Una paradoja en educación
Pese a que el país gasta enormes recursos en educación, resulta preocupante que la mayor proporción se concentre en el nivel superior, contrariando todas las recomendaciones en cuanto a focalizar los recursos en educación temprana.
Recientemente se publicó el informe Education at a Glance 2025, reporte que elabora anualmente la OCDE y que ofrece diversas cifras que permiten describir y comparar los sistemas educativos de los países que forman parte de este conglomerado.
En el caso de Chile, una cifra que ha resultado llamativa es la referida a los recursos que destinamos a la educación. El gasto por estudiante medido en dólares a paridad de poder de compra es comparativamente bajo; al ser Chile un país relativamente más pobre que el resto, exhibe un gasto por alumno inferior al promedio. No obstante, este monto es alto en comparación a nuestro PIB per cápita (26,5% versus 25,3% promedio OCDE). Así también, en esa misma línea, el país invierte 5,9% de su PIB en educación, la quinta proporción más alta del grupo.
De este modo, se aprecia la relevancia que le damos en Chile a la educación y que el esfuerzo realizado es considerable dadas nuestras posibilidades. También permite dimensionar que mientras el país no crezca es poco factible seguir incrementándolo.
Ahora bien, el valor de este esfuerzo que el país viene realizando por la educación se relativiza cuando se examinan dos indicadores adicionales que proporciona este mismo informe. Primero, el desproporcionado gasto que se destina a la educación superior en comparación con el resto de los niveles y, especialmente, en la educación parvularia. Según este reporte, el gasto por estudiante en el nivel parvulario es casi la mitad -un 56%- que el del nivel superior, contrariando todas las recomendaciones en cuanto a la necesidad de focalizar las inversiones en la educación temprana, que es una etapa clave donde se logra el impacto de mayor alcance. Esta cifra viene a ratificar una paradoja a la que, si bien el país parece haberse acostumbrado, es necesario seguir advirtiendo. Se debe insistir en que bajo ningún parámetro parece sensato que, pese al alza que exhibe el gasto público en educación superior en la última década, hoy se pretenda continuar con dicha tendencia a través de, por ejemplo, el proyecto para reemplazar al CAE que impulsa el gobierno.
En segundo lugar, otro dato que proporciona este informe y que cobra relevancia en este contexto, es el bajo acceso de niños de 3 a 5 años a establecimientos educativos, que se encuentra estancado y 11 puntos porcentuales por debajo del nivel de la OCDE. Tiempo atrás, la Subsecretaría de Educación Parvularia ya había calculado una fuerte caída en el acceso a prekínder entre 2019 y 2024, especialmente durante el último año, lo que debiera alarmar dado que se trata del curso de acceso al nivel escolar. Comprender las razones detrás de este fenómeno es un asunto de primer orden -la caída en la natalidad solo ayuda a explicar una parte del problema, pero sigue habiendo otras causas aún no bien identificadas-, porque de esa forma se podrían adoptar medidas que permitan mejorar la captación y retención de matrícula en los niveles tempranos, que son clave.
Todas estas cifras no deberían quedar archivadas, sino que es de esperar que sirvan para remecer a los tomadores de decisiones, instándolos a poner los énfasis donde al país le hace verdadera falta y no donde más presión existe.
Lo último
Lo más leído
1.
2.
4.
6.
Este septiembre disfruta de los descuentos de la Ruta del Vino, a un precio especial los 3 primeros meses.
Plan digital + LT Beneficios$3.990/mes SUSCRÍBETE