
Con respaldo de militares y agenda propia: vicepresidenta de Argentina arma su estructura de poder lejos de Milei
El quiebre de Victoria Villarruel con el presidente libertario se profundizó tras la aprobación en Senado -donde ella oficia como titular de la Cámara alta- de un paquete de proyectos que aumenta el gasto fiscal. Desde el gobierno quisieron hacerla responsable de la derrota, pero la vicepresidenta salió a defenderse en medio de acusaciones de “traidora” y “demagoga”.

En medio de una de las peores semanas de Javier Milei como presidente de Argentina, la crisis con su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, se hizo aún más explícita durante el fin de semana. El líder libertario la tildó de “traidora”, y desde el gobierno quisieron hacerla responsable de lo sucedido en la última sesión del Senado, pero la vicepresidenta salió a defenderse.
Villarruel oficia como titular del Senado, y como tal, desde la Casa Rosada le reclamaron que hiciera lo imposible para no habilitar la sesión del jueves pasado, cuando Milei recibió uno de los golpes más duros desde su investidura. Ese día se logró convertir en ley el aumento del 7,2% a los jubilados, un incremento del bono, la restitución de la moratoria previsional, las emergencias para discapacidad y Bahía Blanca, modificaciones en la tributación en combustibles y cambios en los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), normas que “atentan” contra el superávit fiscal, según considera el presidente Milei.
Con los vetos presidenciales en ciernes -anticipados por el propio Milei en varias oportunidades-, y mientras las negociaciones con los gobernadores de las provincias buscan generar las condiciones que le permitan al Gobierno que el Congreso los sostenga, Villarruel fue blanco de múltiples críticas, reproches y agravios en redes sociales.
“Además de traidora, una demagoga y bruta en términos económicos”. Así se expresó sobre la vicepresidenta el director de Relaciones Audiovisuales de la Presidencia, Santiago Oría, en la red social X, y esa misma publicación era compartida por el jefe de Estado, que poco después daba pistas de una nueva alianza para sustituirla.
No fue la única descalificación que reposteó Milei. Su botón de compartir estuvo activo para mensajes que acusaban a Villarruel de haberse aliado con “el peor populismo” y de apoyar “las leyes golpistas kirchenristas”. De su propia cosecha, el presidente agregó una fotografía de su secretaria de Seguridad Patricia Bullrich dando cuenta de un “desayuno conversando sobre lo que será el camino a octubre para defender los logros”.
Milei hacía referencia a las elecciones legislativas, en las que Bullrich, una de las principales detractoras de Villarruel, podría ser promovida como candidata del partido conservador La Libertad Avanza por Buenos Aires, indicó France 24.
Y es que la aprobación de un paquete de proyectos que aumenta el gasto fiscal, el jueves en el Senado, es considerada la peor derrota política en año y medio de mandato de Milei, cuyo gobierno considera que la sesión fue celebrada de forma irregular, por lo que Bullrich se apresuró a exigir la suspensión de Villarruel. “Levántese. No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kirchnerismo destructor”, la exhortó la secretaria de Seguridad en sus redes sociales.
Al día siguiente, destaca France 24, fue Milei directamente el que enfiló contra Villarruel, una política ultraconservadora, antiabortista, negacionista de la dictadura e hija de un líder militar que participó en la represión del gobierno de María Estela Perón contra movimientos progresistas, y secundó al líder de los “carapintada”, Aldo Rico, que se alzó contra el gobierno de Raúl Alfonsín.
Durante un discurso ante la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el presidente aseguró liderar el “mejor gobierno de la historia”, y reivindicó el éxito de su programa de estabilización económica, logrado “con el 15% de la Cámara de Diputados, siete senadores y una traidora”, en velada alusión a Villarruel.
La vicepresidenta no tardó en usar sus redes sociales para responder. “Un jubilado no puede esperar y una discapacitada menos. Que ahorre en la SIDE y viajes”, sugirió, refiriéndose a la Secretaría de Inteligencia del Estado, creada por Milei en 2024 para sustituir la antigua Agencia Federal de Inteligencia (AFI). “Fue la primera vez que Villarruel cuestionó públicamente al gobierno desde que asumió”, aseguró el diario La Nación.
Los viajes de Milei son blanco habitual de los ataques opositores. En 18 meses de mandato, realizó 24 giras por el exterior, con un costo de 2,5 millones de dólares, según los montos informados por el propio gobierno, destacó el diario El País.
También negó haber “abandonado al pueblo” y, por el contrario, aseguró que otros lo hicieron. “Soy el funcionario que más seguido ve al pueblo. Porque voy al supermercado, me compro mis propias cosas y viajo por todo el país. Hace rato que nadie ve a los argentinos”, refirió la vicepresidenta.
