Matías Rodríguez: “Si Johnny se tiene que retirar en algún lugar, ese club es la U”

Directo y sin miedo. El capitán azul no se guarda nada al momento de repasar la incertidumbre que hoy se apodera del fútbol chileno tras el alza inesperada de contagiados por el Covid-19.



Matías Rodríguez (34) va para los 70 días de confinamiento. Sus únicas dos salidas diarias se producen por cerca de 20 minutos. Su familia, compuesta por su señora (Lucía) y sus dos hijos, lo designaron como el paseador oficial de los perros del departamento. El resto de la jornada lo divide entre los entrenamientos vía Zoom de la U, las tareas de sus hijos y momentos de esparcimiento con la Xbox.

¿Aburrido de la cuarentena?

Sí, por momentos uno se aburre. No sé si la palabra es aburrir, pero uno no sabe qué más hacer. Uno ya se conoce de memoria cada rincón del departamento.

¿Es de planificar su semana?

Sí, mi mujer hace una rutina todos los domingos. Nos tomamos un tiempo de qué queremos comer en la semana hasta qué nos gustaría hacer. Tratamos de llevarla bien.

¿Subió de peso?

Justo hablé hoy con mi mujer de ese tema. Me he podido mantener en el peso. Por ahí varía un día 300 gramos o 400 gramos, pero gracias a Dios estoy bien. Apenas empezó la cuarentena me compré una balanza porque no podía llegar pasado a las prácticas.

¿Se pierde la motivación de entrenar sin una fecha clara de regreso?

La motivación no la hemos perdido. Sí sabemos que no es lo mismo este entrenamiento a poder correr aunque sean 100 metros en una cancha. Hago lo que se puede hacer dentro del departamento. El club se portó súper bien y nos prestó cosas del gimnasio. Nos trajeron bicicletas, banco plano, pesas, mancuernas. Lo que más quiero es volver a entrenar para tocar la pelota, pero uno sabe también que no lo puede hacer a cualquier costo.

¿Está con sicólogo?

Sí, él sicólogo se conecta a los entrenamientos. También se conecta el chico de la neurociencia, la nutricionista, los kinesiólogos. Estamos todos en contacto con toda la gente que trabaja en el club.

¿No se ha desesperado en el encierro?

No. Me gusta moverme y todo, pero me gusta estar en mi casa. Una cosa a favor es que mis hijos no me piden desesperados que quieren salir. Eso también ayuda. Hay momentos que sí me gustaría ir a una plaza a pegarle a la pelota, pero sé que no puedo y no debo. Debo dar el ejemplo a mi familia y a mucha gente que te puede ver en un parque. ¿Con qué cara después invito a quedarse en casa?

Rodríguez, entrenando en la terraza de su hogar.

¿Se pone malo el futbolista sin pegarle al balón?

Cuando vuelva a entrenar no sabré qué es una pelota de fútbol (risas). Seguramente costará la primera semana porque en mi caso solo he tocado la pelota dentro de mi casa. La coordinación, el golpe y todo hay que trabajarlo. No es que se pierda, pero hay que reacostumbrarse.

¿Le tomó el peso desde el primer día al coronavirus?

Sí, apenas empezó a pasar en Europa, amigos que tenemos allá nos contaron que la estaban pasando mal. Como familia, al igual que varios compañeros, y también como club, empezamos a tomar medidas como quedarnos en las casas.

¿Tiene algún contagiado en su familia?

Gracias a Dios no tengo familiares contagiados. En San Luis (Argentina) está mi familia que trabaja en el área de salud. Ellos salen un poco más, pero saben y recomiendan que nos quedemos en casa.

El coronavirus golpeó fuerte a Montillo, que perdió en menos de una semana a su padre y abuelo. ¿Fue duro para el plantel?

Muy triste y doloroso. Estábamos entrenando y él nos escribió en un grupo de WhatsApp para contarnos la situación. Nos dio mucha pena. Más encima no se pudo despedir, eso es lo más feo. Que se te muera alguien cercano o familiar y no poder despedirse es fuerte.

Bajo este aumento de los contagios, ¿se puede volver a entrenar en junio?

