Isabel Allende: “Cuando esté muerta, nadie se va a acordar de mí, ni de La casa de los espíritus”

Foto: Lori Barra.

La escritora chilena más importante en el mundo publica el libro infantil Perla, la súper perrita, vía Penguin Kids. En sus páginas, aborda el tema del bullying que sufre un niño. Sobre eso, la autora conversó en una rueda de prensa a la que asistió Culto. Además comentó qué otros géneros literarios le gustaría explorar.


Una pequeña niña suele visitar a Isabel Allende (81) en su casa en California. Es la nieta de su vecina. “Llega a mi casa gritando ‘book!, book!’. Y lo primero que hacemos es sentarnos a leer una historia -generalmente son puros dibujos- y después tomamos helados. Eso es lo mejor de la semana para Camila. Ella fue la inspiración”. Luego, una de sus editoras le pidió que escribiera un libro para niños. Allende no fue muy lejos. La chica y su amor por los perros hicieron el resto. Hoy, la destacada escritora chilena acaba de publicar su debut en la literatura infantil, Perla, la súper perrita, a través del sello Penguin Kids, y que se encuentra disponible en nuestro país. Es el primero de una saga que tendrá otros dos libros.

En sus páginas, narra la historia de un muchacho, Nico Rico, quien sufre de bullying en el colegio. Viéndose perdido, de repente tiene una ayuda inesperada, la de su perrita, Perla, gracias a quien sale adelante. Para la escritora nacional -la autora chilena más reconocida en el mundo- era muy importante poner el tema en el tapete. “El libro pone el tema del bullying sobre la mesa, si los padres o los maestros leen el libro con el niño pueden hablar del tema. Es un tema del que los niños no hablan”, dice la célebre autora en una rueda de prensa a la que asistió Culto.

“Los abusadores son cobardes, cuando uno los enfrenta, escapan. Siempre abusan del más débil, del más pequeño, y si pueden, tienen una pandilla, dos o tres que los ayudan. Solos no se atreven. Entonces, el mensaje de esto es que el abusador es cobarde, y hay que enfrentarlo”, recalca la autora.

Foto: Lori Barra.

-¿Cree que las redes sociales han hecho que el bullying se haya hecho más duro en estos tiempos?

- Sin duda, sin duda, porque ahora hay un bullying anónimo y virtual que ha llevado a niños a cometer suicidio porque es tan fuerte la presión social a esa edad. Y desgraciadamente es muy difícil controlarlo. Porque tú puedes tal vez controlar el bullying en la clase, en una escuela porque estás mirando, pero el de las redes sociales es tremendo. Y no solamente produce el bullying de la agresión, la exclusión, que también es muy fuerte. Los niños que se sienten excluidos sufren casi tanto como los que sufren bullying. Yo nunca nunca sufrí abuso físico ni de ese tipo. Y en la época en que yo era chica, por supuesto no existían las redes sociales. Pero yo era hija de diplomático y nos cambiábamos de país a cada rato y cambiábamos de amigos, de lengua, de colegio. Yo siempre era la niña nueva y no tenía amigas, era tímida, no me atrevía a acercarme. Entonces siempre me sentí excluida. Me refugiaba en los libros. Me acuerdo en el recreo yo escondida detrás de un libro, aunque no estuviera ni siquiera leyéndolo, para que no se notara que estaba sola y que nadie quería jugar conmigo. Además era pésima para los deportes. Con una voz terrible no podía cantar en el coro tampoco. Así que no podía pertenecer a ningún grupo. Nadie me habría escogido a mí para jugar voleibol. Imagínate, por ningún motivo. Entonces muy sola y muy excluida. Creo que eso duele casi tanto como el bullying.

Como en otras cosas de la literatura de Isabel Allende, Perla, la perrita existe. Sí, tal como lo hizo Virginia Woolf con Flush, la autora de Paula ficcionó a un animal real. “En realidad era una perra rescatada que rescató mi ex marido, Willy. Él se murió pocos meses más tarde y yo heredé a la perrita. Y es un ratón. O sea, parece una rata de alcantarilla. Más ordinaria imposible. Pero se cree una princesa, es arrogante, es valiente y tiene un problema en las cuerdas bucales, y entonces gruñe y ladra como perro policial. Si tú no la ves, crees que detrás de la reja hay un mastín y hay un ratón de este porte (ríe). Así que la queremos mucho y hemos aprendido mucho de ella a tener confianza en uno mismo”.

