El quiebre de los demócratas y la amenaza de un senador republicano: la ruta hacia el fin del cierre del gobierno en EE.UU.
El Senado dio un paso crucial la noche del domingo para avanzar en un proyecto de financiamiento, lo que pone al Congreso en camino de poner fin al cierre del gobierno federal, que cumplió 40 días.
Convertido en el más largo hasta hora en la historia de Estados Unidos, las repercusiones del cierre del gobierno federal iniciado el 1 de octubre pasado se están sintiendo en todo el país, dejando a millones de ciudadanos en la incertidumbre y generando preocupación por una recesión económica.
La paralización federal provoca una ola de cancelaciones y demoras en aeropuertos -con la expectativa de que las interrupciones se agraven en los próximos días-, mientras el personal de control aéreo enfrenta jornadas extenuantes y las aerolíneas reducen operaciones por orden oficial. Según datos de FlightAware, más de 1.400 vuelos fueron cancelados para este lunes y cientos más sufrieron demoras, mientras que el domingo se registró el peor día para los viajeros desde el inicio del cierre, con cerca de 3.000 cancelaciones y más de 10.000 retrasos. Preocupa que el tráfico aéreo no recupere su normalidad antes del Día de Acción de Gracias, que se celebra el 27 de noviembre.
No mejor lo están pasando las decenas de millones de estadounidenses que dependen del programa federal de asistencia alimentaria más grande del país, los cuales se han visto atrapados durante semanas en un torbellino de declaraciones de la administración del presidente Donald Trump, órdenes judiciales y ansiedad desde que el cierre del gobierno puso en duda su capacidad para comprar alimentos.
Algunos beneficiarios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), antes conocido como cupones de alimentos, han recibido la totalidad de sus beneficios este mes, mientras que otros solo han recibido una fracción de su asignación habitual, y otros permanecen en la incertidumbre, sin saber si recibirán sus pagos ni cuándo, consigna CNN.
En medio de esta crítica situación, el Senado dio un paso crucial la noche del domingo para avanzar en un proyecto de financiamiento, lo que pone al Congreso en camino de poner fin al cierre del gobierno federal -que el domingo cumplió 40 días-, pero a cambio de no garantizar que se extiendan los subsidios para la atención médica, como los demócratas han exigido durante casi seis semanas.
En una votación de procedimiento, los senadores dieron luz verde, por 60 votos contra 40, a un proyecto de ley ya aprobado por la Cámara de Representantes que será enmendado para financiar al gobierno hasta el 30 de enero e incluirá un paquete de tres proyectos de ley de asignación de fondos para todo el año.
Siete senadores demócratas y uno independiente votaron con los republicanos para lograr los 60 votos necesarios. Los senadores Dick Durbin, Tim Kaine, John Fetterman, Jeanne Shaheen, Maggie Hassan, Catherine Cortez Masto, Jacky Rosen y el independiente Angus King se apartaron de las directrices de su partido.
Los demócratas que se sumaron a favor de la votación de la noche del domingo respaldan sostener una votación posterior sobre la extensión de los créditos fiscales de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), que vencen el 1 de enero. Estos subsidios, que ayudan a los estadounidenses de bajos ingresos a pagar el seguro médico privado y que vencen a finales de año, han sido una prioridad para los demócratas durante la batalla por el financiamiento. Un giro que, según France 24, enfureció a gran parte de la bancada progresista, la cual afirma que los estadounidenses quieren que continúen la lucha.
“No apoyaré un acuerdo que no haga nada para que la atención médica sea más asequible”, escribió en X la senadora demócrata Elizabeth Warren, destacada figura progresista. “Estamos en una emergencia sanitaria… Votar a favor de este proyecto de ley es un error”.
Según CNN, los demócratas no consiguieron ningún compromiso de extender los subsidios de Obamacare, a pesar de insistir en que esa era su condición indispensable. “Lo máximo que lograrán es una votación en el Senado. No hay garantía de que se apruebe un proyecto de ley para extender los subsidios, dada la mayoría republicana en el Senado. Y las perspectivas de que la Cámara de Representantes, también republicana, lo respalde parecen aun más remotas”, apuntó.
El senador de Vermont, Bernie Sanders, líder progresista que es independiente pero vota con los demócratas, dijo que el acuerdo corría el riesgo de provocar “un desastre político y de políticas públicas”. Añadió antes de la votación en el Senado: “En mi opinión, sería un error garrafal ceder ante Trump ahora mismo”.
Rand Paul y el cáñamo
La resolución también revertiría al menos algunos de los despidos masivos de trabajadores federales realizados por la administración Trump durante el cierre del gobierno y financiaría los beneficios del SNAP durante un año.
