Catalina Pérez (RD): “No existe la viabilidad política ni jurídica para realizar los cambios que se vienen demandando si es que gana el Rechazo”

La diputada del Frente Amplio llama a la centroizquierda a abandonar la idea de continuar el proceso constituyente en el escenario de que gane el Rechazo en el Plebiscito de salida. Al contrario, la extimonel de RD apunta a que la única vía de cambios es aprobar la nueva Constitución y emplaza al resto de las fuerzas políticas oficialistas a posicionarse desde ya por esa opción, sin aprensiones. "Yo voy a votar Apruebo y eso hay que decirlo hoy, no mañana", sentencia.


Días antes de partir en la misión parlamentaria a Palestina, la diputada de Revolución Democrática (RD) Catalina Pérez analiza con La Tercera el escenario político desde aquí hasta el Plebiscito de salida, a un poco más de 100 días del próximo 4 de septiembre. “Si no tenemos una nueva Constitución vamos a escuchar el guion repetido que la gente ha escuchado muchas veces: la inconstitucionalidad de los derechos sociales”, sentencia. En esa lógica, la expresidenta de RD llama a las fuerzas oficialistas a volcarse por el Apruebo del nuevo texto constitucional y a abandonar la idea de continuar el proceso constituyente si gana el Rechazo.

En parte de la derecha y la centroizquierda, a raíz de los sondeos que dan cuenta de cierta ventaja de la opción Rechazo, existe un ánimo por adelantarse a ese escenario y abrir un “plan B” o una tercera vía de modificación a la Constitución. ¿Cuál es su postura frente a ello?

Yo no le creo a los conservadores. Ellos saben que su apuesta no es creíble y, es tan poco creíble, que no pueden ellos mismos ser rostros por el Rechazo porque su deslegitimación es universal. Nos jugamos dos alternativas el 4 de septiembre y esas opciones nos las jugamos hoy. El Apruebo implica abrir el camino de cambios y el Rechazo es cerrarle la puerta a los cambios. Yo voy a votar Apruebo y eso hay que decirlo hoy, no mañana porque quiero cambios, una Constitución que le de derechos a la gente. Nuestro sector tiene que salir de su comodidad y hablarle al país porque este Plebiscito no lo vamos a ganar si seguimos hablando de ponerle fin a la Constitución de Pinochet, lo vamos a ganar porque esta es una buena Constitución, que trae derechos.

¿No es viable continuar con la modificación a la Carta Magna si gana el Rechazo?

El Apruebo es abrir el camino a los cambios y el Rechazo es cerrar esa vía. No existe la viabilidad política ni jurídica para realizar los cambios que se vienen demandando si es que gana el Rechazo. Ya nos vendieron esa alternativa en el Plebiscito de entrada con el “rechazar para reformar”. Ese relato ya lo conocemos y perdió por casi un 80% en el Plebiscito de entrada. Ahí cabe preguntarse, ¿por qué con las mayorías que hoy tenemos en el Congreso, por qué con los mismos sectores de siempre representados, se harían los cambios que no se han hecho en 30 años?

La apuesta es a que gane el Apruebo.

La tercera vía es un invento de la élite que no quiere cambios en este país. Si hay algo que no nos guste de la nueva Constitución podremos cambiarlo, pero en lo que Chile no puede estar es en un loop eterno del proceso. Chile necesita volver a la tranquilidad, la estabilidad y, sobre esa cancha, podremos tener debate posterior, pero necesitamos cerrar el proceso. Y sí, ha habido conversaciones por parte de nuestras directivas nacionales en orden a aunar al máximo los esfuerzos del oficialismo. Desde los parlamentarios lo que propiciamos fue la conformación de la bancada transversal por el Apruebo.

¿Qué pasa, entonces, si gana el Rechazo? En el entendido de que el ministro Giorgio Jackson ha planteado que una nueva Constitución es una condición para el cumplimiento del programa de gobierno.

Si no tenemos una nueva Constitución vamos a escuchar el guion repetido que la gente ha escuchado muchas veces: la inconstitucionalidad y la recurrencia permanente al Tribunal Constitucional para cualquier transformación que queramos llevar a cabo. La no existencia de una nueva Constitución y los amarres que tiene la actual es una historia conocida por las personas. Chile está en un momento de redefinición de la cancha y lo que nos ofrece el proceso constituyente es un debate democrático e institucionalizado respecto de aquello. Parte relevante del rol del gobierno es la viabilización de las transformaciones y para eso creo que el gobierno tiene que hacer dos cosas: proteger el proceso constituyente y darle a Chile un escenario de tranquilidad y certeza para sacar adelante las transformaciones.

¿Qué lectura hace del debate que existió en el oficialismo por la implementación de un “estado intermedio” en la Macrozona Sur? La fórmula la propuso el Ejecutivo y no la concretó.

No podemos titubear en entender que la seguridad pública es necesaria para avanzar en seguridad social. Los temas de seguridad no son un terreno de la derecha, muy por el contrario, sus recetas fracasadas de ayer, son las que nos llevan a la situación que tenemos hoy. Necesitamos que la gente del Wallmapu pueda vivir mejor y eso exige una mirada distinta a la que han tenido gobiernos anteriores: restitución de tierras, diálogo, reconocimiento, perseguir el crimen organizado y entregar las condiciones necesarias de seguridad para avanzar en inversión pública. La autocrítica que puedo hacer es que no se puede titubear en la necesidad de proveer seguridad pública para avanzar en seguridad social.

Con la implementación del estado de excepción en la zona, algunos apuntan a que el “debate ideológico” en Apruebo Dignidad sobre el despliegue de las FF.AA. no se solucionó, sino que solo se postergó a 30 días más, cuando deba renovarse la medida en el Parlamento. ¿Está de acuerdo?

Es verdad que vamos a tener que evaluar en un mes más la situación y espero que, para ese entonces, podamos constatar que el enfoque para abordar el conflicto en la zona por parte del gobierno no fue solo de seguridad, sino que también de inversión pública y de restitución de tierras. Si esos cambios avanzan, no creo que podamos tener problema en respaldar el estado de excepción. Lo que no nos puede pasar es que nos entrampemos en los instrumentos o mecanismos frente a los objetivos que perseguimos.

RD entrará en un proceso de renovación de su directiva luego de distintas vacancias, pero también con el fin de fortalecer a un partido oficialista que se ha visto “debilitado” según sus bases y que hoy tiene una silla en el comité político. ¿Qué espera de ese proceso?

Siempre uno aspira que su partido sea más incidente de lo que está siendo en la política de gobierno, por eso, cualquier evaluación sería injusta. Sin embargo, la decisión que toma RD de fortalecer su incidencia pública con las alcaldías mejor evaluadas y parlamentarios, tiene que ir acompañada de un fortalecimiento de su estructura interna que espero que eso se vea reflejado en un adecuado desempeño en el comité político que fortalezca al gobierno.

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