Columna de Mauricio Morales: 10 debilidades del nuevo sistema político

FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO


Por Mauricio Morales, profesor titular Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad de Talca

El sistema político diseñado por la Convención Constitucional tiene, al menos, 10 debilidades. La primera es que el bicameralismo asimétrico junto con un sistema presidencial no es un diseño probado internacionalmente. Es riesgoso hacer de Chile un experimento en medio de una crisis política.

La segunda es que la eliminación del Senado descansó en tres premisas incorrectas: a) que los bicameralismos venían en retroceso a nivel mundial, siendo que en 1990 eran cerca de 40 países bicamerales, y en 2020 casi 80; b) que el Senado era un órgano lento, siendo que es 19 semanas más rápido que la Cámara en discutir mociones parlamentarias; c) que el Senado era una institución oligárquica, siendo que su composición educacional- que es sólo un proxy- es similar a la Cámara y a la Convención.

La tercera es que asuntos como pensiones y seguridad pública sólo serán aprobadas por el Congreso de Diputadas y Diputados, y no de la Cámara de las Regiones, lo que contradice un modelo descentralizador. La cuarta es que los legisladores presentarán leyes que irroguen gasto público, abriendo espacio a la irresponsabilidad fiscal. Aunque necesitan del patrocinio presidencial, éste será obligatorio para evitar un bloqueo en el Congreso.

La quinta es la reelección presidencial inmediata, obsoleta desde 1871. Si hoy existen acusaciones de intervencionismo electoral, esto se agravará en el nuevo sistema. La sexta es que poderes neutrales como Contraloría, Justicia, Banco Central, podrían modificarse constitucionalmente sólo por mayoría, dejando una democracia desprotegida. La séptima es que, por lo anterior, un Presidente que va a la reelección accederá al poder total si logra mayoría legislativa, pulverizando la tesis del presidencialismo atenuado. La octava es que el Presidente no dispondrá del estado de emergencia para controlar situaciones críticas como la que afecta a la macrozona sur.

La novena es la nula referencia en el texto a los partidos políticos, ignorando la crisis de representación. Finalmente, y dado todo lo anterior, este nuevo diseño- de no corregirse- favorecerá la inestabilidad institucional, lo que no es una buena noticia para la democracia.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.