Apple Vision Pro
El metaverso: la promesa incumplida de la realidad virtual

El metaverso: la promesa incumplida de la realidad virtual

Durante la pandemia, el metaverso parecía ser el espacio al que todos los esfuerzos tecnológicos apuntaban a ir. Pero el costo de portar un visor sobre nosotros parece no ser lo suficientemente atractivo para conquistar a usuarios en una economía donde el costo de la tecnología nos hace ser más conservadores.


En octubre del 2021, Mark Zuckerberg hizo una extraña movida que buscaba cambiar la dirección de su imperio digital. Motivado por las nuevas tendencias digitales —y también por la necesidad de hacer un giro de marketing tras el escándalo de Cambridge Analytica que tiró la reputación de Facebook al suelo— Zuckerberg anunció que su nuevo conglomerado de aplicaciones entre las que está Facebook, WhatsApp, Instagram y otros servicios pasaría a llamarse Meta.

Revelando un ícono que asemeja al de unos visores de realidad virtual, el giro de timón buscaba hacer que la compañía dejara de verse como una empresa de redes sociales, sino que una enfocada en desarrollar y expandirse sobre la idea del entonces vibrante metaverso.

Qué es el metaverso

Por si necesita refrescar la memoria, el metaverso es el nombre que se le dio a una suerte de realidad paralela, un espacio digital diseñado para tener experiencias más humanas e inmersivas en un entorno virtual. Desde tener reuniones con amigos a kilómetros de distancia hasta poder ver conciertos en primera fila desde la comodidad de tu hogar. ¿El precio para entrar a este lugar? Un casco de realidad virtual.

La idea del metaverso quizás tenía mucho sentido en aquellos años de encierro, cuando el trabajo rutinario pasó de la vida de oficina a reuniones por Zoom y grupos de WhatsApp y la búsqueda de un poco más de humanidad se buscaba por todos lados. Pero entre el regreso a la normalidad y un inusitado interés en Silicon Valley que se tradujo en más ideas que productos, el metaverso terminó convertido en una de esas palabras que nos aprendimos y que ya no tienen un valor.

Y es que, en gran parte, el sentido del Metaverso dependía de un supuesto mundo ideal en el que la mayoría de los conectados a Internet tendríamos un dispositivo en nuestras cabezas de la misma forma que nuestros bolsillos, de un momento a otro, empezar a llenarse de pequeñas y revolucionarias computadores llamadas smartphones.

Por supuesto que Meta tenía sus productos: Ya el 2014, Facebook compró Oculus, la empresa revolucionaria que volvió a poner de moda, al menos en el mundo ñoño, a la realidad virtual. Oculus era un sistema que prometía tener cascos de realidad virtual inalámbricos, es decir, que toda la computación se realizara dentro del casco, en lugar de estar conectado a un computador. La idea llamó la atención por, además, ser de un costo relativamente bajo, aunque como sabemos, cuando un producto muy avanzado tiene un costo muy bajo, hay algo de trampa.

Meta CEO Zuckerberg makes a keynote speech at the Meta Connect annual event
Meta Quest 3s

Qué es el Meta Quest y por qué fracasó

Y la trampa es que, para ingresar al mundo de Oculus, requerías tener una cuenta de Facebook y con ello, por seguro habría recolección de datos personales. Oculus luego pasó a ser Quest y hoy es Meta Quest. Hoy, Meta Quest es el visor de realidad virtual más popular del mundo, con más de 20 millones de unidades vendidas en esta década, según cifras del 2023. Pero, aún así, la realidad virtual sigue siendo un gusto de nicho que, en momentos donde la tecnología en particular está subiendo de precio junto con el costo de la vida, hace mucho más difícil la entrada de tecnologías disruptoras.

Pero para muchos, la esperanza de la masificación de la realidad virtual estuvo, como suele pasar, en manos de Apple. La empresa de la manzana suele tener el toque de Midas en la adopción de nuevas tecnologías. No solo hablamos del iPhone. Piensa como Apple convirtió a los audífonos inalámbricos —y a la desaparición del puerto auxiliar— en una costumbre, o como normalizó el tener un reloj inteligente, independiente que no sea un iWatch. O qué me dicen de hablarle a un celular para buscar respuestas. En fin. Puede que Apple no sea siempre quien inventa las tecnologías, pero su implementación siempre hace que se vuelvan al menos interesantes para un mayor público.

Por eso, cuando anunciaron sus lentes de Realidad Mixta, los Apple Vision Pro, muchos apostaron a que sería el momento en el que el usar un visor tecnológico en el rostro se volvería cool y aspiracional. Con un sistema capaz de ver el movimiento de tus ojos para controlarlo, analizar tus gestos para navegar por él, una resolución de pantalla nunca antes vista y aplicaciones que buscaban agregar elementos digitales a tu vida diaria, el Apple Vision Pro se veía, en el papel, como un nuevo hit de la compañía.

