Bailando con U2
Verónica Poblete es una ingeniera chilena que ha trazado un lazo con la banda: la invitan a bailar en sus shows y su sola presencia los impulsa a hablar de Chile en los recitales. La última vez fue hace una semana en Irlanda.

El pasado miércoles 18, mientras vibraba entre la multitud que repletó uno de los más recientes shows de U2 en el arena SSE de Belfast, la chilena Verónica Poblete observó como el cantante Bono escogía entre el público a una italiana para que bailara con ellos en pleno escenario, y se lanzó en una reflexión que rasguñó el desconsuelo: “Cuando vi que no me eligieron a mí, pensé: ‘filo, también puedo disfrutar del show sin la necesidad de que me suban al escenario y de estar con ellos allá arriba’”.
De alguna manera, la ingeniera civil de 29 años se había habituado -al menos cada cierto tiempo- a ser ella la que el vocalista del cuarteto apuntaba para decir “ven, sube”. Desde 2006, para el Vertigo Tour, Poblete cuenta cuatro veces como invitada espontánea y bailarina casual de los espectáculos de los irlandeses, siempre como parte de Mysterious ways, ese hit rutilante donde el conjunto históricamente convida a algunos seguidores a ponerse bajo los focos y a transformarse en estrellas por 15 minutos.
De hecho, la chilena se ha convertido en una de las fans más reconocidas en el planeta por su habilidad para llegar hasta las propias narices de la banda y ha logrado establecer un vínculo ocasional con los músicos, en especial con Bono: el artista ya la reconoce, la saluda en los recitales y hasta se ha atrevido a realizar algunas referencias a Chile por la sola presencia de Poblete.
“Ha sido todo muy simpático y es cosa de refrescarle la memoria en los conciertos para que se acuerde de las otras veces que bailé con ellos o incluso de Chile”, agrega la seguidora. De hecho, los cara a cara con U2 tuvieron su cuna precisamente en Santiago. El 26 de febrero de 2006, cuando los hombres de One se presentaron por segunda vez en el Nacional, la en ese entonces estudiante de la UC saltó al escenario junto a una amiga a bailar precisamente Mysterious.... El anzuelo fue sencillo: situadas en primera fila, simplemente empezaron a agitar las caderas tal como las bailarinas que aparecen el video de la canción.
El segundo encuentro fue en julio de 2009, para el tour 360°, pero también tuvo a Santiago como telón. Tras llegar a las 6.45 de la mañana al estadio Croke Park de Dublín, la ingeniera desplegó una bandera chilena con la leyenda “Hola! From your chilean bellydancer” (”De tu odalisca chilena”) y con una foto de lo sucedido tres años antes en Ñuñoa. Bono la reconoció, la invitó a su feudo y culminó el nuevo abrazo hablando de las bondades del vino chileno ante la audiencia e interpretando un trozo de Mothers of the dissapeared, tema de 1987 dedicado a las víctimas de las dictaduras de Chile y Argentina. “Tras ese recital me entrevistaron para la web del grupo”, rememora.
Pero el lazo más particular se dio en julio de este año en Nueva York. En la previa a un recital en el Madison Square Garden, Poblete fue hasta las afueras del reducto, logró que el vocalista se acercara a saludarla y le obsequió una edición en inglés de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda. A cambio, el irlandés le firmó una bandera con la frase “Verónica, baila conmigo” y le prometió que nuevamente la tendría sobre el entarimado.
Así fue, pero esta vez la aventura arrojó un agregado: luego de Mysterious..., el grupo le pidió que se quedara para la siguiente canción, Elevation, y le entregó un celular para que grabara toda la interpretación. La idea era que ese momento se transmitiera para todo el mundo a través de una aplicación del grupo que funciona desde Twitter. Como recompensa, la instancia se selló con una selfie de ambos, hito hasta reseñado por The New York Times.
Pero también hubo algo más. La fanática sigue: “Le comenté que ese día había ido con mi hermano, alguien que sabe tocar muy bien la guitarra, y le pregunté si era posible que tocara un tema con ellos. Me dijo que podía ser para otro día”. Y Bono cumple lo prometido. En otra de las ocho presentaciones que dieron en la Gran Manzana, el músico los vio entre la multitud e invitó al familiar de Poblete a tocar en Angel of Harlem. Sobre el final, también le pidió que dijera en español un par de versos de Neruda. Fue otro acierto más, pero con una triquiñuela: el guitarrista espontáneo se llama Ignacio Aylwin y era sólo un amigo de la ingeniera, jamás su hermano.
Sin mayores artimañas, la santiaguina logró que la voz de With or without you la sumara nuevamente a su espectáculo el pasado jueves 19 en Belfast, 24 horas después de resignarse a ver a una italiana ocupar ese lugar. “Ellos prefieren sacar a gente conocida que sabe lo que hay que hacer”, completa la profesional, quien hoy trabaja para una consultora con sede en Dublín.
Eso sí, aclara que el esfuerzo económico para seguir a su grupo de cabecera es relativo. Aunque ya los ha visto 22 veces, dice que todo es asunto de planificación: “Sacar los pasajes antes, compartir el alojamiento con amigos, comprar siempre cancha y no gastar tanto en comidas. Además, yo trabajo independiente y puedo manejar mis tiempos para que coincidan con las giras. Y lo demás es tener paciencia: todo se ha dado por mi insistencia”. Pese a ello, ha logrado trazar un contacto más fluido con algunos personeros de la agrupación y ha escuchado como se amasan ciertos proyectos, como la idea de volver a Chile en 2017 o 2018. Y, de paso, retornar al lugar donde se inauguró su relación con una de las mayores instituciones del pop.
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