La Bestia en Mí: al borde de la silla
La tensión es la mayor apuesta de este thriller ya disponible en Netflix, que logra tener al espectador al borde de la silla prácticamente en todo momento. Con personajes secundarios que van tejiendo una trama intrincada y con giros a la orden del día, la serie es interesante y entretenida
Si hay algo que los fans de la serie Homeland saben bien, es que Claire Danes entiende a la perfección cómo interpretar a una mujer inteligente, obsesiva y siempre al borde del colapso. Y si bien el personaje de la brillante y atormentada agente de la CIA ya es cosa del pasado, la actriz está de vuelta con otra mujer que comparte muchas de estas características.
Aggie Wiggs es el nombre de este nuevo personaje, protagonista de La bestia en mí, miniserie de ocho episodios estrenada en Netflix. Wiggs es una premiada periodista y escritora que pasa sus días sola en una casa enorme, intentando escribir su siguiente libro mientras las cuentas se acumulan. Está divorciada y aún muy lejos de poder superar la muerte de su pequeño hijo, cuatro años antes en un accidente automovilístico.
Y lo cierto es que Wiggs está atorada y no logra avanzar en su escritura, por lo que decide dar un giro muy arriesgado cuando a su barrio llega a vivir Nile Jarvis (Matthew Rhys, The Americans), un magnate de los bienes raíces que está intentando mantener a flote su proyecto más grande y polémico, al mismo tiempo que es mirado con sospecha por muchos que creen que mató a su esposa, quien lleva años desaparecida.
Es un personaje a ratos encantador, a ratos insoportable y también muy atemorizante, con quien la escritora empieza un juego de gato y ratón, cuando logra convencerlo de ser el centro de su siguiente libro, sin saber con certeza si está lidiando o no con un asesino.
Con dos enormes actuaciones por parte de sus expertos protagonistas, La bestia en mí parte corriendo con ventaja, que también viene desde detrás de las escenas: su productor y guionista jefe es Howard Gordon (Homeland, 24), que es sin duda alguien que sabe cómo generar tensión.
Esa tensión es la mayor apuesta de este thriller, que logra tener al espectador al borde de la silla prácticamente en todo momento. Con personajes secundarios que van tejiendo una trama intrincada y con giros a la orden del día, la serie es sin duda interesante y entretenida. Quizás no es una obra maestra -podría profundizar más en lo que hay detrás de la extraña y tensa relación que forman la escritora y el empresario, y también tiene algunos personajes que tocan solo una nota-, pero al mismo tiempo es pura tensión que va escalando, y que hace querer seguir y seguir viendo, para saber en qué terminará la cacería.
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