A nosotros nos dijeron que volvíamos el 1 de junio a entrenar, pero nadie se imaginaba que nos iban a mandar a cuarentena obligatoria. Yo no creo que se pueda volver a entrenar en esa fecha.

Algunos la aprueban, otros piden salir a trabajar por necesidad. ¿Está de acuerdo con la cuarentena obligatoria?

Es muy difícil poder manejar la cuarentena, saber cómo poder ayudar. Mi mujer trabaja en el equipo solidario del colegio de mis hijos y siempre están buscando dónde poder ayudar. Uno entiende las protestas, pero es muy difícil opinar porque la gente puede mal interpretar lo que uno piensa.

¿Se dio rápido el acuerdo para reducir el salario en el plantel de la U?

Sí, fue muy rápido. Apenas empezó a pasar todo esto, el club se comunicó con parte del plantel. Nos citaron a reunión y nos presentaron la situación del club, de lo que estaba pasando y de lo que podía pasar. Nosotros entendimos la situación y accedimos rápidamente. Fue en común acuerdo y todo muy rápido.

¿Pusieron alguna condición?

Que no despidieran a nadie del club. Cuando fuimos a la reunión lo primero que se preguntó fue si el club tenía que despedir gente. Y nos dijeron que el plan que tenían armado era para no despedir gente, pero que necesitaban el apoyo del plantel profesional. Sabemos que el mayor gasto es el primer equipo.

¿Pero fue decisión unánime?

Sí, no costó cerrar el acuerdo. Fue rápido porque no son todos los jugadores los afectados. Somos por ahí, por decirte un número, 13 jugadores los que entendimos la situación y nos pusimos a disposición para una rebaja.

Colo Colo sigue sin cerrar un acuerdo. ¿No le llama la atención?

Desconozco las causas de lo que se está hablando. No me gusta hablar de los demás, pero ojalá que se puedan sentar y llegar a un acuerdo como todos los equipos de Chile. Ojalá puedan llegar a un acuerdo que sea beneficioso para todos. Ese es un deseo que tengo como persona y como jugador. Independientemente que sea Colo Colo, lo digo por el club que sea.

¿El futbolista es un privilegiado en la sociedad?

¿En qué sentido?

Tienen un sueldo que les permite estar tranquilos y a la vez ayudar...

Sí, pero también conozco un montón de jugadores de Europa que cobran 10 ó 15 veces más de lo que se gana acá y no se han rebajado el sueldo. Esto es un tema de persona, de entender la situación. Veníamos de un estallido social, nosotros no veníamos de un buen año, entonces entendimos que el camino correcto era el de llegar a un acuerdo rápidamente para estar tranquilos. Después cada uno intenta ayudar como puede. Si yo ayudo a cinco familias, o cualquier compañero lo hace, no salen a contar que ayudaron. Mucha gente no sabe las cosas que hacemos. Igual sabemos que nuestra vida como deportista es corta y hay que aprovecharla.

Matías Rodríguez junto a su señora, Lucía, en el balcón del departamento

El CDF amenaza con no pagar la cuota mensual a los clubes. También se dice que cambiarán los salarios en el fútbol. ¿Le preocupa el futuro de la industria?

Nosotros tratamos de vivir el día a día. Sabemos que llegamos a un acuerdo con el club hasta un tiempito más, pero no sabemos cuánto durará esto de la pandemia. ¿Cuándo vamos a volver a jugar? Ese es un tema que uno no sabe cómo verlo. Uno va pensando un montón de cosas. Pero siempre trato de ser positivo.

Su contrato termina en diciembre. ¿Se hace difícil renovar sin fútbol?

Mi contrato termina en diciembre, pero si yo juego el 60% de los partidos se me hace un año más. Pero con esta para, si contamos los partidos que jugué, ya los cumplí. Pero bueno, no me gustaría que fuese así. Quiero volver a jugar, es muy loco no saber cuándo.

¿Pero le preocupa su renovación?

Es que si no se juega me tienen que contar los partidos que se jugó hasta ahora. Me parece que sería así, no sé. No lo había pensado.

Sus dos últimas renovaciones han sido al límite. Incluso ha rebajado su sueldo para seguir. ¿Se valora poco al referente de la U?

