Mientras los chilenos buscan uniformarse y verse dentro del promedio, en otras partes del globo las personas se esfuerzan por destacar su individualidad y parecerse lo menos posible al del lado. Porque sí: a pesar de que las multitiendas traten de convencer, no es divertido parecerse a la mitad de los transeúntes. Un buen ejemplo son los lentes ópticos rectangulares, que de un día para otro dominaron el mercado y ahora parecen obligatorios. En las ópticas más conocidas, estos anteojos de marco grueso y oscuro se tomaron las vitrinas y relegaron al olvido a todas las otras alternativas. Por suerte, en la Óptica Bahía existen lentes para los rebeldes. Ahí están los redonditos con marco metálico tipo John Lennon o de marco grueso como científico loco alemán. También están ésos con marco acrílico color té -como los que usa Erlend Øye- y también esos de Gatúbela de los años 50, todos en una gran variedad de precios. Pero el problema no es el precio, sino la actitud.

Ópticas Bahía (Merced 374, Santiago).