El llamado de Boric a la Convención: “Necesitamos una Constitución que nos una”

Tras una jornada repleta de gestos simbólicos, en su primer discurso desde La Moneda, el Presidente dedicó varios minutos a los desafíos del proceso constitucional. Si bien dijo que su gobierno apoyará el trabajo de la asamblea, hizo un emplazamiento a los constituyentes y a la clase política, en general, con el fin de alcanzar una Carta Fundamental “para todos”. “Los invito a que nos escuchemos de buena fe, tomémoslo en serio, de todos los bandos, nos lo digo a nosotros mismos también”, expresó.


Antes de ingresar por primera vez a La Moneda, el Presidente Gabriel Boric abandonó la alfombra roja, que se extendía por casi toda la Plaza de la Constitución, y caminó hacia calle Morandé, donde se encuentra ubicada la estatua de Salvador Allende.

Cuando estaba a 10 metros del monumento, respiró profundo, se puso una mano en el pecho e hizo una leve reverencia con la cabeza. Ese gesto fue solo uno de los momentos simbólicos que brindó el nuevo Mandatario en sus horas de debut en el poder.

En su primer discurso, Boric enumeró una serie de luchas y dolores que aquejan a la sociedad chilena, como el respeto a los pueblos originarios, la causa de los detenidos desaparecidos, los problemas de la clase media, la niñez abandonada, los adultos mayores, la pobreza, las zonas contaminadas, los campesinos afectados por la “sequía y el saqueo”, la discriminación a las mujeres y las minorías sexuales.

Además, remarcó su interés por el proceso constituyente. “Vamos a apoyar decididamente el trabajo de la Convención. Necesitamos una Constitución que nos una, que sintamos como propia, una Constitución que a diferencia de la que fue impuesta a sangre, fuego y fraude por la dictadura, nazca en democracia, de manera paritaria, con participación de los pueblos originarios, una Constitución que sea para el presente y para el futuro, una Constitución que sea para todos y no para unos pocos”, dijo.

En ese sentido, hizo un llamado a los convencionales y la clase política, en general. “Los invito a que nos escuchemos de buena fe, sin caricaturas, tomémoslo en serio, de todos los bandos, nos lo digo a nosotros mismos también. Escuchemos de buena fe, sin caricaturas, para que el plebiscito de salida sea un punto de encuentro y no de división”.

En su alocución, dijo que “hoy iniciamos un período de grandes desafíos, de inmensa responsabilidad, pero no partimos de cero”, y mencionó a Pedro Aguirre Cerda, Salvador Allende, Eduardo Frei Montalva , Patricio Aylwin y Michelle Bachelet, sin embargo, se saltó a Ricardo Lagos y a Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Con tono enfático y emocionado, Boric recalcó algunos compromisos de su programa, como avanzar en la reforma de las 40 horas laborales a la semana. “Cuando no hay distribución de la riqueza, la paz es muy difícil”, dijo el antiguo dirigente del Frente Amplio, militante de Convergencia Social, que en solo 10 años había pasado de ser presidente de la Federación de Estudiantes de la U. de Chile (2012), a ser diputado (entre 2014 a 2022) y, ahora, a asumir la Presidencia.

Aunque durante toda la jornada se le vio sonriente y conmovido, incluso, a veces al borde de las lágrimas, el Mandatario solo se quebró cuando la gente que había concurrido a la Plaza de la Constitución empezó a gritarle: “¡Boric, amigo, el pueblo está contigo!”.

En materia de Relaciones Exteriores, el Jefe de Estado expresó que “Chile, nuestro país, promoverá siempre el respeto de los derechos humanos en todo lugar, sin importar el gobierno que los vulnere”. Agregó que “necesitamos reparar las heridas que quedaron del estallido social y por eso el día de ayer hemos retirado las querellas por ley de seguridad del Estado, porque tenemos la convicción de que como chilenos y chilenas tenemos que volver a encontrarnos”.

Su discurso fue cerrado con una alusión a la histórica frase de despedida de Allende, transmitida el 11 de septiembre de 1973. “Estamos otra vez abriendo las grandes alamedas, por donde pase el hombre y la mujer libre para construir una sociedad mejor. Seguimos. Viva Chile”.