Villarruel recordó, además, el incidente del saludo en la catedral -“¿Un presidente que no puede ni saludar a una persona con la que llegó al poder? Hacele el reclamo a él, que yo la educación no la pierdo nunca“- y le pidió a Milei que se comporte como un adulto: “Cuando el Presidente decida hablar y comportarse adultamente podré saber cuáles son sus políticas, dado que no me habla”.
La secretaria general de la Presidencia y hermana del mandatario, Karina Milei, que se detesta con la vicepresidente, según La Nación, tampoco quedó exenta de los dardos. Cuando afirmó que viaja en avión de línea, Villarruel marcó: “No uso aviones del Estado, esos solo los usan Milei y su hermana”.
Una relación que nunca se recompuso
La mala relación entre Milei y Villarruel se remonta a los inicios de la gestión libertaria, en diciembre de 2023. Villarruel, como hija y nieta de militares, esperaba para sí el control de, al menos, los ministerios de Defensa y Seguridad. Pero el líder de La Libertad Avanza tenía otros planes y la dejó sin nada. La relación nunca se recompuso.
La vicepresidenta se refugió en el Senado y quedó excluida del círculo del poder, apunta El País. En la Casa Rosada acusan a Villarruel de trabajar para sí misma, pensando en una eventual candidatura futura fuera de La Libertad Avanza. La tensión llegó al máximo durante una ceremonia oficial en la catedral de Buenos Aires, el 25 de mayo pasado: Milei ignoró adrede a su vicepresidenta y le negó el saludo. Más tarde, escribió en redes sociales que “Roma no paga a traidores”.
Si bien no se vislumbra una inminente renuncia de Villarruel a su posición en la vicepresidencia y menos aún un cambio de sus aspiraciones legislativas, analistas han evaluado como irreconciliable la separación en la fórmula presidencial. El consultor político Jorge Giacobbe advirtió que el distanciamiento podría suponer un costoso peso para una alianza forjada con equilibrios muy precarios. Giacobbe aseguró al medio El Cronista que Villarruel sigue gozando de una percepción positiva, a pesar de las campañas de Milei en su contra, y que el electorado podría desoír los llamados del líder conservador a darle la espalda.
Así, afuera del entorno presidencial, Villarruel avanza en la consolidación de un esquema de poder propio desde el Senado. En los últimos meses, firmó una serie de decretos que reconfiguraron el organigrama de la Cámara alta y reforzaron su núcleo de confianza, integrado en su mayoría por figuras con pasado militar o vínculos con el ámbito castrense, destacó La Nación. Asimismo, según el periódico, ocupa espacios institucionales vacantes y desarrolla una agenda propia en la provincia de Buenos Aires por fuera de la alianza PRO-libertaria.
En ese panorama, Villarruel se arrimó a Mario Norberto Russo, consultor político y director general del cuerpo de asesores. Su llegada tuvo como objetivo reorganizar la estrategia política de la vicepresidenta y causó ruido dentro del oficialismo tras un comentario de la diputada libertaria Lilia Lemoine, quien recordó que había denunciado a Russo en 2022 por una presunta agresión física.
Otro de sus aliados es Claudio Gallardo, director general de Seguridad del Senado. Se trata de un militar retirado del Ejército, con antecedentes en áreas de inteligencia y vínculos con el entorno de César Milani, jefe del Estado Mayor General del Ejército, durante el kirchnerismo.
También se sumó a las filas de Villarruel el exteniente coronel Juan Manuel Gestoso Presas, designado subdirector de Auditoría y Control de Gestión. Durante la última dictadura militar, Gestoso Presas fue jefe de la Compañía de Inteligencia 5 y estuvo procesado por la destrucción de registros hospitalarios en Salta vinculados a causas por apropiación de menores. En 2014 fue sobreseído por la Justicia, que declaró prescrita la causa.
El entorno de Villarruel también está integrado por Marcelo Cinto Courtaux, director general de Relaciones Parlamentarias del Senado, hijo del exmilitar homónimo condenado por delitos de lesa humanidad. Courtaux fue asesor de Villarruel durante su paso por la Cámara de Diputados y hoy integra su equipo más cercano.
A pesar de su aislamiento político, Villarruel mantiene una agenda activa por fuera del Congreso. En ese sentido, detalla La Nación, comparte actividades con gobernadores y desarrolla recorridos por la provincia de Buenos Aires junto a Claudia Rucci, titular del Observatorio de Derechos Humanos del Senado e hija del exlíder de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) José Ignacio Rucci. Juntas visitaron distritos como Chivilcoy y Saladillo, donde mantuvieron reuniones con actores locales.
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