Los años de movilización estudiantil en Derecho de la U. de Chile que forjaron el lazo de Elizalde y Valencia

El presidente del Senado y la carta de Boric a dirigir el Ministerio Público mantienen una amistad que ya suma casi 36 años. Este vínculo ha atizado un debate soterrado entre los senadores que creen que Elizalde debiera inhabilitarse en la votación del lunes. Un escenario que complica al oficialismo, porque -hasta el momento- Valencia tiene 30 de los 33 votos necesarios para ser ratificado.


A fines de septiembre de 1988, un grupo de estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile desplegó un rollo de plástico gigante desde el techo de la facultad en calle Pío Nono con un “No” escrito con pintura blanca.

El plástico de color verde había sido donado por el padre de la actual ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, entonces estudiante de la casa de estudios, y la manifestación movilizó a gran parte de los alumnos de Derecho de la época.

Entre los organizadores de aquella jornada figuraba Álvaro Elizalde (hoy presidente del Senado y PS) y también uno de sus mejores amigos, ambos vinculados a la Izquierda Cristiana por ese entonces, un joven alto de 1,94 m que -según la versión de algunos estudiantes de la época- fue uno de los que se subieron al techo de la facultad para desplegar el cartel.

Ese joven era Ángel Valencia, abogado penalista, quien fue propuesto por el Presidente Gabriel Boric como su tercera carta para dirigir el Ministerio Público.

Manifestación por el No en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, 13 Septiembre 1988. Álvaro Elizalde se aprecia al lado izquierdo abajo y Ángel Valencia figura en la multitud (detrás de joven con guitarra). Archivo del Fortín Mapocho, fotógrafo Jorge Oliva.

Urrejola, Valencia y Elizalde -al igual que el exconvencional Fernando Atria, la exfiscal Solange Huerta, y los ministros de cortes de Apelaciones, Pablo Droppelmann y Graciela Gómez, entre otros- habían ingresado en 1987 a la universidad, año que estuvo marcado por la movilización estudiantil en contra del rector designado de esa época, José Luis Federici, ingeniero comercial y exministro de Transportes de Augusto Pinochet, quien intentó implementar un Plan de Racionalización Universitaria.

El programa de Federici encontró una fuerte resistencia de la comunidad universitaria, que sospechaba que detrás estaba la estrategia de reducir personal, vender activos y cerrar carreras.

Según relatan alumnos de esa época, aquellos mechones universitarios -algunos de los cuales siguieron en política o bien ocuparon importantes cargos públicos- se encontraron de golpe con un clima de movilización, con protestas y tomas de sedes, que obligó a que finalmente Pinochet le pidiera la renuncia a Federici en octubre de 1987.

El año siguiente no fue menos intenso para aquella generación de Derecho. El 88 fue el año del plebiscito para dirimir la continuidad de Pinochet en el poder y el clima de movilizaciones terminó forjando y estrechando los lazos humanos de aquel grupo.

La características de la Facultad de Derecho con un patio interior, además, obligaba a los estudiantes a convivir a diario, por lo tanto, no era casual que se establecieran amistades y parejas.

De partida, Elizalde ahí conoció a su esposa, Patricia Roa, quien ingresó a Derecho en 1988, y además se convirtió en “compadre” de Valencia, es decir, cada uno es padrino del hijo menor del otro.

Si bien Elizalde y Valencia venían de culturas políticas distintas, por sus historias escolares y familiares, en sus primeros años de carrera fueron parte del mismo grupo dentro de la universidad.

Entonces el presidente del Senado, quien estudió en el colegio Luis Campino, estaba ligado por sus padres a la Izquierda Cristiana (IC), mientras que el abogado, que hoy postula a fiscal nacional, venía del Colegio San Ignacio y, en esos años, sus lazos se movían entre la Democracia Cristiana (DC) y la IC. Aún así, nunca militó en partidos.