Sí se le valora, se le respeta a la gran mayoría, pero creo que el club ahora está más presente en ese tema. Al haber sumado a dos exjugadores al club en el directorio (Vargas y Goldberg) creo se está entendiendo que a los jugadores, a los que ganaron cosas, se les tiene que respetar. No sé si decir que no lo respetaba, pero el club está creyendo en eso y sabe que debe aferrarse a la gente que quiere a la institución.

¿Le molesta que lo critiquen y lo comparen con el Matías del 2012?

Al principio me molestaba. En 2012 hice un montón de goles y llegué a la Selección Argentina. No hay ningún jugador en la U que haya estado ocho años en el club y que vaya a rendir de la misma forma. Es imposible, te lo firmo. Uno siempre intenta asimilar y tener la mejor versión de cada uno. Las críticas las recibo. Al principio me enojaba, pero ahora las uso para intentar mejorar como futbolista.

Solo lo citaron una vez en Argentina ¿No lo hicieron para que no jugase por Chile?

Yo en ese momento vivía el presente. Estaba feliz y sabía que no me podía hacer chileno en ese momento porque me quedaban dos años. No se me pasaba por la cabeza pensar que podía ser una estrategia para que no me citen acá. Ahora uno lo piensa y dice: 'uh, ché, puede ser'. Pero bueno, no sé que hubiese pasado, soy una agradecido de todo lo que he vivido.

Como capitán de la U, ¿extraña a Johnny?

Sí, se extraña. Es raro. En diciembre cuando volvimos a entrenar el saber que no iba a estar era muy extraño. Llegar al camarín y ver su puesto vacío fue extraño. Se extraña mucho. Si bien era enojón, yo me llevaba bien con él. Siempre lo recuerdo con mucho cariño.

¿No le molestaba las bombas que tiraba Johnny a la dirigencia por la prensa?

Es que yo lo conozco hace muchos años. Sabía que lo que decía en la prensa ya lo había dicho adentro del club. No es que tuviese doble versión, lo que pensaba es lo que decía. A veces cuando le tocaba prensa, nosotros le decíamos en broma: ‘uhh! lo voy a escuchar hoy para ver qué pasa mañana’. Él se reía, se lo tirábamos en broma.

¿Se debe retirar Johnny en la U?

Sí, sin duda. Si Johnny se tiene que retirar en algún lugar, tiene que ser en el club que él ama y al que le dio tanto. Y ese club es la U. Le doy la jineta, no tengo problemas.

¿Le molesta que Soteldo ironice con la situación del descenso de la U?

No le voy a dar importancia a un jugador que ya no está. La gente tiene que hacer exactamente lo mismo. Soteldo llegó al lugar que está ahora porque rindió y porque la U lo impulsó a que sea más visto. Sabemos que es joven y va a pecar de un montón de cosas, de declaraciones.

Usted comentó que le pedía a Kudelka que los enfrentara con Soteldo en las prácticas.

Soteldo, aparte de ser un buen jugador, me encaraba jodiéndome. Yo le decía que le pidiera al profe que me lo pusiera al frente para pegarle un par de patadas. Un solo día lo hizo y le rompí el zapato. Sin querer (risas).

¿Qué balance hace de su carrera?

Positivo, totalmente. Si uno pone Matías Rodríguez en cualquier lado ve lo que logró, lo que consiguió, pero nadie ve todo el esfuerzo que hay detrás. Todo lo que tuvo que resignar. Vengo de un lugar muy humilde y hemos conseguido muchas cosas gracias a la perseverancia, a no bajar los brazos. Estoy muy conforme porque hasta el día de hoy, una crítica hace que me esfuerce más por ser mejor.

¿Qué resignó su familia para que usted fuese futbolista?

Cuando me fui a Boca Juniors mis padres tenían que pagarme una pensión. Como uno es chico no sabe si lo va a conseguir o no, uno es una apuesta. Mi familia apostó y recibió muchas críticas. Los criticaron porque no entendían cómo me iban a dejar a mí tan chico en un lugar. Yo tenía 13 años. Fue un gran sacrificio económico. La pensión del club era casi el 30% del sueldo de mi mamá y papá. Yo tenía una hermana que estaba estudiando en San Luis. Ellos resignaron muchas cosas para que yo pudiera hacer lo que yo soñaba.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.