Isabel Allende y la verdadera perrita Perla.

“Lo que nos pasa mucho -sobre todo a las mujeres- es que como que nos disminuimos, Perla se expande y ella ocupa un espacio enorme, mucho más grande que ella. Yo creo que eso es importante. Sí, que es importante ocupar espacio, sentarse a la mesa y yo creo que muchos de los niños y niñas que, por ejemplo, pueden vivir situaciones de exclusión en el colegio o incluso directamente de bullying, es algo que cada vez va pasando más, se van haciendo chiquitos, chiquitos y no van compartiendo. Entonces, ese momento de verla decir: ‘aquí estoy yo, es importante’. Es un poco, sí, encontrar la propia voz”.

Allende también comenta que su idea fue siempre hacer algo accesible: “Yo creo que los niños, igual que los adultos, quieren descubrir la verdad. No quieren que tú se las machaques en la cabeza, les des con la Biblia en la cabeza. No. Yo traté de escribir esta historia desde el punto de vista de Perla para que no pareciera que yo le estoy predicando nada al niño. Yo no tengo nada que enseñarle a un niño. Lo único que puedo es mostrarle un camino”.

“Entonces, por eso la voz de Perla era importante, que no fuera la voz mía contándole el cuento. Ahora, te voy a decir que esto ha sido un problema, porque mi perra se ha puesto tan arrogante que no se puede estar con ella (ríe). Se cree la Coca Cola del Desierto (más risas)”.

Foto: Lori Barra

Consultada por la experiencia de haber escrito una novela para niños, Allende comentó que lo disfrutó mucho. “Me gusta el desafío de algo nuevo, el desafío de una novela histórica, de una novela literaria, de una memoria, lo único que no puedo escribir son esos libros de autoayuda, que no los puedo leer y no los puedo escribir tampoco”. Aunque eso sí, reconoce: “Es mucho más fácil para adultos, porque para niños, sobre todo para niños tan chiquitos, son muy pocas palabras y es una historia lineal, con pocos protagonistas, aunque fuertes. No puedes tener una complicación de gente. A mí me gusta escribir sagas, novelas complicadas, en qué pasa de todo, en que necesito 360 páginas para contar algo. Entonces, cuando tengo que hacerlo en una línea es muy difícil. Pero aprendí una cosa importantísima: que yo no tengo que decirlo todo en un libro para niños. La ilustradora o el ilustrador ponen la mitad del cuento”.

“Por ejemplo, yo no tengo que describir cómo es la casa donde vive Perla, porque la muestra la Ilustración. No tengo que decir, por ejemplo, que la mamá es americana y el papá puede ser mexicano o latino, porque la ilustradora los pone de diferente color. Entonces, hay esa complementación fantástica con Sandy Rodríguez. Le mandé una foto de Perla y a vuelta de correo me mandó la ilustración en que sale Perla exacta”.

Foto: Loli Barra

- ¿Cree que todavía te falta algo más como escritora por escribir?, ¿Algún género o algún estilo que le gustaría explorar aún?

- Sí, siempre quise escribir una novela erótica, pero mi mamá estaba viva. Entonces tuve que esperar que se muriera mi mamá y se murió 98. Ya muy tarde, porque ya no tengo hormonas para escribir una novela erótica, así que desgraciadamente eso ya me sobrepasó.

Otra consulta que se le hizo a Isabel Allende, es que si le gustaría que un niño o niña que hoy lea Perla en un tiempo la descubra como la autora de La casa de los espíritus. Y la respuesta es algo sorprendente: “Yo creo que no hay una conexión entre Perla y La casa de los espíritus. Y cuando ese niño sea grande, yo voy a estar muerta hace rato y ya nadie se va a acordar de mí, ni de La casa de los espíritus, ni de nada de lo que he hecho”.

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