Trump enfrenta revés en el Senado: su nominado para la Oficina del Fiscal Especial pierde apoyo tras revelarse mensajes racistas
Al menos cinco senadores republicanos anunciaron su rechazo a que Paul Ingrassia, de 30 años, sea designado en el organismo, dejando sin votos suficientes la nominación apoyada por la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta un nuevo conflicto en el Senado luego de que su candidato para dirigir la Oficina del Fiscal Especial (Office of Special Counsel), Paul Ingrassia, perdiera apoyo entre sus propias filas tras conocerse una serie de mensajes racistas y comentarios de tinte nazi enviados a otros militantes republicanos.
Ingrassia, de 30 años, fue nombrado en junio por el mandatario para encabezar el organismo encargado de investigar denuncias de irregularidades, acoso laboral y represalias políticas dentro del servicio civil federal.
Sin embargo, su confirmación se ha visto en riesgo tras la filtración de conversaciones privadas en las que habría dicho tener “una veta nazi” y que el feriado de Martin Luther King “debería ser arrojado al séptimo círculo del infierno”.
Según el medio Politico, el abogado -que recién fue admitido en el Colegio de Abogados de Nueva York el año pasado- también escribió que “nunca se debe confiar en un chino o un indio”, además de compartir teorías conspirativas, insultar a funcionarios públicos y mantener vínculos con figuras de extrema derecha como el nacionalista blanco Nick Fuentes.
El bloqueo de cinco senadores republicanos
El escándalo provocó una ola de rechazo dentro del propio Partido Republicano. Al menos cinco senadores oficialistas, entre ellos James Lankford (Oklahoma), Josh Hawley (Missouri), Ron Johnson (Wisconsin), Rick Scott (Florida) y Thom Tillis (Carolina del Norte), confirmaron que votarán en contra de la designación.
“Pasó el examen de abogado el año pasado y estaría supervisando a 300 abogados en temas de discriminación. Tiene que demostrar que es imparcial, y con esos mensajes, claramente no lo es”, declaró el senador Lankford.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune (Dakota del Sur), reconoció que Ingrassia “no tiene los votos” para ser confirmado y expresó su deseo de que la Casa Blanca retire la nominación antes de la audiencia de confirmación, prevista para este jueves.
Incluso senadores moderados como Susan Collins (Maine) advirtieron que el candidato enfrenta “problemas que parecen insuperables”.
Defensa de la Casa Blanca
La Casa Blanca no ha respondido oficialmente a las nuevas revelaciones. Sin embargo, un portavoz había defendido previamente al abogado, calificándolo como “un profesional respetado que ha servido excepcionalmente bien al presidente Trump”, y aseguró que la campaña de filtraciones “no disuadirá al mandatario de apoyarlo”.
El abogado de Ingrassia, Edward Andrew Paltzik, cuestionó la autenticidad de los mensajes filtrados, alegando que se trata de “humor satírico y autocrítico” que ha sido sacado de contexto.
“Incluso si los mensajes fueran auténticos, están claramente escritos en tono de broma, ridiculizando la idea de que los partidarios de Trump son llamados ‘nazis’ por los liberales”, sostuvo.
No obstante, la explicación perdió fuerza cuando la Organización Sionista de América (ZOA), el principal grupo judío que lo apoyaba, retiró su respaldo.
“En esta época de odio hacia los judíos, ni siquiera una insinuación de antisemitismo puede ser tolerada”, dijo su presidente, Mort Klein, en declaraciones al Washington Post.
Investigaciones por acoso y falta de experiencia
Los cuestionamientos hacia Ingrassia no se limitan a los mensajes filtrados. El medio Politico también reveló que el Departamento de Seguridad Nacional lo había investigado por acoso sexual a una colega, luego de que presuntamente cancelara su reserva de hotel y la obligara a compartir habitación con él durante un viaje laboral. La denunciante retiró posteriormente la queja y el acusado negó los hechos.
El joven abogado, que ejerció como enlace de la Casa Blanca en ese mismo departamento, carece de experiencia en el servicio público y en derecho administrativo, algo inusual para el puesto que se le asignó.
Por décadas, la Oficina del Fiscal Especial ha sido dirigida por juristas de trayectoria no partidista con experiencia en ética gubernamental y derechos laborales.
Además, grupos de defensa de los empleados federales -más de 25 organizaciones sindicales y civiles- enviaron una carta al Senado pidiendo rechazar la nominación, advirtiendo que su perfil “extremo y partidista” representa una amenaza para la independencia del organismo.
Una prueba para el Senado
El caso de Paul Ingrassia se ha convertido en una prueba de lealtad para los senadores republicanos, que cuentan con una estrecha mayoría de 53 votos sobre 47 en la Cámara Alta.
En los últimos meses, el Congreso ya había bloqueado otros nombramientos polémicos de Trump, como los de E.J. Antoni, para la Oficina de Estadísticas Laborales, y Ed Martin, para fiscal federal del Distrito de Columbia, así como el intento de nominar al excongresista Matt Gaetz como fiscal general.
Mientras tanto, el propio Ingrassia ha alimentado la controversia con declaraciones públicas en redes sociales, donde ha elogiado al presidente ruso Vladimir Putin como “el líder más poderoso que defiende los valores cristianos y occidentales”, y ha expresado admiración por el influencer misógino Andrew Tate, a quien asegura haber representado legalmente.
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