Sarkozy se prepara para convertirse en el primer líder francés de posguerra en cumplir una pena de prisión
El exmandatario francés debe presentarse en una prisión de París este martes para comenzar a cumplir una sentencia de cinco años por aceptar ilegalmente fondos del fallecido líder libio Muammar al-Gaddafi para financiar su campaña presidencial de 2007.
El expresidente francés, Nicolas Sarkozy, ingresará en prisión este martes tras ser condenado a cinco años de prisión por conspiración criminal relacionada con un plan para obtener fondos de campaña electoral del régimen del difunto dictador libio Muammar al-Gaddafi.
Sarkozy, quien fue presidente derechista de Francia entre 2007 y 2012, se convertirá en el primer líder francés de posguerra y el primer exjefe de un país de la Unión Europea en cumplir una pena de prisión.
Los fiscales franceses informaron el 13 de octubre pasado que Sarkozy debe presentarse en una prisión de París el 21 de octubre. Sarkozy, de 70 años, niega haber actuado mal y ha calificado el veredicto de “escándalo”.
El tribunal de París consideró probado que entre 2005 y 2007, cuando era ministro del Interior, Sarkozy maniobró para obtener apoyo financiero del régimen libio a través de sus colaboradores más cercanos. Se le absolvió de los delitos de corrupción pasiva y desvío de fondos porque, aunque “se ha constatado que hubo fondos libios que llegaron a Francia”, no se consiguió demostrar que fueran destinados a su campaña presidencial.
Los investigadores creen que, a cambio, a Gaddafi se le prometió ayuda para restaurar su imagen internacional después de que Occidente culpara a Trípoli de bombardear un avión en 1988 sobre Lockerbie, Escocia, y otro sobre Níger en 1989, matando a cientos de pasajeros.
La presidenta del tribunal, encargada de leer el fallo, recibió amenazas en las redes sociales tras la sentencia y hay dos investigaciones abiertas. Los sindicatos judiciales han lamentado que se fustigue a los jueces y se cuestione su imparcialidad, y el Elíseo ha denunciado “que los ataques y amenazas de muerte contra los magistrados son inadmisibles”.
El expresidente fue condenado a finales de septiembre. Apeló inmediatamente la condena, y se espera un nuevo juicio en los próximos meses.
Según France 24, de esperan medidas de seguridad adicionales y es posible que Sarkozy sea internado en una unidad para prisioneros vulnerables o recluido en régimen de aislamiento.
Como tiene más de 70 años, Sarkozy puede pedir el arresto domiciliario, pero esa decisión llegará una vez ingrese en la cárcel. Una vez detenido, sus abogados pueden solicitar al tribunal de apelaciones su liberación, pero permanecerá detenido a menos que éste decida lo contrario. El tribunal tiene dos meses para decidir si se le concede o no la libertad provisional.
Al respecto, el diario The Guardian dijo Sarkozy permanecería en régimen de aislamiento por su propia seguridad, en una celda individual de unos 9 metros cuadrados. No tendrá teléfono celular, pero sí un pequeño televisor. Una línea telefónica controlada por seguridad le permitirá contactar con sus abogados y familiares. Se espera que tenga derecho a dos visitas semanales de sus familiares.
Declaró al diario Le Figaro que le habían recomendado llevar tapones para los oídos. “Por la noche se oye mucho ruido, gritos y chillidos”, dijo.
Sarkozy podrá salir de su celda una hora al día para pasear por un patio interior, cuya abertura al cielo está protegida por una malla metálica. Tres guardias de la prisión lo acompañarán al salir de su celda.
“Mi vida es una novela y esta dura experiencia ahora forma parte de ella”, declaró Sarkozy a Le Figaro. Dijo: “Querían hacerme desaparecer, pero esto me hará renacer”.
“No le tengo miedo a la cárcel. Mantendré la frente en alto, incluso en las puertas de la prisión”, declaró Sarkozy a La Tribune de Dimanche. Se le ordenó presentarse en las puertas de la prisión de La Santé, en el sur de París, la madrugada del martes. Aseguró que había solicitado “ningún privilegio” en su trato tras las rejas.
Al tratarse de una personalidad política relevante, los únicos centros de detención adaptados en términos de seguridad son la prisión de La Santé, en París, y la de Fleury-Mérogis, también en la región parisina, a unos 20 kilómetros de la capital. La Santé ha sido reformada recientemente y cuenta con celdas individuales algo más confortables.
Sarkozy declaró a Le Figaro que había empacado fotos familiares y tres libros, como se le permitió durante la primera semana. “Llevaré El Conde de Montecristo y dos volúmenes de la biografía de Jesús de Jean-Christian Petitfils”, dijo.
La prisión de La Santé ha albergado a algunos de los presos más famosos de Francia en sus 158 años de historia, incluyendo al terrorista Carlos el Chacal y al criminal de guerra Maurice Papon.
El hijo de Sarkozy, Louis, quien se prepara para postularse a la alcaldía de Menton, en la Riviera Francesa, la próxima primavera, instó a sus simpatizantes a acercarse a su domicilio en el distrito 16 de París para aclamarlo mientras es trasladado a prisión el martes.
Durante el juicio, el fiscal declaró ante el tribunal que Sarkozy había firmado un pacto fáustico de corrupción con uno de los dictadores más atroces de los últimos 30 años para obtener financiación electoral de Gaddafi.
En su juicio, Sarkozy negó haber actuado mal y afirmó no haber participado en una conspiración criminal para obtener financiamiento electoral de Libia. Ha apelado su condena. Se espera un nuevo juicio en unos seis meses. Sin embargo, la naturaleza de su condena implica que Sarkozy deberá ir a prisión mientras se resuelve su apelación.
Aunque las acusaciones de un pacto secreto de financiamiento de campaña con el régimen libio constituyeron el mayor juicio por corrupción que Sarkozy había enfrentado, ya había sido condenado en dos casos separados y despojado de la más alta distinción de Francia, la Legión de Honor, destacó The Guardian.
Esa era la tercera condena que ha enfrentado Sarkozy, que esquivó la cárcel en las dos anteriores: una por corrupción y tráfico de influencias que le obligó a cumplir arresto domiciliario y a llevar un brazalete electrónico, y otra por financiamiento irregular de la campaña para las elecciones de 2012, en las que perdió ante François Hollande. En este caso la pena de cárcel era de medio año y también le permitieron cumplirla en su domicilio.
Asimismo, Sarkozy se había convertido previamente en el primer exjefe de Estado francés obligado a llevar una pulsera electrónica tras ser condenado en otro caso de corrupción y tráfico de influencias por intentar obtener favores ilegales de un juez. En ese caso, fue condenado a un año de prisión, pero pudo cumplirla con una pulsera electrónica en el tobillo. Llevó la pulsera durante tres meses antes de obtener la libertad condicional.
El predecesor de Sarkozy como presidente, Jacques Chirac, también fue condenado a dos años de prisión por malversación y abuso de confianza, pero quedó exento de cumplirlos por su estado de salud. Los jueces consideraron probado que creó puestos de trabajo falsos cuando era alcalde de París. Falleció en 2019.
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