Instalada en Dubái y con una elogiada secuela: la nueva vida de Lindsay Lohan
A 22 años de la película original, la actriz llega a los cines con Otro Viernes de Locos, filme en el que se reencuentra con Jamie Lee Curtis y Chad Michael Murray. Alejada de los excesos, su carrera y su vida familiar atraviesan un momento de feliz equilibrio. Ahora prepara una adaptación de una novela para el streaming.
Sierra Belmont, una heredera de una lujosa estación de esquí, sufre un accidente en la cima de una montaña que le hace perder la memoria. Jake, un viudo con una hija, le ofrece un espacio en su hotel hasta que logre recordar quién es o que alguien aparezca en su puerta. Una posibilidad remota porque su padre está de viaje de negocios y su novio está perdido en el bosque.
Sin mayores pretensiones, Navidad de golpe (2022) propuso esa trama para imaginar un dulce romance en medio de un nevado paraje y una de las festividades favoritas del año. Si la película llamó la atención dentro del catálogo de Netflix fue porque era el primer rol protagónico de Lindsay Lohan en casi una década. Referente para toda una generación, la actriz volvía a la pantalla después de superar sus demonios.
¿Cuáles? Quizás el episodio que mejor grafica sus luchas es la entrevista que brindó a Oprah Winfrey en televisión en 2013, donde admitió que era adicta al alcohol. “Eso, en el pasado, fue una puerta de entrada a otras cosas para mí”, declaró durante la instancia, que ocurrió cuando acababa de salir de rehabilitación.
En ese diálogo también contó que creció “en un hogar muy caótico” y reconoció que detestaba ser el ejemplo de mal comportamiento y de una estrella infantil que había fracasado. Su objetivo, aseguró, era “recuperar lo que más me ha hecho feliz en mi vida: trabajar muy duro, mantenerme enfocada y demostrar mi valía de la misma manera que lo hice antes en el pasado que perdí. Tengo que recuperar la confianza de quienes tienen dudas en mi carrera, y lo respeto plenamente”, señaló.
Navidad de golpe fue la demostración de que la industria volvía a confiar en ella. Ese punto se consolidó cuando ese mismo año firmó un acuerdo para hacer dos cintas más con la plataforma de streaming. “Estamos muy contentos con nuestra colaboración con Lindsay hasta el momento y nos entusiasma continuar nuestra asociación con ella”, expresó la compañía.
Fruto de ese acuerdo, hizo Un deseo irlandés (2024) y Nuestro secretito (2024), filmes que difícilmente perdurarán en la memoria colectiva, pero que reafirmaron que la actriz estaba de regreso. Y que no era algo efímero. Además, esa tríada de películas para el streaming pavimento el camino para el retorno de uno de sus personajes más queridos: la Anna Coleman de Un viernes de locos (2003).
Fue su madre en ese largometraje, la actriz Jamie Lee Curtis, quien le propuso la idea de hacer una secuela de la comedia. Le sugirió la posibilidad cuando Lohan estaba embarazada, por lo que tuvieron que ponerse manos a la obra para que sus agendas calzaran, además de encontrar una idea que justificara el esfuerzo. Disney le dio luz verde al proyecto en mayo de 2023.
En Otro viernes de locos, como se llama la segunda parte (desde hoy en cines chilenos), Anna es madre de Harper (Julia Butters), una adolescente con la que tiene una conflictiva relación. Tess (Curtis) divide su tiempo entre su trabajo como terapeuta y sus roles al interior de la familia. El clan está a punto de expandirse después de que Anna se enamora de Eric (Manny Jacinto), el papá de una compañera de colegio de su hija, Lily (Sophia Hammons). A las puertas de la boda, un nuevo incidente provoca que las cuatro mujeres de la familia intercambien sus cuerpos.
Si en el momento en que se estrenó la cinta original Lindsay Lohan tenía 17 años –y aún no protagonizaba sus mayores escándalos–, ahora tiene 39 y comparte y una feliz familia con Bader Shammas, su esposo desde 2022 y padre de su hijo, Luai. En consecuencia, ahora tiene mucho más en común con Jamie Lee Curtis que hace dos décadas.
“Ambas somos personas muy centradas en la familia. Siempre hablamos de eso, y otra de las cosas importantes que (ella me ha enseñado) es que siempre hay que cuidarse a uno mismo primero. Porque sin eso, ¿cómo puedes hacer todo por los demás?”, indicó Lohan a la revista Elle.
La secuela ha recibido elogios de la crítica y los pronósticos sostienen que tendrá un buen desempeño en taquilla. Eso sí, la actriz observa esa recepción con cierta distancia: desde 2024 vive en Dubái, alejada de Hollywood y el estrés que le genera la posibilidad de que la estén fotografiando sin su consentimiento.
“No quiero que mi familia viva la experiencia de ser perseguida por los paparazzi como yo. Fueron momentos aterradores; sufro de trastorno de estrés postraumático extremo por esas situaciones. Las situaciones más invasivas. Realmente aterradoras. Y rezo para que cosas así no vuelvan a ocurrir. No es seguro. No es justo”, planteó a The Sunday Times.
Todo apunta a que su siguiente proyecto será en una serie para el streaming: está implicada como protagonista y productora de la adaptación de Hulu de la novela Count my lies, de Sophie Stava, una historia centrada en una adinerada familia cuyos secretos amenazan con revelarse. Una ficción que la tiene particularmente entusiasmada. “Es la primera vez que no tengo que tener un interés romántico, que no tengo que besar a alguien al final de la película. Lo que es muy refrescante: no tener que ser esa chica por una vez”.
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