En todo caso, entre 1989-1990, siendo independiente, Valencia se convirtió en secretario general del centro de alumnos, luego de que su lista, encabezada por el exdiputado y exministro Sergio Espejo (DC), quien era apoyado por falangistas y simpatizantes de la Izquierda Cristiana, ganara las elecciones a la derecha y a otras fuerzas de izquierda. Uno de los derrotados de aquellos comicios fue el actual senador Alfonso De Urresti (alumno de una generación anterior), quien corría como abanderado del Partido Socialista (PS). Entonces, la facción de la IC, a la que pertenecía Elizalde, aún no se fusionaba con el PS.

Espejo, quien ingresó en 1986 a Derecho, un año antes que Valencia y Elizalde, relata que todos los estudiantes de la época “nos conocíamos muy bien, había una relación bien fraterna”. “Uno de los mejores recuerdos que tengo de la facultad es que a pesar de que teníamos opiniones muy distintas, en general, el ambiente era de mucho respeto. Se discutía con intensidad, pero teníamos amigos en todos lados”.

“El recuerdo que tengo de Ángel es de una persona sobria y prudente. Tenía opiniones políticas claras, pero era de muy fácil trato”, recuerda el exministro de Transportes.

Otros exalumos de Derecho lo recuerdan como un estudiante pacífico. A pesar de los tiempos convulsionados y la represión policial, no participaba de protestas violentas ni era de aquellos que tiraban piedras. Incluso, era de aquellos que solían imponer su tamaño para separar las peleas entre estudiantes.

Valencia en esos años vivía en San Miguel con su padre y su madrastra. Habitaban en una pequeña vivienda construida en el patio de una casa que pertenecía a la familia de la pareja de su padre y, para estudiar, se subía al techo para tener más privacidad.

La situación económica de su familia en aquellos años lo obligó a ponerse a trabajar mientras era estudiante. De hecho, algunos de sus compañeros recuerdan que ya procuraba cuando era secretario del centro de alumnos, por lo que llegaba a las reuniones con traje y corbata.

Luego de su paso por la dirigencia estudiantil, se volcó de llenó a su vida profesional, se casó y se alejó de la política más activa, a diferencia de Elizalde, que se convirtió en presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), entre 1993 y 1994. En esos años, el actual senador ya militaba en el PS.

Debate por inhabilidad

Hasta ahora, en el proceso que ha significado un fuerte desgaste de La Moneda por nominar al fiscal nacional, Valencia es la tercera opción de Boric.

Elizalde, por su parte, ha mantenido un bajo perfil público en la discusión general y se ha limitado ha votar favorablemente las dos opciones fallidas anteriores del Mandatario: José Morales y Marta Herrera.

El vínculo estrecho que el presidente del Senado tiene con Valencia empezó a ser tema de debate apenas se conoció la nominación del abogado. Varios senadores oficialistas y de oposición dan por descontado que Elizalde tendrá que inhabilitarse, a pesar de que legalmente no está obligado a aquello. La Ley Orgánica del Congreso exime los conflictos de interés en caso de nominaciones o acusaciones que deba resolver el Senado.

El escenario, en todo caso, es complejo debido a que Valencia hasta el momento tiene un piso cercano a los 30 votos, insuficientes para la ratificación de su cargo que exige 33 senadores votando a su favor.

Por mientras, el senador socialista ha preferido no anticipar su postura final.

Incluso, en declaraciones a La Tercera, en noviembre pasado, cuando la Corte Suprema incorporó a Valencia como uno de los integrantes de la quina que se propuso al Presidente, el presidente de la Cámara Alta señaló que “como es de público conocimiento, conozco y tengo amistad con Ángel Valencia desde la época de la Escuela de Derecho en la Universidad de Chile, aunque nuestras carreras profesionales tomaron caminos completamente distintos. No corresponde que me pronuncie ni a favor ni en contra de ningún candidato sin que exista una propuesta formal del Presidente Boric, por cuanto es su atribución exclusiva”.

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