Sueltos por la ciudad
De risa fácil y totalmente desquiciados por la ciudad, van Federico Sánchez y Marcelo Comparini. Una dupla que no da concesiones a las dicotomías que ocurren en la gran urbe, de la cual se burlan, reflexionan y sacan conclusiones. Esto es un día en la vida de Citytour.
Nos tomamos un día para seguirlos. Como una especie de paparazos nos pegamos a ellos para entender el fenómeno: Citytour, un programa de televisión del 13C que se emite los viernes a las diez de la noche en el cual dos extraños vagan por la ciudad, diseccionándola, hablando de sus virtudes y defectos, pero al mismo tiempo viviéndola y sinetiéndola.
Aunque la aventura comenzó mucho antes, cuando reunidos alrededor de un café, el arquitecto y director de la Escuela de Diseño de la Universidad Diego Portales, Federico Sánchez y el periodista Marcelo Comparini -quien hace la voz en off- junto a Pablo, el camarógrafo planearon el recorrido por Santiago. Nada pauteado, todo improvisado. “¡Sí, el otro día me tocó pasar por aquí y vi ese cartel!”, comenta uno, a lo que el otro aporta un genial comentario y así van hilando un viaje por la capital en donde nada se salva, y todo está lleno de anécdotas, como cuando intentaron cruzar por el patio interior del Palacio de La Moneda de regreso y se les negó, porque la circulación era solo en un sentido, plop. “Son esas cosas las que nos divierten, las que nos llaman la atención, algunos sinsentidos que encontramos en una esquina en La Dehesa, un barrio en Providencia e incluso al hablar con un viejo conocido encontrado a medio camino”, explica Federico, quien da vida a entrevistados espontáneos y a frases célebres, como la tipología de arquitectura neochilensis o los hoyos negros, en referencia a ubicaciones sin identidad, que en conjunto conforman una trama con códigos propios.
Aunque hay que aclarar. Estos quijotes citadinos no andan por la calle creyéndose dueños de la verdad. Por el contrario, lo suyo es sobre todo un ejercicio de observación, una mirada simple a acciones o eventos en los que más de alguna vez hemos reparado, pero que analizadas desde la óptica erudita e irónica de Sánchez, encuentran asidero. Así, los hoyos perfectos de las calles de La Dehesa pueden servir para jugar golf y las nuevas fachadas de Santiago que se tiñen de negro con las típicas mallas raschel en el universo de esta dupla.
:primera parada
Santa Blanca en Lo Barnechea, un lugar aparentemente normal, sin mucho movimiento a esa hora del día. Federico, con sus poco piola anteojos de Paul Smith y su traje de caballero inglés, empieza la sesión de análisis. Que el cartel de no entrar, que la casa tipo granero georgian, que los faroles de luz de fierro forjado, que la construcción con piedra pizarra. Un grupo de maestros ya los ha reconocido, es que el pelo canoso de Federico, que puntualiza es natural y no una peluca, es un tema aparte; y lo de su bastón, otro. Interactúan, se ríen y los incorporan al programa, “y es que finalmente eso es. Ir recorriendo y encontrándose con situaciones”, explica Sánchez, mientras Comparini hace las veces de un ciudadano común que pregunta lo que cualquiera de nosotros preguntaría.
Tomamos la ruta y llegamos a La Dehesa con El Rodeo, ahí un nuevo streep center nos espera. Sánchez alaba la ejecución y utilización de las formas. Un guardia nos asecha, pero la simpatía y los muchos bocinazos expresándoles su admiración -¡sos grande Federico! o ¡eres top!-, amilanan a la autoridad y entramos a la construcción sin peros. “Porque aquí no existe eso de la preproducción y los permisos, si nos dejan entrar, nos dejan”, señala el anfitrión.
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