Sin embargo, nada de eso ocurrió. Tras un breve período de entusiasmo en las semanas siguientes a su lanzamiento, sobre todo por videos de YouTube, TikTok y Reels, los Vision Pro de Apple simplemente no prendieron. Las proyecciones de venta del modelo se redujeron a la mitad, de 800 mil a 400 mil unidades, y se estima que Apple perdió 1.400 millones de dólares en esta pasada.

¿Las razones? Pueden ser muchas: por supuesto está el alto precio: sus 3.500 dólares, con los que es posible comprar hasta 10 de los cascos de Meta. También por haber sido lanzada de manera oficial solo en el mercado de Estados Unidos. O porque Apple prefirió lanzar el modelo “Pro” antes que uno masivo, de menor costo, peso, batería, etc.

Lo cierto es que, más allá de los avances técnicos que lograron su existencia, el hecho de no haber sido lanzada con un ecosistema brillante de aplicaciones que justificaran su existencia, más allá de poder duplicar la pantalla de tu Mac o poder ver películas en una pantalla gigante, terminaron por “matar el hype”. En la última presentación de Apple, el Vision Pro apareció unos 5 segundos en pantalla. Lo cual no quita que en el futuro la compañía intente re-lanzar el equipo, tomando en cuenta lo aprendido. Pero por lo visto, hay mucho que aprender.

El metaverso: la promesa incumplida de la realidad virtual
El metaverso: la promesa incumplida de la realidad virtual

La realidad mixta

Entonces, estamos frente a una tecnología que quiso ser la nueva moda y terminó viviendo en el mismo nicho en el que se originó: los videojuegos. Hoy el mundo gamer es quizás el que más explota las capacidades técnicas e inmersivas de la realidad virtual y hay quienes también afirman que juegos como Fortnite, con su capacidad de realizar conciertos musicales y festivales de cortos online, son lo más cercano a la idea de Metaverso que ha sido exitosa. Pero, al fin y al cabo, son solo juegos. PlayStation tiene su sistema de VR y las aplicaciones de pago más populares en Meta Quest son siempre, juegos.

Pero aun en el mundo donde más brilla, el VR sigue siendo un nicho. Según estadísticas de Steam, la mayor plataforma de juegos digitales para PC, solo un 2% de sus usuarios, que repito, congregan a los gamers más adelantados, utilizan algún dispositivo de realidad virtual para jugar.

El principal problema de la realidad virtual es que nadie sabe bien si va a necesitarla hasta que la prueba. Es, a diferencia de la Inteligencia Artificial, un sistema de ventajas que no son tan evidentes ni tampoco vas a poder captar con solo una descripción de lo que puede hacer, ni mucho menos un video promocional. Porque no somos consumidores de tecnologías puras, sino que también hay factores humanos que debemos ponderar: podemos marearnos, ser cortos de vista por lo cual hay que usarlos con lentes o sin ellos, para algunos siguen siendo muy pesados o poco intuitivos.

Por eso mismo es que hoy se está apostando más por la realidad Mixta que la realidad puramente virtual. La realidad mixta combina el uso de cámaras de alta resolución con los visores, para poder ver en tiempo real y con gran detalle lo que está afuera de nuestros lentes y así evitar la sensación de encierro. Para alguien que está afuera, claro, sigue viendo a alguien que quizás no está dispuesto a conversar, pero al menos sirve para saber que alguien está hablándote, caminar por una casa u oficina y sentir que estos cascos acompañan a la realidad más que sacarnos de ella.

Es, de cierta manera, la derrota del metaverso, considerando que lo que hoy quieren estos cascos es poder usar la tecnología sin salir de nuestro entorno. Es así como Meta presentó esta semana el Meta Quest 3S, el sistema de realidad mixta más barato del mercado, comenzando solo a 300 dólares. Siguen siendo cascos tradicionales, siguen pidiendo tus datos de Facebook, pero al menos es barato. Y si no sumará gente, al menos buscan renovar el entusiasmo de quienes ya están metidos, quienes podrán vender o regalar su dispositivo a alguien que no esté convencido.

Y además, anunciaron el proyecto Orion, que están destinados a ser los primeros lentes avanzados de Realidad Aumentada. La gracia de Orion es que, salvo sus marcos que por ahora se ven muy gruesos, son grafas tradicionales, las cuales pueden usarse de manera normal y entregar datos de lo que vemos, además de colocar capas digitales al mundo que nos rodea.

Según Meta, Orion es “la llave para desbloquear el próximo salto en computación orientada para humanos”, lo cual es algo que ya habíamos escuchado con el Metaverso, pero en esta oportunidad, Meta tiene una ventaja: su trabajo con Ray-Ban ha demostrado que, siempre que luzcan a la moda, la gente está dispuesta a portar computadores en su cabeza. Los lentes de Ray Ban, por cierto, son bastante más sencillos: pueden tomar fotos, grabar videos, reproducir música y responder preguntas, pero es lo suficiente como para convertirlos en la colaboración más exitosa que ha tenido la compañía.

Por ahora, y quizás por mucho tiempo más, la realidad virtual quedará relegada a los círculos más entusiastas de la tecnología, y es eso se mantendrá hasta que llegue un momento mágico, de esos que ya no ocurren muy a menudo, que demuestre por qué es esencial invertir en el metaverso.

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