Actos simbólicos

Otro momento crucial de la jornada fue su investidura.

“Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí, prometo”, fueron la palabras de Boric en la testera, frente al Congreso Pleno, exactamente a las 12.23 horas. Con ello, se convertía en el Presidente de la República más joven de la historia de Chile y del mundo actual.

El Mandatario lucía un traje oscuro y no llevaba corbata, estilo informal y popular que él siempre defendió como diputado.

En el momento que procedió a firmar las actas, el saliente Presidente Sebastián Piñera le aconsejó tener dos firmas: una corta para los miles de documentos que tendrá que visar, y otra más larga, para textos importantes.

Minutos después de ese momento, Piñera se despojó de la piocha de O’Higgins y, en un gesto inusual, le dio un beso a la presea, que simboliza la entrega del poder. Luego se quitó la banda presidencial, que posteriormente se le devolvió como recuerdo, ya que al Presidente entrante se le facilita un nuevo atuendo. Esta nueva banda fue puesta por el presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS).

Una vez ya investido, Boric interpretó en forma entusiasta el himno nacional. Al cantar se puso la mano derecha cerca del corazón, emulando la postura de jugadores de fútbol.

La mañana en el Congreso Nacional había estado tensionada por la elección del nuevo presidente del Senado. Finalmente, el líder del PS, Álvaro Elizalde, asumió la testera de la Cámara Alta y encabezó la ceremonia, acompañado del nuevo presidente de la Cámara Baja, Raúl Soto (PPD), lo que abrió flancos tanto en el oficialismo como en Chile Vamos (ver páginas 20-21).

La ceremonia de traspaso de mando estuvo marcada por los protocolos derivados de la pandemia. De hecho, el aforo se vio reducido en el Salón de Honor. En el lugar estuvieron las familias tanto del Mandatario entrante como saliente. Además de figuras como el rey de España, Felipe VI; el Presidente de Argentina, Alberto Fernández; la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff; los cantantes argentinos Víctor Heredia y Pedro Aznar; la escritora Isabel Allende; los poetas Raúl Zurita y Gioconda Belli; Gustavo Gatica y representantes de los pueblos originarios, entre otros.

Boric arribó al Congreso a las 11.25 horas proveniente del palacio presidencial de Cerro Castillo, donde antes tuvo un desayuno con dirigentes sociales. Al llegar a la sede del Legislativo, lo hizo acompañado de su pareja y nueva directora sociocultural de la Presidencia, Irina Karamanos.

Ya iniciada la ceremonia, fue el secretario del Senado, Raúl Guzmán, el encargado de invitar a Boric a ingresar al pleno del Congreso. A las 12.20 horas entró al salón, acompañado de la directora general de Ceremonial y Protocolo, Manahi Pakarati, quien lucía vestimenta rapanui. La designación de la diplomática, semanas atrás, fue otro de los símbolos que el actual Presidente ha querido marcar en su mandato.

En la parte final de la ceremonia, fue el turno del juramento o promesa del gabinete. El encargado de leer los decretos fue el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien esta mañana dejó su cargo en la Cámara, al igual que el Presidente, y los ministros Giorgio Jackson y Camila Vallejo. Y tal como indica el protocolo, la primera en “jurar o prometer” fue la ministra del Interior, Izkia Siches. Luego tomaron ubicación ante la testera los otros secretarios de Estado. En ese momento, el Presidente destacó que se sentía orgulloso de que hubiese más mujeres que hombres en su gabinete, otro de los sellos simbólicos que ha querido imprimirle a su gestión.

Antes de dejar el Congreso y subirse al Ford Galaxie para recorrer las calles de Valparaíso -quien por primera vez fue conducido por una mujer, la suboficial Lorena Cid-, el Presidente Boric saludó a algunos de los presentes en el Salón de Honor, entre ellos a la senadora Fabiola Campillai y a Gustavo Gatica, dos personas que quedaron ciegas por acción policial tras el estallido social de octubre de 2019.

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