“Todos los empleados federales, incluidos los miembros de nuestras Fuerzas Armadas y la Guardia Costera, los oficiales de la policía del Capitolio, los agentes de la Patrulla Fronteriza, los agentes de la TSA (Administración de Seguridad en el Transporte) y los controladores de tráfico aéreo recibirán sus salarios atrasados” bajo el acuerdo, dijo la senadora republicana Susan Collins, presidenta del Comité de Asignaciones del Senado, refiriéndose a la medida.
La propuesta “protegerá a los funcionarios federales contra los despidos injustificados, reincorporará a aquellos que fueron despedidos erróneamente durante el ‘shutdown’, y garantizará que los funcionarios federales reciban su salario retroactivo”, afirmó el senador demócrata Tim Kaine, quien votó a favor del acuerdo.
Según registros federales, al inicio del segundo mandato de Trump unos 2,2 millones de civiles trabajaban para el gobierno federal. Se prevé que al menos 300.000 empleados abandonen la administración antes de que finalice el año debido a la reducción de personal impulsada por el presidente republicano.
Según Radio Francia Internacional (RFI), los demócratas solo lograron una promesa del líder de la mayoría republicana del Senado, John Thune, de que habría un voto a mediados de diciembre para tratar de extender los subsidios de Obamacare. Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, ya dijo en el pasado que él no se comprometía a nada y que él no se hacía parte de las negociaciones.
Los senadores deben acordar ahora cuánto tiempo debatirán antes de votar el proyecto final. Esto podría avanzar rápidamente o retrasarse si algunos legisladores deciden prolongar el proceso. Y uno de los que podría obstaculizar el proceso es el senador Rand Paul (republicano por Kentucky), quien ha advertido a los líderes de su partido que obstruirá la aprobación de cualquier proyecto de ley que tenga como objetivo la industria del cáñamo en su estado.
La disputa sobre la política del cáñamo ha sido un gran dolor de cabeza interno para el Partido Republicano, enfrentando a Paul con su compañero republicano de Kentucky, Mitch McConnell, según el medio Politico. La publicación del texto del proyecto de ley de gastos agrícolas el domingo mostró que McConnell, miembro veterano del Comité de Asignaciones, se impuso a Paul, al incluir una cláusula que restringiría algunos productos de cáñamo con efectos psicoactivos.
Paul declaró a finales de la semana pasada que había advertido a los líderes republicanos que planeaba dilatar la aprobación en el Senado de cualquier acuerdo que pusiera fin al cierre del gobierno si no conseguía la redacción alternativa que él mismo había estado impulsando en la disputa sobre el cáñamo. “Votaré en contra, pero también les llevará cinco días aprobar esto”, dijo Rand en una breve entrevista el jueves. Argumentó que sus compañeros republicanos del Senado estaban impulsando políticas que “destruirían toda una industria”.
Una vez aprobado en el Senado, el proyecto pasará a la Cámara de Representantes, donde se esperan nuevas complicaciones. Los miembros de la Cámara están bajo aviso de 36 horas para regresar a Washington y votar, y se les advirtió que esperen votaciones esta semana. Los líderes republicanos están decididos a aprobar rápidamente la medida de financiamiento en el Congreso y enviarla al escritorio del presidente Trump en los próximos días.
Costo político para Trump
El Partido Demócrata podría obtener ciertos beneficios políticos por haber forzado a Trump al cierre de gobierno más largo de la historia. Varias encuestas, según CNN, mostraron que “cada vez más estadounidenses lo culpaban a él y a su partido en un momento en que sus índices de aprobación estaban cayendo en picada, una caída tan pronunciada que a los presidentes en su segundo mandato les cuesta revertir”.
SI bien Trump advirtió de que no negociaría sobre la reforma sanitaria mientras el gobierno estuviera paralizado y se mantuvo firme, la cadena de televisión advierte que “el costo político de sus acciones en los últimos 40 días podría ser considerable”.
“A menudo se mostró insensible, como si no le importara el verdadero sufrimiento causado por el cierre del gobierno. Después de todo, acudió a la Corte Suprema para intentar revocar una orden judicial que le obligaba a pagar los beneficios de los cupones de alimentos. Y cuando se llegó al acuerdo en el Senado el domingo por la noche, estuvo ausente, tras asistir a un partido de los Washington Commanders de la NFL y pasar el fin de semana en su lujoso resort de Florida, lo que reforzó la impresión de que no le importan las preocupaciones económicas de los estadounidenses comunes”, concluyó.
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