómo han sido estos días, cómo vive su duelo y qué se siente al estar a pocos metros de los supuestos homicidas de su hijo.
-En un momento de su declaración usted miró a Pilar Pérez, la apuntó con el dedo y le dijo: asesina.
-La energía para encarar a los asesinos está basada en la razón y en el corazón, porque soy un padre que busca justicia para su hijo. En eso no hay nada de especial: la gran mayoría de los chilenos reaccionaría igual si por desventura estuviesen en mi lugar: con serenidad y seriedad, enfrentando al asesino de su hijo y pidiendo justicia a la instancia que le corresponde darla.
-Al tenerlos al frente, ¿siente ganas de preguntarles por qué lo hicieron?
-Son seres terribles, que encarnan el mal. Pero no tengo nada que preguntarles. Como han declarado el propio Ruz y múltiples testigos y peritos, ellos asesinan por tres motivos: la enemistad, la venganza y la codicia. En el caso de ella, los tres motivos están presentes. En el caso de él, el motivo confesado es la codicia económica, por hacerse de algunos millones de pesos. Es un sicario clásico, serial. Es un asesino serial, como también lo es ella, su patrona y socia. Y si nadie los para, su asociación homicida continuará en el futuro, comenzando por eliminar a las otras 7 personas que están en su lista (confesada por él).
La columna de Peña
Como de costumbre, el domingo 3 de octubre Klaus Schmidt-Hebbel se levantó muy temprano. A las 8:30 de la mañana comenzó a hojear los diarios, mientras tomaba desayuno junto a su mujer, Greta Niehaus.
Entonces leyó la columna de Carlos Peña.
Ahí, el abogado y rector de la Universidad Diego Portales planteó si es necesario exponer, tanto a jueces como a la opinión pública, a tan dramáticos testimonios, "inflamarlos emotivamente", y si esto efectivamente aporta a la resolución del juicio.
"Carlos Peña está profundamente equivocado. La razón de su apreciación errónea es que la ley otorga el derecho a las víctimas a declarar los daños sufridos y a los victimarios o imputados a declarar respecto de los móviles de sus actos".
"Cuán significativa era la víctima directa para sus padres, cuán desoladora fue la noticia de su muerte, cuán absurdo es que su vida se haya acabado, no es relevante a la hora de establecer quién mató a Diego Schmidt-Hebbel y qué pena merece", señaló Peña.
Schmidt-Hebbel no quedó indiferente frente a los dichos del abogado. Argumenta que la columna de Peña contiene errores jurídicos.
-El rector Peña plantea dos interrogantes con respecto a sus testimonios. Se pregunta si fue necesario exponer a la opinión pública y a jueces frente a sus testimonios de dolor, y si es que era justo. ¿Qué le pareció la columna?
-Es una columna que me causó mucha sorpresa. Como explicó muy certeramente mi abogado, Juan Domingo Acosta, en una carta publicada en El Mercurio el 4 de octubre, la columna omite al menos tres elementos centrales de nuestro ordenamiento jurídico sobre los derechos y deberes de testigos y de víctimas de crímenes en juicios penales con demandas civiles.
El primero: toda víctima tiene el derecho de declarar ante el tribunal la magnitud del daño que sufre a consecuencia del acto criminal. Más aún, la sanción o el castigo de quien se determine culpable también toma en consideración el daño que realiza el acto criminal en las víctimas.
En segundo lugar, nosotros fuimos llamados a declarar en calidad de testigos sobre la rutina diaria de Diego.
Y tercero, nosotros, al igual que las otras tres familias querellantes, también hemos entablado demandas civiles contra los asesinos, lo que nos obliga a testificar sobre el daño moral y económico que las pérdidas de nuestros seres queridos nos han causado.
-¿Qué motivaciones ve tras la columna de Peña?
-Las desconozco por no conocer a su autor.
-¿Y qué le parece que Peña señale que sus testimonios sí afectan la resolución de los jueces y que el "inflamar la emotividad de los jueces a favor o en contra de las víctimas" podría conducir a la conclusión de que hay vidas más valiosas que otras? Esto, según él, atentaría contra la igualdad ante la ley.
-Él está profundamente equivocado. La razón de su apreciación errónea es que la ley otorga el derecho a las víctimas a declarar los daños sufridos y a los victimarios o imputados a declarar respecto de los móviles de sus actos. Los imputados tienen que explicar la razón de sus actos o declararse públicamente inocentes y señalar por qué son inocentes. Y las víctimas tienen que declarar en cuanto a por qué son víctimas. La ley lo establece así, clara y nítidamente. En este caso, los victimarios han decidido no hacer uso de ese derecho, lo que es muy sospechoso desde mi punto de vista. Y las víctimas, todas ellas, vamos a declarar. Están los ascendientes directos de La Quintrala y los descendientes directos también. Y todas las demás víctimas de La Quintrala. Recordemos que este juicio es sobre un caso único en la historia criminal mundial: nunca un homicida ha sido acusado por asesinato por la totalidad de sus ascendientes vivos y por la totalidad de sus descendientes vivos. La Quintrala es un caso único en el mundo: es acusada de homicidio por su madre y por sus dos hijos.
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